Ciencia y niños
Ciencia y niños: experimentos fantásticos para convertirlos en pequeños científicos
Hacer experimentos caseros es la mejor forma de acercar la ciencia a los más pequeños. Hay de todos los tipos y no son peligrosos, factor que siempre se debe tener en cuenta antes de hacer actividades de este tipo en las que participen niños. ¡Toma nota!
Cuando empiezan a tener uso de razón, los niños comienzan a interesarse por unos u otros temas. Eso sí, conviene que sepan un poco de todo para que puedan decidir a qué quieren dedicarse teniendo todos los campos abiertos. De hecho, como nos dice Javier Santaolla, "los niños nacen siendo científicos". Así que nada mejor para acercarle a los diferentes mundos que nos ofrece La Tierra que a través del juego. Los experimentos permiten conectarle al mundo de la ciencia a través de diversión. A través de la ciencia podrán comprender el mundo que tienen a su alrededor, así como la naturaleza. Asimismo, ayudará al niño a despertar su curiosidad y empezarán a interesarse sobre el por qué ocurren todas las reacciones que están viendo ante sus ojos.
Las manualidades son una técnica perfecta para enseñarle muchas cosas sin que se den cuenta de que están aprendiendo y lo hagan, además, divirtiéndose. Las matemáticas, las tablas de multiplicar o, incluso, los sentidos se pueden desarrollar a través de este método. Pero, las manualidades también pueden ser una muy buena opción para acercar el mundo de la ciencia a los más pequeños. Así que, unir las manualidades y la ciencia es la solución perfecta para conseguirlo. ¿Cómo? A través de los experimentos que se pueden realizar desde casa.
Los experimentos caseros le permitirán ir experimentando y descubriendo toda la magia que ofrece La Tierra a través del agua o de las diferentes reacciones al mezclarla con otros productos y artículos. Podrán aprender tanto física (como las propiedades magnéticas o la velocidad) como química (con diferentes reacciones que nunca habían visto).
Estamos seguros que después de llevar a cabo todos los experimentos que os proponemos, querrán saber más y más acerca del mundo de la ciencia porque las reacciones son tan curiosas, que dan ganas de no parar de hacerlas nunca.
Conviene destacar que para llevar a cabo todos los experimentos que os proponemos, los pequeños siempre tienen que estar bajo la supervisión de un adulto porque pueden lastimarse con algún producto. ¡Mucho cuidado y a divertirse!

El Bórax es un material presente en detergentes o suavizantes (entre otros productos) y que nos permite experimentar de forma muy divertida. Para hacer unas magníficas formas cristalizadas necesitaréis unos limpiadores de pipas, detergente o suavizante y agua (y colorante si las queréis de diferentes colores). Después de hacer formas con los limpiadores de pipas, pon a cocer el bórax en agua e introdúcelos un ratito. Déjalo secar y a la mañana siguiente será unos preciosos cristalitos.

Aunque parece de ciencia ficción, lo cierto es que este experimento es lo más sencillo del mundo. Para conseguir el efecto, mezclaremos agua con levadura en un recipiente. En otro aparte, colocaremos media taza de agua oxigenada, colorante (es es opcional) y detergente. La magia llegará al mezclar todo en una botella con la de la foto.

Tan sencillo como introducir unas flores blancas en agua con colorante de diferentes colores. Cuando beban de ella, el resultado será impresionante.

¿Cómo inflar globos sin dejarnos los pulmones en el intento? Muy fácil: llenando una botella con un poco de vinagre, introduciendo la boquilla del globo en la boca de la botella y dejando que la química haga su trabajo.

¿Será magia? Para hacer este experimento solo habrá que llenar las bolsas de agua y cerrarlas con el cierre hermético. Después se irán clavando los lápices afilados por toda la bolsa.

Para hacerlo necesitaréis sal gorda, agua, acuarelas, un tenedor para mezclar y un recipiente de vidrio. Habrá que echar la sal en el recipiente, calentar el agua en otro recipiente y añadir las acuarelas. Ahora habrá que verter el agua rápidamente sobre el recipiente con sal y remover para que se disuelva y dejar enfriar.

¿Quién no ha querido jugar a hacer experimentos y crear una poción mágica? ¡Es muy sencillo! Eso sí: para este experimento es primordial que cuenten con la supervisión de un adulto. Para hacerlo necesitaréis: agua, bebida con gas y hielo seco. Después de mezclar el agua con la bebida (y colorante) se procederá a cortar el hielo seco en pequeños trozos e introducirlo en cada recipiente con la mezcla.

La arena mágica es, sin duda, uno de los mayores entretenimientos dentro de casa. Hacerla de manera casera es muy sencillo: necesitaréis agua, arena, detergente y fécula de maíz (que se puede encontrar en cualquier supermercado). Después de mezclar la arena con el almidón en un recipiente, habrá que añadir el detergente y dejarlo secar.

Ahora sus secretos estarán a salvo. Habrá que escribirlos en un folio y sustituir la tinta de un boli por zumo de limón. Cada vez que quieran recordarlos, habrá que poner una linterna por encima e ir leyéndolo.

Este es otro furor entre los niños. El slime, un masa pegajosa, es muy sencillo de hacer en casa: los ingredientes son cola blanca, detergente líquido, acuarelas y un palo para remover. Habrá que mezclarlo todo y mover y mover y mover... ¡veréis el resultado!