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Los juegos con sillas más divertidos para los niños
Todos hemos jugado alguna vez, de pequeños y de mayores también, al de las sillas musicales, pero hay otras opciones para pasarlo en grande con los más pequeños si tenéis una o varias sillas a mano.
Ya hemos hablado en alguna ocasión anterior reciente de los juegos populares, que no solo se mantienen vivos sino que han vuelto con fuerza a raíz de la pandemia. Los patios vuelven a tener dibujados la rayuela, y el escondite es un recurso habitual entre los grupos burbuja que pasan todo el tiempo que pueden en la calle. Pero hay más alternativas a las clásicas que no dejan de ser juegos populares; por ejemplo, los juegos con sillas.
Todos hemos jugado alguna vez, tanto de niños como ya de adultos al juego de la sillas musicales, ese en la que cada vez que se para la música alguien queda eliminado por no sentarse a tiempo. Es tan famoso que es imposible no pensar en él cuando nos lanzan el concepto juego con sillas y nos piden que pensemos opciones.
Si haces el ejercicio, de hecho, te costará sacar más durante un buen rato. Te lo decimos por experiencia. Por suerte para ti, y para tu cabeza, has tenido la gran idea de buscarlos en internet y aquí estamos nosotros para sacarte de dudas, alumbrarte y ponértelo en bandeja.
Además del mencionado juego de las sillas musicales, hemos recopilado otras cuatro alternativas de juegos aptos para hacer con niños que requieren del uso de al menos uno de estos elementos clásicos del mobiliario de cualquier casa o colegio.
A buen seguro, cuando leas cuáles son, empieces a recordar que tú jugaste a ellos de niño pero se habían borrado los recuerdos de tu mente. Recuerdos que ahora regresan a la velocidad de la luz. Por si acaso alguno no lo conoces y quieres enseñárselo a los peques de la casa, te contamos brevemente en qué consiste su dinámica. Todas ellas realmente sencillas y fáciles de aprender para no tener que perder demasiado tiempo hasta empezar a jugar, que ya sabemos lo mucho que les cuesta a los peques atender durante un tiempo sostenido una explicación.
Estos cinco juegos con sillas no presentan dificultad alguna. En un visto y no visto lo habrán asimilado y estarán disfrutando alrededor, encima o junto a las sillas.

Es un clásico para el que se necesita una silla más de los que participen. Se disponen en círculo o en óvalo y hay que bailar alrededor, sin frenarse ni pararse, y siempre en el mismo sentido. Se gira en torno a las sillas hasta que el dj para la música. En ese momento toca encontrar silla. El que se quede sin ella queda eliminado. En cada ronda hay que retirar una silla.

Este es un juego de eliminación e el que se distribuyen sillas en un espacio alto. Los participantes se deben subir a ellas, a excepción del niño que la ligue. Este tiene que atrapar a los jugadores, que se desplazarán por el terreno hasta que quien la liga diga “¡ya!”. En ese momento han de subir a las sillas sin que les atrapen. Estar encima de estas es “casa”, pero hay que bajar de ellas cuando la persona que persigue diga “¡peste alta!”. El último en ser atrapado gana.

Otro juego de eliminación en el que las sillas deben ser una menos que el total de jugadores. La dinámica consiste en situarlas en rondo, dentro del cual se dibuja un círculo con tiza. Es la zona de tránsito. Debe haber espacio suficiente para moverse por ella. El que se la liga gira por fuera de las sillas pronunciando conceptos de la misma familia -frutas, animales, etc.- mientras el resto permanece sentado, y en un momento determinado dice la palabra que se haya estipulado como orden para que los jugadores cambien de silla. Si el roba una silla mientras los jugadores se levantan y cruzan por la zona de tránsito, elimina al jugador en cuestión. Gana quien resista encontrando siempre una silla.

Un juego sencillo de dinámica distinta a la mayoría de los que se hacen con sillas. Se trata de atar con cuerdas a postes, árboles o mesas varias sillas. Cada jugador escoge una y debe desatarla. Gana el que lo consiga antes. Se puede complicar a medida que los jugadores son más mayores y, por lo tanto, más hábiles.

A este juego se puede jugar sentados en el suelo o en sillas. El psicólogo se la liga. Debe abandonar la habitación o el espacio en el que estén el resto de jugadores, que han de ponerse de acuerdo en algo que les pase a todos. Por ejemplo, que son vacas. El psicólogo regresa y debe acertar lo que les pasa a “sus pacientes”. Se puede poner un límite de tiempo o un límite de preguntas, por ejemplo.