
Rabietas en el coche
Claves para acabar con las temidas rabietas en el coche
Las rabietas en el coche son un clásico al que muchos padres tienen que hacer frente. ¿Cómo hacerlas frente y salir airosos? Os damos las claves.
“Las rabietas forman parte de la conducta del niño pequeño, especialmente alrededor de los tres años”, dice la Asociación Española de Pediatría. Y es que, hay que entender que son una parte más de su desarrollo y que, efectivamente, con ellas no es que quieran ‘fastidiar’ a sus padres porque tengan algo en contra de ellos.
“No dejan de ser una forma de llamar la atención, inadecuada, que utiliza el niño. Por lo tanto, se trata de una conducta que no debería ser aceptada por parte de los adultos, aunque pueden y deben ser comprendidas”, prosiguen desde la misma fuente. Por eso, recurrir al castigo, a los gritos, a ignorarlas o a dejar de hablar al pequeño hasta que ‘se le pase el berrinche’ son estrategias que no funcionan para conseguir el objetivo deseado.
Al menos, eso es lo que nos cuenta el neuropsicólogo Álvaro Bilbao en su blog. Además, especifica algunos pasos que sí pueden funcionar, como tener empatía, ofrecer un abrazo (sin obligarle) o preguntar si quiere estar un ratito a solas y, cuando se le pase, hablar sobre ellas.
Todo eso es muy fácil de llevar a cabo si estamos en casa y tenemos tiempo pero, ¿qué pasa cuando el niño monta una rabieta en el coche? Pone en peligro nuestra seguridad, ya que para conducir hace falta mucha concentración y poca distracción. Aparte de eso, pone a prueba nuestra paciencia como padres, porque sabemos que nos estamos poniendo nerviosos, con todo lo que eso conlleva al estar al volante.
Y, curiosamente, las rabietas en el coche son algo bastante habitual: se aburren, van incómodos en la sillita, se marean…
Así que, para evitarlas y, sobre todo, para enfrentarse a ellas en caso de que sucedan, os damos algunas claves que pueden venir genial.
Antes de pasar a comentarlas, os damos algunos consejos rápidos: lo mejor para las rabietas del coche es evitar que sucedan. Así que, para eso, tal y como explica la AEP, hay que tener mucha paciencia y mucha empatía con los niños. Debemos explicarles, en un lenguaje adecuado a su nivel de desarrollo, dónde vamos y por qué tenemos que montar en el coche.
Estas claves son adaptables a aviones, trenes, autobuses o cualquier otro medio de transporte donde puedan producirse.

La mejor manera de enfrentarse a una rabieta es evitando que llegue a producirse. Así que, sea largo o corto el trayecto, podemos ir inventándonos juegos a los que jugar con los peques sin necesidad de mirarlos. Juegos como el veo, veo, contar matrículas, ver cuántos coches pasan de un color determinado… Les mantendrá entretenidos y se olvidarán de que se aburren.

Uno de los motivos principales de las rabietas en el coche es la silla. A los niños suele gustarles poco porque van atados, les coarta el movimiento y, a veces, son incómodas.
Por eso, tienes que explicarles bien el por qué van así y cuál es su función. Si entienden que es vital para su vida, no dirán nada más.

Otra manera de prevenir las rabietas del coche es tener en el vehículo constantemente una bolsa llena de juguetes a los que poder recurrir una vez que los peques monten. ¡Querrán ir al coche solo por jugar con ellos!

Las pantallas no deben ser la solución a todos los problemas, pero en momentos puntuales como los viajes largos pueden ayudarnos a entretener a los peques.
Eso sí, apuesta siempre por contenidos educativos.

Otro juego que potencia la diversión en el coche son las historias inventadas. Podéis empezar vosotros y, entre todos, ir creando el desarrollo de la misma.

Si la rabieta ha estallado, tienes que estar tranquilo y mostrarse compasivo ante ella, con empatía e intentando tranquilizar al peque. Acabará pasando.
Y si no ha pasado y quieres evitarla, el niño debe verte calmado. Así que ojo a cómo te comportas si te adelantan, si el de delante va más despacio de lo que te gustaría o si alguien comete una imprudencia a tu alrededor.

Agua, comida, juguetes, películas, juegos, una buena playlist… que no dé lugar a que puedan decir las palabras mágicas: ‘me aburro’,

De todos los juegos, el que más posibilidades ofrece es el tradicional ‘Veo, veo’. Y es que las partidas pueden convertirse en eternas y, de esta manera, evitaremos que los niños se aburran.

Explícales por qué montan, dónde vais, qué van a hacer, cuanto vais a tardar… Si los niños comprenden las cosas, el riesgo de rabietas disminuye considerablemente.

Si el trayecto es largo, es mejor que paréis a descansar cada poco tiempo para que el niño no termine agotado y llorando del cansancio y del aburrimiento.