Cómo preparar a tu hija para su primera regla
Ya desde la niñez, mucho antes de que se vaya a producir el importante cambio madurativo del cuerpo que supone la aparición de la menstruación, se puede ir preparando ese momento a través de la bibliografía infantil y de la experiencia maternal, sin obviar la labor paternal, que no consiste en desentenderse de ello por ser “una cosa de mujeres”.
Dado que es imposible predecir con exactitud cuándo tendrá la primera menstruación tu hija, y teniendo en cuenta que esta puede llegar desde los diez años aproximadamente -el rango es amplio porque hay niñas, pocas, que cumplen los quince y no les ha venido todavía-, hay que preparar ese momento antes de que cumpla dicha edad. Y con prepararlo no nos referimos a hacer nada artificial o supermedido, simplemente a tratarlo con naturalidad con ella, contándole qué es eso que mamá llama regla.
La menarquía, que es como se conoce a esa primera menstruación, es un punto de inflexión en la vida de cualquier mujer. Desgraciadamente, también se puede llegar a convertir en algo delicado por ese tabú que todavía existe en buena parte de la sociedad a afrontar con la honestidad que requieren temas como este. Es íntimo, es verdad, pero no deja de ser algo compartido por todas las mujeres del mundo, y eso es un factor decisivo que se debe aprovechar para que ninguna niña se sienta sola cuando ella lo experimente por primera vez.
Naturalidad ante todo
Informarle poco a poco de todo lo referente a la regla para que llegue preparada al shock que es su primera irrupción repentina e inesperada es el primer paso para preparar y ayudar a una niña ante el cambio que se avecina. Se puede hacer ya desde muy pronto con el apoyo de la lectura gracias a la amplia variedad de cuentos, ya que hay una bibliografía infantil que trabaja muy bien este tema, y por supuesto a través de la experiencia personal. La madre tiene, evidentemente, mucho más que decir, pero es muy importante que el padre se involucre también en el proceso. Basta con hacerle saber a ella que su padre también es consciente del cambio fisiológico que va a vivir su cuerpo, que es algo natural pero que es consciente que conlleva sensaciones nuevas y que está a su lado para escucharle y darle luz a todo lo que ella necesite saber al respecto, como su madre.
Por informarle no nos referimos solo a la parte teórica -qué es, por qué aparece, con qué tiene que ver, qué se siente, etcétera-, sino también de todos los detalles prácticos que puedan serle de utilidad y que la preparen muy bien para el día en el que ocurra por primera vez. Enseñarla por ejemplo a usar la copa menstrual, las compresas o los tampones, acudir con ella a la parte del supermercado donde se venden los productos para que se familiarice con ellos -hay muchísimos modelos y no está de más explicarle para qué sirve cada uno-, y hasta darle algún consejo en base a la experiencia de la madre para que la higiene íntima sea la mejor posible -que lleve una compresa o un tampón siempre en la mochila del cole, e incluso una segunda braga cuando tenga la regla, por ejemplo-, son aspectos tan decisivos o más a la hora de afrontar cómo preparar a una hija para su primera regla.
Comunicación fluida
Además, es interesante también enseñarla a utilizar un calendario para que, sobre todo en las primeras reglas, lleve un control de su periodicidad y duración, de modo que pueda hacer un seguimiento exhaustivo que puede ser de valor desde el punto de vista clínico hasta que se regule del todo, algo que puede costar aproximadamente dos años sin que sea preocupante. Este pequeño historial también es importante si existe alguna anomalía física que no permita a la menstruación aparecer de forma regular, como puede ocurrir con las mujeres que sufren el síndrome del ovario poliquístico. Utilizar el calendario es, en definitiva, un recurso que puede serle de utilidad a la niña a partir de la llegada de la menarquía.
Por otro lado, de igual modo que ser transparente y mantener una comunicación fluida sobre la menstruación y todo lo que conlleva con la niña que se acerca a la edad en la que aparece la menarquía, es fundamental que los padres se conciencien de que tan importante es esto como escuchar a su hija. Es absolutamente imposible que una niña no tenga miedo, dudas, incertidumbre y también curiosidad antes de que pase si se le ha informado de lo que es la regla, y del mismo modo se le pasarán otros muchos sentimientos por la cabeza cuando ya sea una realidad. Por eso motivo, que la comunicación sea bidireccional y que haya una buena educación sexual detrás hará que el proceso sea mucho más llevadero para ella.
A partir de aquí, el mejor consejo que podemos dar es que siempre se mantenga el flujo de comunicación abierto, encontrando por supuesto ese equilibrio necesario entre cercanía y autonomía, y siempre en clave positiva pero honesta. Para ello, es recomendable evitar transmitirle mitos populares que no son verdad y que tienen el poder de pasar de boca en boca, y afrontar los efectos negativos, que los tiene, pero desde la naturalidad, sin generar ya de entrada una imagen de ogro en su cabeza cuando piense en la regla.