8 propuestas prácticas para preadolescentes según su inteligencia predominante
Aunque los niños menores de 14 años puedan salir una hora al día acompañados de mayores, deben proseguir sus deberes escolares. Pero, más que tareas impuestas, ellos necesitan retos para que aprendan competencias significativas durante el confinamiento. Y para motivarlos es mejor si conectamos con sus talentos respectivos. ¿Qué les podemos proponer?
El confinamiento está poniendo a prueba la capacidad del Sistema Educativo para cumplir sus objetivos a distancia a través de las tecnologías que, por desgracia, no están llegando a cerca de un 30% de los alumnos menos favorecidos por sus condiciones socioeconómicas. En muchos casos, los padres se sienten desbordados por un exceso de tareas escolares. En otros, por una desmotivación creciente de los niños cuando no por un rechazo a los deberes. Todo ello con una continua interferencia en el teletrabajo de los adultos. ¿Habría otra forma de que aprendieran con mucho más interés? ¿Pueden servirnos en la práctica las propuestas pedagógicas del Aprendizaje Basado en Proyectos, las Inteligencias Múltiples, las metodologías activas o el Aprendizaje Servicio desde el hogar?
Aclaremos en pocas palabras qué significan estos conceptos y veamos algunas sugerencias concretas. Se consideran Metodologías Activas aquellas que implican a los niños en una dinámica continuada y motivadora de “aprender haciendo”, frente a la pedagogía escolástica tradicional más pasiva que considera como básico “escuchar las explicaciones del profesor” y responder de lo entendido.
Una de estas didácticas modernas es el aprendizaje por proyectos, promovido por los pioneros de la Escuela Activa, John Dewey y Willliam Heard Kilpatrick, que conectan los intereses de los alumnos con el reto de hacer proyectos que se conviertan en una experiencia eficaz y significativa para ellos, y que puedan materializarse o mostrarse a los demás compañeros. Hoy esta didáctica se ha perfeccionado en el llamado Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) usando en muchas escuelas infantiles y de primaria.
Cuando alguno de esos proyectos se enfoca hacia un grupo o una acción social externa a la escuela se le suele llamar Aprendizaje Servicio, porque los escolares aprenden valores sirviendo a los demás (personas mayores, inmigrantes, grupos de riesgo por exclusión social, etc.)
Howard Gardner, investigador de la Universidad de Harvard, demostró también que el llamado Coeficiente Intelectual solo medía un tipo de inteligencia, pero que el cerebro tiene capacidad y potencial para desarrollar otro tipo de Inteligencias Múltiples que él ha fijado en ocho tipos diferentes. Siguiendo su propuesta y basándonos en el concepto de “elemento” (aquello que a tu hijo o hija le gusta más y sabe hacer mejor, y por tanto puede motivarlo en la vida) difundido por Ken Robison, os proponemos 8 proyectos prácticos posibles para invitar a vuestros hijos a llevarlos a cabo según su destreza o interés dominante:
1. Escribir un relato de aventuras protagonizado por tu hijo transformado en un superhéroe que lucha contra el Covid-19 (Inteligencia lingüística-verbal que supone un buen dominio del lenguaje)
Sugerencia: Tu hijo o hija y su amigo el investigador Dr. Lince han inventado unas gafas de visión macro y microscópica que detectan los virus allí donde se posan y él los destruye con un lápiz laser, pero un malvado personaje, Mr. Ambiciosus, que se ha enterado quiere robarle sus dos inventos para hacer negocio con ellos… ¿Quién ganará, nuestro Hij@-Superhéroe, el malvado o el virus? Los niños con inteligencia lingüística necesitan desarrollarla leyendo, imaginando y escribiendo historias. También pueden ilustrarla. Proponle estos personajes para desarrollar una trama de acción u otras variantes posibles.
