
Pronunciación infantil
Trucos y consejos para mejorar la pronunciación de los niños
Un problema bastante habituales en los niños es el habla. De hecho, muchos tienen problemas con pronunciar la «r» o la «s». Si tu pequeño/a ha empezado a hablar hace poco y tiene problemas con estos sonidos, no te preocupes porque gracias a esos tips podrás conseguir que mejore notablemente.
La mala pronunciación infantil se conoce como dislalia. Este trastorno se da cuando hay un fallo en la articulación de los fonemas. De hecho, es el trastorno del lenguaje más común en los niños además de más fácil de identificar. Según la National Library of Medicine, este trastorno suele presentarse entre los tres y los cinco años, con alteraciones en la articulación de los fonemas. Este trastorno tiene lugar en la fase de desarrollo del lenguaje infantil, en la que el niño no es capaz de repetir por imitación las palabras que escucha y lo hace de forma incorrecta. Tiene varias fases dentro del desarrollo del lenguaje del niño y finalmente termina cuando el niño aprende a pronunciar correctamente todos los fonemas.
Así, la National Library of Medicine explica que cuando un niño menor de cuatro años presenta errores en la pronunciación, está considerado como normal, ya que está cubriendo una etapa en el desarrollo del lenguaje infantil. Por ello, cuando un niño es menor a los 3 años, la dislalia evolutiva no requiere tratamiento ya que el habla y la adquisición del lenguaje están todavía está en fase de maduración. Sin embargo, si los errores en el habla se mantienen más allá de los cuatro años, se debe consultar un especialista en audición y lenguaje, es decir, con un logopeda. Éste nos ayudará de manera profesional a tratar este problema con ejercicios semanales.
Cuando el menor se inicia en el mundo del habla, empieza se comienza emitiendo los sonidos más simples como el de la M o la P. Así, estos sonidos ayudan a que papá y mamá sean palabras que no supongan un gran esfuerzo. Sin embargo, al dificultar poco a poco las palabras la pronunciación debe ir lo más sencilla y fluida posible. Cuando este proceso no se realiza con normalidad, se puede hablar de trastorno del habla.
Por todo ello, desde Ser Padres hemos hecho una selección de varios consejos que pueden ayudar a los padres a practicar en casa estos problemas. ¿Conocías alguno de ellos?

Darle a conocer el sonido es una buena estrategias que, además, permite que se vea y asocie el sonido a un objeto concreto. Por ejemplo, podemos recurrir a las onomatopeyas para enseñar la P a través de un 'Puf'.

Practicar palabras que suenan casi igual, pero que tienen diferencias fonéticas sutiles le ayudará a hacerse más consciente de esos sonidos. Palabras como pero/perro, gol/sol y pata/bata pueden ser dudosas para los niños, así que no está demás ayudarles a diferenciarlas.

Cuando le corrijamos, no debemos presionar ni exigir la forma correcta de decirlo, pues estaríamos desanimándolo, mermando su autoestima y provocando que no quiera hablar. Es importante practicar la asertividad y la empatía.

Este divertido ejercicio consiste en imitar a cantantes profesionales o presentadores de televisión para relajar los músculos de la lengua y de la boca.

Para jugar a este juego solo es necesario diseñar algunas hojas de Bingo con palabras simples que contengan los sonidos que quieras practicar. Por ejemplo, “té” para la “T”, “rojo” para la “R”, etc. Luego escribe los sonidos en algunas tarjetas. Cada vez que saques una tarjeta, pronuncia el sonido para poder enseñar cómo se hace.

Si tu hijo o hija disfruta con la creatividad y el dibujo, podrás inventar un personaje y ponerle un nombre que empiece con el sonido que se quiera practicar, por ejemplo: “Sonia”. Dibujar a Sonia y luego pensar en varias cosas que empiecen con el mismo sonido de su nombre, como “sopa”, “saltar” y “silvar”.

Aprender un trabalenguas puede ser una manera divertida, amena y sencilla de enseñar las letras a los niños. Alguien se acuerda de "tres tristes tigres tragaban trigo en un trigal?

Cuanto más dinámico, ilustrativo y colorido sea el proceso, mayor será el avance. Será divertido para ellos y aprenderán jugando.

Ahora es tiempo de colocar la lengua, labios y dientes en el lugar y de la manera correcta para lograr el resultado esperado. Es importante reforzar estos ejercicios con imitación para que repita de manera mecánica.