5 actividades de grafomotricidad ideales para niños
¿Cómo enseñar a tu hijo a coger bien el lápiz? ¿A tu hijo le cuesta agarrar bien el lapicero?
Es algo común y que podemos ir mejorando con la práctica. Lo primero es olvidarnos de todo tipo de fichas y cuadernillos de trazos y grafomotricidad. Es lo mismo que le proponen en clase y lo único que vamos a conseguir es generarles frustración y aburrirles. El efecto contrario de lo que queremos para que aprendan a coger bien el lápiz.
Para practicar la grafomotricidad podemos centrarnos en todo tipo de actividades diarias y cotidianas, que les ayudarán a fortalecer la motricidad fina y el movimiento de pinza, favoreciendo el correcto agarra del lápiz.
Este tipo de tareas las podemos encontrar en la rutina de cualquier hogar. Solo tenemos que invitarles a ayudarnos a tender, barrer, emparejar y doblar los calcetines, regar las plantas o quitar las hojas secas. Si te fijas cada uno de estos movimientos requiere que tu hijo o hija usen los dedos necesarios para el agarre del lapicero.
En las tareas cotidianas de la familia hay muchas actividades que pueden ayudar a fortalecer las destrezas necesarias para coger bien el lápiz. Pero si quieres también plantear cualquier otro tipo de actividad más creativa y lúdica, aquí tienes 5 sencillas actividades para trabajar la grafomotricidad.
Cómo fortalecer la grafomotricidad
Desarrollar la grafomotricidad implica que el niño o niña vaya dominando más el control de su mano, su muñeca, su brazo y, sobre todo, sus dedos. Para ello necesita ejercitarlos de diferentes formas.
1. Trazando sobre pan rallado
Prepara un recipiente con pan rallado. Tu peque puede trazar sobre el pan rallado de manera libre con el dedo o con la ayuda de algún pincel fino. Bien trazando y dibujando, o bien siguiendo el trazo de alguna letra que le coloques como apoyo visual. Se trata, además, de una experiencia sensorial muy agradable. Puedes probar no solo con pan rallado, sino también con harina o arena de la playa.
2. Trazar con bastoncillos
Reutiliza un trozo de cartón y escribe sobre él con rotulador letras, una palabra o, incluso, el abecedario si ya ha empezado a verlo. Ofrécele unos bastoncillos y recipientes con témperas. Mojando los bastoncillos en las témperas, ejercitará su grafomotricidad repasando los trazos de las letras controlando el bastoncillo. Llamativo y original, no se resistirá a probar a escribir o dibujar con un bastoncillo.
3. Sorteando obstáculos
Sobre un pliego de papel coloca varios bloques de madera o pequeños juguetes, de manera que queden alineados. Con un rotulador tu hijo o hija tiene que ir sorteando los obstáculos que se encuentre en su camino, trazando de arriba abajo, o rodeando, o haciendo zigzags, como más le apetezca hacerlo. Cuanto más amplio sea el papel más largo será el trazo y según la distancia que pongas entre los obstáculos, cambiará el trabajo del trazado. Recuerda que los rotuladores se deslizan muy suavemente, esto facilita el trazo y evitamos frustraciones.
4. Rastreando el camino
Dibuja varias líneas con diferentes tipos de trazos; curvas, rectas, zigzags, espirales, … y facilita a tu hijo o hija pompones, cuentas de colores, pequeñas piedras, botones o cualquier otro material con el que puede seguir el trazo de las líneas. Pieza a pieza tendrá que colocarlas para completar los caminos. Comienza poco a poco, y no hagas líneas demasiado grandes, de lo contrario se pueden cansar o aburrir mucho antes de completar las líneas.
5. Despegar con pegatinas
Las pegatinas son un gran material para ayudar a fortalecer la grafomotricidad de los peques, ya que de una manera muy sencilla están fortaleciendo el movimiento de pinza cada vez que despegan y pegan una pegatina. Recurre a los clásicos gomets ya que al ser pequeños los pueden manejar con mucha facilidad. Asegúrate de despegar el pliego blanco que suelen traer las pegatinas alrededor.
Así es mucho más sencillo despegarlas y evitarás la consabida frustración que supone no poder coger bien una pegatina. Puedes preparar trazos de líneas para que los completen, letras en trazos muy grandes reseguirlas o pequeños dibujos de formas geométricas para rellenarnos, así trabajamos también el concepto de las formas a la vez que reforzamos la grafomotricidad.
Estas sencillas actividades para trabajar la grafomotricidad en niños, son solo un ejemplo de las muchas opciones que puedes preparar en casa. Para ellos serán un divertido juego manipulativo, no como las aburridas fichas de trazos con las que interactúan tan poco y son tan monótonas. Juego a juego, y trazo a trazo, tu hijo acabará agarrando el lápiz y escribiendo sin parar.