Son niñas, no mujeres (y mucho menos esposas)
Una de las principales lacras que arrastramos en el siglo XXI es la infravaloración de la mujer y por tanto, aún más notable es el maltrato y uso de las niñas como objetos de trata y medios auxiliares para fines de dominación y patriarcado. Uno de los más notables es el matrimonio infantil.
Como sociedad tendemos a pensar que el papel de la mujer y de la niña tiene igual peso e importancia que el del hombre en todos los aspectos que nos rodean, sin embargo la realidad demuestra otra cosa muy diferente.
Desde Asociaciones, Fundaciones y Organizaciones como la división ONU Mujeres se plasma que, día a día, mujeres y niñas son relegadas a datos marginales que no se estudian y no se analizan con el mismo interesés y minuciosidad como cuando los datos pertenecen a niños y hombres; se tiende a teñir de neutro lo que, en realidad, es una falta de equidad en el trato e importancia de las pequeñas. Según la propia web de ONU Mujeres: "Hay claras brechas en los ámbitos de la recolección de datos y la toma de conciencia sobre las necesidades específicas de las niñas y los problemas que enfrentan."
¿Qué podemos hacer? ¿Cómo podemos luchar?
Desde una sociedad en la que las niñas no se ven forzadas a casarse, ni a dejar de estudiar para cuidar a los hermanos pequeños; desde la perspectiva de un mundo en el que las mujeres tienen casi las mismas oportunidades que los hombres de acceder a la universidad (aunque no así de ganar lo mismo que ellos ante igualdad de responsabilidades laborales) parece difícil de concebir, e incluso imposible, hacer algo para el cambio. Sin embargo, no hace mucho nuestras madres y abuelas vivieron una situación similar que, aunque no tan violenta como la situación actual, les obligó a luchar por sus derechos y si en la actualidad tenemos una concepción como la que tenemos (aún habiendo mucho por luchar) de la mujer y sus capacidades, no deja de ser debido a la importancia que estas mujeres le han dado en la educación de nuestra generación.
La equidad de géneros en nuestra sociedad empieza con la educación de los niños en las aulas, muchos colegios como el Colegio Brains tienen diseñados planes que les ayudan a conseguirlo, por ejemplo, basándose en eliminar los prejuicios e ideas preconcebidas; enseñando a los niños a afrontar estas diferencias de género y dar respuesta a las dudas de los niños sobre cuestiones incómodas como el sexo, y las relaciones entre personas para romper el sistema de imposición de roles. Otra de las maneras es utilizar el juego como base de la enseñanza en equidad, fomentando los juegos inclusivos, en los que el rol masculino o femenino no intervenga, así como la promoción de equipos mixtos. El juego es una de las formas más efectivas de enseñanza, especialmente en valores, por lo tanto el patio y el recreo deben ser una extensión de este aprendizaje.
Por desgracia, las niñas de los países en vías de desarrollo viven otro tipo de desafíos como por ejemplo el intento de abolir los matrimonios infantiles, claro signo de la desigualdad en la que viven.
Los datos sobre el matrimonio infantil son espeluznantes:

onu matrimonio infantil
Datos básicos sobre el matrimonio infantil
- En todo el mundo, una de cada siete adolescentes de entre 15 y 19 años está casada o en pareja.
- En los países en desarrollo (a excepción de China), una de cada tres niñas contrae matrimonio antes de los 18 años. Es decir, el futuro de 47.700 niñas se ve impedido todos los días.
- A menudo, las niñas que contraen matrimonio precozmente enfrentan un sinnúmero de violaciones de los derechos humanos. Son más vulnerables a la violencia física y sexual. Con frecuencia, son obligadas a abandonar la escuela para asumir responsabilidades domésticas. Tienen menor capacidad para defenderse y para defender sus derechos.
- Con frecuencia, el matrimonio infantil es la antesala de la procreación, aun cuando las niñas no estén física o mentalmente preparadas. Cada día, más de 20.000 niñas menores de 18 años dan a luz en los países en desarrollo: cifra que representa más de 7 millones de partos por año.
- Las niñas que reciben educación tienen más probabilidades de posponer el matrimonio y la procreación. Las niñas que cuentan con educación secundaria tienen hasta seis veces menos probabilidades de contraer matrimonio infantil, en comparación con las niñas con poca o ninguna educación.
- Los índices más elevados de matrimonio infantil de todo el mundo se encuentran en el África Subsahariana, donde cerca de 4 de cada 10 niñas contraen matrimonio antes de los 18 años; y alrededor de una de cada ocho se casa o se une en pareja antes de los 15. Esta región precede a América Latina y el Caribe y a Oriente Medio y Norte de África, donde el 24 y el 18 por ciento de las mujeres de entre 20 y 24 años, respectivamente, contrajo matrimonio en su infancia.
Para terminar nos gustaría ilustrar el horror que puede suponer un matrimonio antes de tiempo con un anuncio de UNICEF que deja claro que las niñas son solo niñas, aún no son mujeres y mucho menos esposas.