Quienes tenemos niños o niñas pequeños sabemos que mantener sus uñas y pies limpios puede ser todo un reto, especialmente cuando llega el buen tiempo y disfrutan jugando al aire libre. Corren descalzos por el césped del parque o la piscina, incluso se descalzan en la arena del parque o, simplemente, se pasan el día andando descalzos en casa. Esa arena del parque, el césped, el polvo y hasta restos de calcetines que se pegan entre los dedos por el sudor se acumulan fácilmente bajo sus pequeñas uñas. Y aunque el baño diario ayuda a limpiarlos, a menudo no es suficiente para dejar sus uñas impecables.
Puede que hayas probado de todo: desde cepillos específicos de uñas hasta meter una especie de palito debajo de sus uñas —spoiler: no es recomendable hacerlo—, pero estamos seguros de que no se te habrá ocurrido la solución práctica que propone la podóloga infantil y divulgadora Neus Moya.
La experta en los pies de los niños, la misma que nos explicó por qué se arrugan los dedos de los niños en el agua, comparte un truco sencillo y sorprendentemente eficaz para resolver este problema: utilizar un cepillo de dientes suave para limpiar las uñas de los niños.
El truco, paso a paso
El método es muy fácil de aplicar y no requiere productos especiales. Solo necesitas un cepillo de dientes suave que reserves exclusivamente para esto, agua tibia y un poco de jabón.
La clave está en la suavidad: en la ducha, primero se moja el cepillo con agua templada, se le aplica un poco de jabón y luego se frota con cuidado la superficie de la uña y la zona donde se acumula la suciedad.
Es un proceso rápido que no molesta a los niños y que elimina eficazmente la suciedad visible, dejando las uñas con buen aspecto, muy limpias. Además, es ideal para integrarlo en la rutina del baño sin necesidad de dedicar tiempo extra ni forzar la situación.
Este truco casero de Neus Moya no solo es eficaz, sino que también promueve una higiene más cuidadosa y respetuosa con los pies de los niños. Gracias a un simple cepillo de dientes suave, podemos mantener sus uñas limpias y saludables sin recurrir a prácticas agresivas. Así que la próxima vez que veas esas pequeñas uñas llenas de tierra tras una tarde en el parque, recuerda: agua tibia, jabón, cepillo de dientes… y mucha paciencia.
¿Y la suciedad que se queda en la esquina de la uña?
Es habitual que, aunque limpiemos bien, algunas esquinitas de las uñas sigan sucias. La suciedad no lo pone fácil. Ante esto, Neus Moya advierte: nada de usar palitos u objetos punzantes para raspar esas zonas difíciles.
Intentar retirar esa suciedad a la fuerza puede levantar la lámina ungueal y provocar que la uña se despegue ligeramente de su lecho. Esto no solo puede resultar molesto o doloroso para el niño, sino que además facilita que esa pequeña separación acumule más suciedad en el futuro.
La mejor opción, según la especialista, es simplemente dejarlo estar: si tras limpiar con el cepillo de dientes suave y jabón la mancha persiste, conviene no insistir. Probablemente se trate de una suciedad superficial que irá desapareciendo con los lavados sucesivos, nuevos cepillados y el crecimiento de la uña.
