5-6 años
Los tics pueden eliminarse
Los tics son movimientos automáticos, involuntarios y repetitivos, que a veces simulan actividades de la vida diaria, pero que carecen de intención: parpadeos, guiños, tocarse el cuello o las gafas...
Los tics se dan cuatro veces más en niños que en niñas, y no se trata de una enfermedad de origen físico (aunque a veces empiezan a partir de una molestia objetiva, como una conjuntivitis o una prenda que aprieta), sino que su causa está en un problema emocional y aumentan en momentos de emoción o ansiedad.
Algunos tics son pasajeros y desaparecen pasado algún tiempo si no les prestamos atención ni agobiamos al niño. Otras veces son más persistentes y tienden a instalarse.
Recomendaciones sobre los tics
Para cualquiera de los casos, aquí van unas recomendaciones:
- No hay que tratar de que el niño reprima los tics a la fuerza, ya que suele lograrse lo contrario: que aumenten los tics, la tensión y la ansiedad.
- El tratamiento ha de ser por vía indirecta: no se ataca al tic, sino sus causas, es decir, hay que solucionar los conflictos afectivos que están en su base.
- La mejora será gradual, disminuirá poco a poco la frecuencia e intensidad.
- Los padres nerviosos y apremiantes favorecen los tics. Deben reducir en lo posible la tensión en el hogar y en torno al niño y aumentar la comprensión, el afecto y el diálogo.
- Es importante averiguar qué puede causar estos gestos incontrolados (dificultades escolares, complejos, celos u otros problemas). Todo lo que se haga para que el niño adquiera seguridad en sí mismo y se libre de sentimientos de culpa, vergüenza o timidez le será de mucha ayuda.
- Los ejercicios de relajación y de respiración o el deporte pueden ser de mucha ayuda.
- Si los tics se hacen persistentes, tiene que intervenir un especialista (psiquiatra, psicólogo o ambos), que podría recetar alguna medicación.