Ser Padres

Una nueva investigación sugiere que la COVID-19 puede desencadenar diabetes en niños

Aunque la COVID-19 no ha afectado gravemente a los niños, sí se siguen conociendo algunas consecuencias de la enfermedad a largo plazo en quienes la han sufrido. En esta ocasión, sabemos que un nuevo estudio sugeriría que podría desencadenar diabetes en los más pequeños.

Los casos de diabetes infantil han aumentado entre los niños. Pero algunos hospitales de diferentes países han observado como el incremento de los diagnósticos se ha producido durante la pandemia, lo que lleva a los expertos a hacerse la siguiente pregunta: ¿podría, la COVID-19, tener algo que ver?

Si bien es cierto que una mayor cantidad de niños han sido diagnosticados con diabetes en los últimos años, la pandemia de coronavirus en la que aún nos encontramos inmersos ha traído una nueva preocupación que alarma especialmente a algunos médicos e investigadores: la posibilidad de que una infección por COVID-19 pueda desencadenar nuevos casos de diabetes.

Es lo que se observó, por ejemplo, en un hospital infantil de Los Ángeles, según una investigación publicada en la revista especializada Diabetes Care el pasado mes de abril. En este hospital los nuevos casos de diabetes tipo 2 aumentaron de 44 en 2018 (período prepandémico) a 82 en 2020 (durante el apogeo de la pandemia).

Pero también se encontró algo alarmante: los niños diagnosticados en 2020, durante la pandemia, también se encontraban más enfermos. Concretamente, un mayor porcentaje de niños presentaron cetoacidosis diabética, que consiste en una complicación grave que implica niveles muy elevados de azúcar en sangre, pudiendo ser potencialmente mortal.

Como señalan los autores del citado estudio, algunos niños presentaban anticuerpos en la sangre del virus SARS-CoV-2, lo que sugeriría que, en algún momento anterior, habían estado expuestos a la COVID-19.

Foto: Istock

Diabetes en niños por la COVID-19Foto: Istock

En otro estudio, llevado a cabo en cinco centros médicos del Reino Unido, los investigadores encontraron un aumento del 80 por ciento en la cantidad de niños con nuevos casos de diabetes tipo 1 durante la pandemia. Y, como ocurrió en el hospital infantil de Los Ángeles, también se observó un alarmante aumento de cetoacidosis diabética.

Lo cierto es que este repunte de casos de diabetes supuestamente relacionados con la COVID-19 también es motivo de preocupación para los adultos. De hecho, en agosto del pasado año un grupo internacional de investigadores especializados en diabetes estableció un registro de pacientes que habían tenido diabetes relacionadas con la COVID. En dicho proyecto participan investigadores del King’s College London y la Universidad Monash. Según este registro, hasta el momento se habrían registrado 645 casos de diabetes después de la infección.

¿Existiría realmente un vínculo entre la COVID-19 y la diabetes?

Por el momento, y teniendo en cuenta que la COVID-19 es una enfermedad nueva que aún continúa siendo investigada por los científicos, el vínculo conocido entre ambas enfermedades no está del todo claro. Y es que, si bien es cierto que algunos hospitales si han experimentado un aumento en los casos nuevos durante la pandemia, otros no.

Uno de los investigadores ha encontrado evidencia de que el SARS-CoV-2 daña las células del páncreas; concretamente, las células beta, que son las células presentes en este órgano que se encargan de producir insulina. Si las células beta no funcionan adecuadamente, y no son capaces de producir suficiente o nada de insulina, la glucosa no puede pasar del torrente sanguíneo a las células, lo que puede desencadenar diabetes.

Lo cierto es que se trataría de un descubrimiento que coincide con otros estudios que también han encontrado que otros virus, como el causante de las paperas, también pueden desencadenar la diabetes tipo 1 al dañar esas mismas células beta. Según creen los científicos, esas personas estarían “genéticamente predispuestas” a desarrollar la enfermedad.

Mientras se continúa investigando, los expertos advierten que, al menos por el momento, se desconoce si las células beta dañadas se recuperan de la lesión infligida por la COVID-19, o si el daño se mantiene a largo plazo.

De ahí que los investigadores incidan en la importancia de continuar manteniendo las estrategias de prevención contra la COVID-19, como es el uso de mascarillas faciales, lavarse muy bien las manos y evitar las áreas interiores con mucha gente y sin la debida ventilación.

tracking