2. Inventar juegos matemáticos, descubrir enigmas o inventar lenguajes secretos numéricos. (Inteligencia lógico-matemática, es decir, capacidad de conceptualizar las relaciones lógicas entre los números, las acciones o los símbolos)
Si vuestro hijo o hija tiene una especial facilidad para el cálculo o las matemáticas os proponemos que investigue en Internet páginas de juegos matemáticos para realizarlos, para enseñarles a sus hermanos o para construir con tapones de plástico ábacos, juegos de mesa o inventar un código de espías convirtiendo cada letra del alfabeto en un número con alguna lógica para transcribirlo y que el resto de la familia debe descifrar.
3. Realizar un pequeño museo de dibujos realizando versiones de cuadros famosos, clásicos o contemporáneos. (Inteligencia visual-espacial, aquella que reconoce, valora y reproduce las formas sea con dibujos, fotografías, esculturas o maquetas)
La versión de obras plásticas modernas, impresionistas, cubistas o abstractas, que podemos encontrar en Internet, reinterpretadas a la manera infantil, tienen una frescura e ingenuidad muy personal y les sirven para romper sus propios esquemas a la hora de dibujar. Una vez realizadas puede hacerse una exposición en el pasillo de la casa.
4. Componer canciones cantadas, con o sin instrumentos y grabarlas con el móvil o con el ordenador. (Inteligencia musical, capaz de producir una pieza sonora bella o apreciar melodías musicales)
Escribir una letra, crear un ritmo y una melodía y acoplarlas es una aventura maravillosa, mucho más si se domina algún instrumento para interpretarlas. Grabarla y enviarla a las familias será un placer compartido.
5. Desarrollar una tabla gimnástica equilibrada, inventar un deporte nuevo para jugar en espacios reducidos o crear una coreografía de danza y grabarla en vídeo (Inteligencia Corporal-Kinestésica, que se distingue por la capacidad para coordinar movimientos corporales)
Hay niños con una especial predisposición a todo lo que signifique movimiento, psicomitricidad, deporte…. invitémosles a desarrollar ese potencial, y plasmarlo en un proyecto concreto.
6. “Si yo fuera tú”. Realizar una obrita de teatro o un juego de rol interpretando personajes reales (miembros de la familia) o de libros conocidos a partir de elegir al azar papeletas de una caja. (Inteligencia Interpersonal o social, capacidad de empatía y de entender las relaciones sociales desde la perspectiva de otros sujetos diferentes)
Si se hace una obrita de teatro puede grabarse como si fuese una película de vídeo para inmortalizarla y enviarla a los abuelos.
7. Realizar un diario escrito como auto-observación que recoja cada jornada del confinamiento y los sentimientos interiores que nos provoca esta situación, (Inteligencia Intrapersonal, caracterizada por la habilidad de conocerse a uno mismo, reflexionando sobre nuestros sentimientos y pensamientos)
El Diario de Ana Frank fue un libro de una adolescente que transcendió a la Literatura, el de vuestro hijo "hará historia" en la biografía de vuestra familia.
8. Realizar un proyecto escrito e ilustrado sobre ecosistemas naturales, el mundo de la microbiología o los avances de la biomedicina a través de Internet para enviar a sus amigos o profesores. (Inteligencia Naturalista, aquella que está especialmente sensibilizada con la biología y la ecología)
Aunque su medio es el exterior a pleno campo, preparar un cuaderno de observación, hacer una síntesis de conocimientos o resumir una vídeo-charla de un ecólogo puede ser un proyecto esencial para cualquier aprendiz de científico.
En suma, no es lo mismo aprender por obligación que movido por la motivación de realizar un proyecto que conecta con sus intereses y sus capacidades. No se trata de imponérselo sino de encaminarlo con preguntas y sugerencias hacia ello. Sin duda, si nuestros hijos son lectores de libros tendrán capacidad comprensiva para encontrar en Internet cualquier tema e imaginación para fomentar su creatividad y mantener la constancia para culminar cualquiera de estos retos.
Artículo ofrecido por Pedro Molino. Tutor y gestor de contenidos de la Universidad de Padres.