Ser Padres

Como padres, ¿qué podemos hacer durante la infancia para cuidar su salud mental?

Estudios recientes refuerzan lo que la OMS ya avisó en el año 2018: las enfermedades mentales se desarrollan en su mayoría antes de la mayoría de edad.

Los datos acerca de la salud mental son muy preocupantes. Ya advirtió en el 2018 la Organización Mundial de la Salud (OMS) con motivo del Día Mundial de la Salud Mental: la mitad de las enfermedades mentales comienzan a los 14 años, y la mayoría ni se detecta ni se trata.
Un estudio reciente publicado en la revista Molecular Psychiatry del grupo Nature ahonda en la misma dirección: la mayoría de las enfermedades mentales aparecidas en los 700.000 pacientes dieron la cara en los primeros 25 años de vida y los jóvenes de 14 años son quienes más lo sufren por los cambios madurativos que tienen lugar en el cerebro en esta edad. “Los trastornos mentales son la primera causa de pérdida de años de vida en jóvenes", ha señalado Joaquim Raduà, jefe del grupo de investigación del IDIBAPS que dirige el estudio junto a Paolo Fusaro-Poli, del King s College de Londres y  Marco Solmi, de la Universidad de Padua.
Ante el panorama que describe la ciencia, y mientras se dan pasos adelante decisivos en política para que la enfermedad mental tenga la cobertura que requiere en la sociedad contemporánea, es imposible no preguntarse qué podemos hacer como padres durante la infancia para cuidar la salud mental de nuestros hijos. Es más, es muy aconsejable que lo hagamos.
El famoso neuropsicólogo y divulgador Álvaro Bilbao propone 4 claves al respecto:
  • Afecto físico: según Bilbao, cientos de estudios han demostrado que “la cercanía con los padres y las muestras de afecto son esenciales para un desarrollo emocional y un antídoto contra enfermedades mentales en la vida adulta”. Por eso recomienda prestarles atención y hacerles sentir queridos.
  • Reducir el estrés: en opinión de Álvaro Bilbao, “los dos factores que más influyen en la aparición del estrés en la infancia son tener unos padres estresados y expectativas demasiado altas para la capacidad del niño o de la niña”, por lo que es esencial no pedirles más de aquello que pueden hacer en función de sus habilidades y su edad. “Y si lo haces, estate dispuesto a estar a su lado para ayudar y acompañarle”, dice el neuropsicólogo.
  • Tiempo para jugar y descansar: Álvaro Bilbao insiste en un mensaje extendido entre los especialistas en psicología infantil y educación en el que ya hemos insistido en piezas anteriores: “no es obligatorio que hagan muchas actividades fuera de casa ni que aprendan muchos idiomas”. Es más, el exceso de actividades y la falta de tiempo libre y descanso pueden generar agotamiento y desconexión emocional. “Dales todos los días tiempo suficiente para jugar y descansar”, recomienda Bilbao. Recuerda, además, que no hay mejor actividad extraescolar que el parque hasta los seis años.
  • Mal clima familiar: aunque es imposible no perder los nervios en algún momento y así  lo reconoce el propio Álvaro Bilbao, es importante crear un clima amable en la convivencia y la crianza. “Siempre es bueno que tengamos en mente que los castigos, gritos, amenazas, recriminaciones y malos tratos físicos son muy dañinos para su desarrollo emocional”, concluye.
A estos consejos se pueden sumar otras recomendaciones que especialistas e instituciones trasladan a los padres y madres de niños pequeños para cuidar la salud mental de estos. Desde la ong Educo, especializada en infancia y educación, además de repetir las líneas maestras ya descritas en boca de Ávaro Bilbao, aporta algunos tips más:
  • Enséñales a entender sus emociones: en ocasiones los niños y niñas sienten rabia o miedo y no son capaces de entender por qué así que es muy aconsejable, según el equipo de expertos de la ong, “Reflexionar con ellos para que sepan la emoción que sienten, le den nombre y aprendan a gestionarla”.
  • Ayuda a desarrollar su inteligencia emocional: la empatía es esencial en ambas direcciones, tanto la de los adultos hacia sus hijos como la de estos con las personas de su entorno. “Se puede fomentar con libros, por ejemplo, para que se comprendan qué sienten las personas en situaciones complicadas, de forma que los niños y niñas se pongan en su lugar”. aconsejan desde Educo.
  • Escúchales: a menudo los adultos tendemos a educar con una jerarquía muy marcada cuando “Los niños y niñas tienen sus propias opiniones y es esencial escucharles de forma activa”, explican desde Educo, que insisten en la importancia de darles siempre la oportunidad de expresarse y tener en cuenta lo que dicen. 

Por último, es importante estar siempre alerta a posibles cambios de comportamiento o señales físicas que indiquen que algo puede no ir bien en los niños y adolescentes a nivel mental. No se trata de obsesionarse, sino de no bajar la guardia, especialmente con la entrada en la adolescencia, ya que como hemos explicado al comienzo de la pieza, los 14 años son la edad más sensible en lo que respecta a la salud mental. Y tal y como concluyen desde Educo, no tengáis miedo ni reparos en acudir a un psicólogo con vuestro hijo en caso de que lo estiméis oportuno.
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