
Síndrome de Asperger
Los diez signos para identificar a un niño con Síndrome de Asperger
El Síndrome de Asperger es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a las habilidades sociales, entre otras. Estos son los diez signos que pueden compartir los niños que lo padecen.
El Síndrome de Asperger es uno de los Trastornos del Espectro del Autismo (que no el único) más conocido por todos. “Supone una discapacidad social importante, de presentación temprana y carácter duradero”, argumentan en la web de la Asociación Española de Pediatría.
Y es que, la persona que padece este síndrome no solo tiene que asistir a su propia adaptación a la vida, sino que sus familiares y su entorno más cercano también tendrán que adaptar todo lo que esté en su mano para que el paciente pueda adaptarse lo más fácilmente posible.
“El cerebro de las personas con Síndrome de Asperger funciona de manera diferente a la habitual, especialmente en la comunicación e interacción social y en la adaptación flexible a las demandas diarias”, explican desde la Confederación Autismo España.
Las personas que lo sufren comparten algunos rasgos con el autismo, aunque no todos: a menudo tienen problemas en la comunicación social y en la flexibilidad de pensamiento y comportamiento. Sin embargo, al contrario que ocurre con otros trastornos del espectro autista, sí suelen tener lenguaje fluido y capacidad intelectual, incluso, superior a la de la media de la población. “Aunque su aspecto e inteligencia son normales, las dificultades se manifiestan a nivel de habilidades sociales e interacción con los demás, dificultades en el lenguaje no verbal y la comunicación, a menudo, estereotipada”, nos contaba una profesional hace algunos años.
Y es que, de acuerdo a lo que explican en la web de Autismo España, a las personas que sufren Síndrome de Asperger les cuesta comprender las reglas sociales no escritas como dar las gracias, saludar o guardar distancia en la conversación. Además, suelen ser bastante literales: no captan las bromas o los chistes, por ejemplo.
Se trata de un Síndrome que presenta los primeros síntomas durante la primera infancia.
Hemos acudido a las fuentes oficiales para explicar cuáles son algunas de las señales que pueden ayudar a los padres a detectar que su hijo o algún niño cercano padecen (aunque sea de forma leve) el Síndrome de Asperger.
Eso sí, aunque son unos de los más comunes, lo cierto es que los síntomas pueden variar mucho de un niño a otro así que deberá ser un profesional el que dé el veredicto después de realizar las pruebas oportunas.

Es uno de los signos más comunes en personas que padecen Asperger. “Este problema conduce a inhabilidad para hacer amigos de su edad”, explican desde Asperger España. Además, se suelen interesar poco por lo que hacen los demás y no disfrutan si están en compañía de otros niños.

Esa falta de interacción pueden conducir a la frustración y, por ende, a problemas de comportamiento infantil tales como rabietas, enfados o llantos desmedidos.

“A menudo no entienden el lenguaje enteramente”, afirman desde Asperger España. Además, tienden a no mirar a los ojos cuando se les habla y dicen todo lo que piensan sin empatía y sin tener en cuenta que pueden herir a los demás.

Las personas con Asperger son muy literales y laterales. Esto significa que tienen poca tolerancia a los cambios de rutinas, a las sorpresas y a las cosas no planificadas. “Salirse de la rutina puede causar un caos en ellos”, argumentan en el blog de Actualidad en Psicología.

Es una de las pocas señales físicas que muestran los niños con Asperger. Suelen mostrar movimientos repetitivos con manos o con todo el cuerpo y cierta falta de agilidad.

Sus intereses son muy limitados e, incluso, casi obsesivos. Una misma actividad puede ocupar gran parte de su tiempo y tienen la necesidad de terminar todo aquello que empiezan.

De los niños con Asperger hay quien dice que hablan como ‘pequeños profesores’. Su lenguaje puede resultar algo peculiar e, incluso, pedante. “Suelen tener dificultades al usar palabras correctas y parece más que están dando información que manteniendo una conversación apropiadas”, afirman desde Asperger España. “Sus expresiones faciales son extrañas (mirada rígida o fija) y, aunque puede parecer que leen con fluidez, no entienden el significado”.

Tienen mucha facilidad para aprender y muchas habilidades con la memoria.

Esa falta de comprensión del mundo que les rodea y la falta de interacción social puede derivar en rabietas recurrentes por cualquier cosa.

La falta de empatía es otra de las consecuencias derivadas de las dificultades sociales que muestran estas personas. Suelen decir lo que piensan sin filtros, ya que no entienden el sarcasmo, ni la ironía, ni la empatía.