
Desarrollo del lenguaje
Primeras palabras del bebé: estas son las más comunes
Aunque cada bebé es un mundo y tiene sus propios ritmos, sabemos cuáles son las primeras palabras que suelen salir de la boca de muchos niños. Todas tienen una cosa en común.
Sabemos que cada bebé tiene un ritmo de aprendizaje específico, que no todos siguen unos patrones establecidos y que no existen reglas escritas en cuando al desarrollo de los niños.
Pero, si en algo estamos de acuerdo, es que son muchos los que siguen el mismo camino cuando comienzan a crecer. Si durante su primer año de vida su comunicación con los demás se basa en el llanto: lo usan para pedir agua, comida, cuando tienen dolor, sueño,… a partir de cumplir esa edad, la mayoría comienza a mostrar signos de un desarrollo más complejo.
Ahora son capaces de entender cuando les decimos cuántos añitos tienen, intentan lanzar besos y abrazos, muestran más interés por el mundo que tienen alrededor, por los juguetes que les dejamos en la cunita… Incluso, algunos ya son capaces de mantenerse de pie solitos o, cuanto menos, erguidos y sostenidos sobre una mesa o una silla.
Pero, hay algo que caracteriza a muchos niños cuando alcanzan esta edad: ahora ya no solo se comunican con el llanto; son capaces de formular palabras más o menos sencillas o, al menos, ruiditos que los padres saben identificar a la perfección.
Cuando los niños alcanzan los 18 meses, dicen una media de 20 palabras y cuando cumplen los dos años, su vocabulario se extiende a más de cincuenta palabras diferentes. Además, a esta edad ya comienzan a decir algunas frases simples y saben identificar, por medio del lenguaje, algunos objetos que usan.
Como decimos, no es una ciencia exacta y somos los padres los que hemos de estimular ese lenguaje con el paso de los días. Al principio, hablando con esa típica voz aniñada. Después con otras estrategias de comunicación.
A sabiendas de que no es ninguna ciencia exacta, hemos recopilado algunas de las primeras palabras más comunes de todos los bebés. Como verás, son palabras sencillas que, a menudo, comienzan a decir como un breve ruidito que van perfeccionando poco a poco.
Como decimos, cada niño es un mundo y, aunque se repiten en bastantes, no todos tienen por qué cumplir con el patrón.

No es más que uno de los primeros intentos de decir mamá o papá antes de tener la capacidad para ello. Sabemos que se lo repetimos mucho y, hasta que no lo dicen, no paramos.

Al ser una palabra tan sencillita, también la suelen pronunciar bastante pronto.

Una forma cariñosa de llamar a los hermanos, a un tío, a una tía, a la abuela… De hecho, muchos niños adoptan la palabra para denominar a esa persona a la que se la pusieron de bebés, incluso, en la etapa adulta.

Los bebés suelen comenzar a pronunciar palabras sencillas y con poca dificultad fonética. Pipo es ejemplo de ella. A menudo, es su peluche, su trapo o su chupete (al que también llaman tete).

Por la forma de poner los labios al pronunciarla, es igual de sencilla que papá, pero sabemos que esa primera vez que la formulan queda grabada en el corazón para siempre.

¿Qué dirá primero, mamá o papá? Aunque ambas son una de las primeras palabras más comunes, lo cierto es que no hay una que sea más común que la otra. Depende del niño y no, no tiene que ver con aquél a quien quiere más, sino con una cuestión fonética y de desarrollo.

Otra de las palabras más comunes de los bebés es el diminutivo ‘aba’ para referirse a agua, que tiene una dificultad añadida por la ‘g’. Pero, ¿a que todos los papás le entendéis cuando lo dicen?

Para el bebé, el biberón no es el biberón, sino el ‘bibi’ o el ‘bibe’. Es más sencillo de pronunciar. Cuando son capaces de decirlo, es muestra de que su maduración ya es mayor porque asocian la palabra a un objeto determinado.

Los bebés que se alimentan con lactancia materna suelen pedir ‘teta’ mientras agarran a su mamá de la camiseta para que la suba o la baje.

Es su particular forma de pedir más agua, más comida o ‘más’ de eso que le hace tanta gracia en ese momento. Además, suelen acompañarlo de un movimiento de abrir y cerrar las manos.