¿Escribís e-mails a vuestro bebé? Si lo hacéis, no estáis locos
Enviar correos electrónicos a una dirección creada por vosotros es una manera de que vuestro hijo cuente con un cuaderno de bitácora de su nacimiento, crecimiento y evolución. Cuando llegue el momento oportuno, dadle la contraseña y toda su vida estará documentada con fotos y textos.
En la sociedad actual, en la que todo va tan rápido y en la que apenas tenemos tiempo de hacer nada, documentar el nacimiento, el crecimiento, la infancia, la niñez y la adolescencia de nuestros hijos sigue siendo muy pero que muy importante. Y no solo para nosotros, sino también para ellos, para que cuando se hagan mayores sepan y tengan constancia y consciencia de lo que siempre han significado para nosotros en nuestras vidas.
Sin embargo, ¿cómo conseguirlo teniendo en cuenta esa rapidez y esa falta de tiempo como telón de fondo? Hay una manera. El correo electrónico es la solución. Sí, sí, como lo leéis. ¿Acaso no estáis frente a un ordenador varias horas a la semana, por no decir muchas, o muchas al día? ¿Acaso no hacéis infinidad de fotos a vuestros pequeños con el teléfono móvil más que con esa súper cámara fotográfica que un día os comprasteis prometiéndoos hacer ese curso de fotografía que siempre quisisteis hacer y que aún no habéis hecho? Sí, ¿verdad?
Smartphone y mails son la combinación perfecta para enviar a una cuenta de correo que vosotros mismos hayáis creado documentos gráficos o textos que hayáis hecho o escrito, respectivamente, a vuestros hijos. Se acabaron las excusas. Todos tenemos un ordenador o un teléfono desde el que escribir mails y mandar fotos. Y además lo podemos hacer en cualquier momento: esperando el autobús, mientras se calienta la cena, en la peluquería, en el descanso de la comida en el trabajo…
Obviamente el ritmo de envío lo pone cada uno, pero seguro que si lo pensáis al menos un correo a la semana es más que factible enviar. En menos tiempo del que creáis tendréis un auténtico cuaderno de bitácora sobre vuestro bebé, niño, adolescente… y mucho más barato que si lo hacéis en uno tradicional. ¡Ahh! y con la ventaja adicional de que éste no se puede ni quemar ni perder nunca. Salvo que perdáis la contraseña. Y ya sabéis que se puede recuperar.
La otra ventaja de esta fórmula es que vuestro hijo no podrá encontrar nunca ese cuaderno hasta que vosotros mismos decidáis decirle que existe y entregarle la dirección de correo con su consiguiente password. ¿Cuándo hacerlo? Ahí sí que no os podemos echar una mano. Cada hijo es un mundo y cada familia un planeta. La decisión está en vosotros y en vuestra relación con vuestros hijos.
Sólo os aconsejamos que elijáis bien el momento para que en lugar de ser un motivo de alegría ese mail lleno de recuerdos no se convierta en un motivo de vergüenza o sentido del ridículo de vuestro futuro hijo adolescente o joven adulto. Si lo hacéis correctamente, a buen seguro tendréis un saco virtual de los grandes hitos de su vida y de las grandes vivencias de la familia -cumpleaños, vacaciones, viajes, navidades, fiestas… - que sabrá agradecer y guardar como oro en paño.
¿Te apetece? Pues ya sabes la receta. Empieza desde ya y no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.