Problemas de sueño tras un divorcio

A esta edad los niños necesitan tener rutinas lo más estables posibles. Es demasiado pequeño para poder asumir un cambio de rutinas cada semana. Por eso, lo ideal sería que en las dos casas hiciese lo mismo. Si no es así y en una de las casas está acostumbrado a dormir acompañado, el niño no querrá estar solo en la otra.

El pequeño reclama siempre la presencia de su padre porque es la persona que más seguridad le transmite en ese momento o porque sabe que es quien se va a quedar hasta que él quiera.

No debes confundir el miedo con no querer o no saber estar solo y si en algún momento se lo planteas al niño, lo utilizará como excusa para no quedarse solo.

Intenta enseñar a tu hijo a pasar tiempo a solas por el día en las estancias de la casa y en su habitación. Por la noche, si ahora desconfía, tienes que asegurarle que te quedarás con él hasta que se duerma y no salgas de su dormitorio antes de que lo haga. Cuando vuelva a confiar, entonces hay que empezar a acortar el tiempo que estás con él para que vuelva a dormir con tranquilidad.

A esta edad es muy frecuente que los niños se despierten por la noche, sin ninguna causa aparente, y si se han acostado con recelo o no están acostumbrados a dormir solos, lo normal es que reclamen a papá o mamá.