Verano sin pantallas: cómo hacer que los niños hagan un uso responsable
Ahora que los niños disponen de más tiempo libre, pasan un mayor tiempo conectados a los dispositivos electrónicos. El doctor Fernando Miralles nos da las claves para evitar un excesivo uso de estos aparatos.
Autor: Mª Carmen y Susana Sanz
Llega el verano y nuestros hijos disponen de mucho tiempo libre para descansar, jugar, divertirse y disfrutar en familia, pero también tiempo en el que se aburren, por lo que más fácil es que acudan a las nuevas tecnologías. Desde la introducción de los teléfonos móviles, consolas de videojuegos, tabletas y teléfonos muchos de nuestros hijos pasan delante de las pantallas gran parte de tiempo de ocio, tiempo que los padres tenemos que controlar para que hagan un uso responsable de este tipo de aparatos electrónicos y además evitar crear en ellos una adicción.
Fernando Miralles, doctor en Psicología por el CEU nos da algunas claves para evitar que los niños pasen demasiado tiempo frente a las pantallas este verano.
Comidas en familia
Parece una frase lógica pero, ¿cuántas veces hemos visto en un restaurante una familia en la que alguno o todos los pequeños se pasan toda la comida enganchados a la tablet o al móvil para que los padres y los comensales de las mesas colindantes puedan tener una comida tranquila?
Los móviles se han convertido muchas veces en nuestra tabla de salvación si queremos hacer las comidas fuera de casa con niños sin tener que perder los nervios. Sin embargo, a largo plazo estamos haciendo un flaco favor a nuestros hijos ya que asociarán el momento de la comida con el dispositivo electrónico debilitando poco a poco la sociabilidad familiar y el placer que supone disfrutar del plato.
Cada vez son menos las familias que se juntan durante la comida o cena, por eso tenemos que intentar que, en esos momentos en los que estamos juntos, el móvil no sea el protagonista.
Orientarles al ocio responsable
La frase por excelencia en los niños de hoy en día es “me aburro”. Si no tienen un móvil o una tablet a su lado no saben en qué entretenerse. Nosotros, como adultos, debemos hacer que los niños aprendan a saber que es un tipo de ocio al que pueden acceder pero que deben tener la responsabilidad de, en primer lugar, saber cuándo deben parar y, en segundo, de notificar a los adultos que están con ellos si alguna de las cosas que están viendo les parece fuera de lo normal.Hoy en día hay cientos de programas y aplicaciones que restringen el uso de determinados contenidos a los niños. También es responsabilidad de los adultos el hecho de estar pendientes de los contenidos que ven nuestros hijos en todo momento.
Hay muchísimas cosas que pueden hacer además de estar con los dispositivos, como hacer deporte, ayudarnos con las tareas del hogar o, incluso, si tienen hermanos pequeños, actuar como “profesores” para ayudarles con sus deberes. Puede que a nuestros ojos parezca aburrido, pero, por ejemplo, hacer que ellos hagan la comida de la familia ese día, siempre bajo nuestra supervisión, les hará divertirse, entretenerse y además una cosa muy valiosa: sentirse útiles dentro del seno familiar.
Enseñarles a planificar el tiempo libre
Los dispositivos electrónicos son solamente una pequeña parte de todas las cosas que pueden disfrutar nuestros hijos. Desde pequeños debemos planificar su tiempo libre en el verano con actividades al aire libre con la familia, sociabilidad con otros niños de su edad, ayuda a los padres en las tareas domésticas y ocio a través de la lectura.Las rutinas son importantes y aunque es verano debemos planificar diferentes actividades a lo largo del día para que no estén “enganchados” todo el día a la tablet.
Cuando comiencen las vacaciones podemos dedicar una mañana a elaborar un horario semanal planificando las actividades que se llevarán a cabo teniendo en cuenta que hay que ser un poco flexible en este sentido ya que tenemos que establecer una barrera entre el horario que siguen a lo largo del curso escolar y el que seguirán en verano.
En este aspecto, es importante que ellos sean los que elaboren su horario porque el hecho de diseñarlo les hará ver poco a poco la importancia de las rutinas en el alcance de los objetivos y logros.
Cambia el aparato, no el concepto
La tecnología ha dado un cambio radical en nuestras vidas estos últimos años y ya no somos capaces de concebir nuestro día a día sin un móvil, una tablet o sin poder estar conectados a juegos online con gente de todas las partes del mundo.
No podemos prohibir a nuestros hijos unos aparatos con los que están destinados a convivir durante toda su vida pero tampoco podemos dar libertad total para que lo usen cómo y cuándo quieran. Debemos enseñar a los niños los pros y los contras de todos estos dispositivos y los peligros que entraña el excesivo uso de las pantallas, las nuevas amistades invisibles que podamos hacer a través de las diferentes aplicaciones o chats que hay a través de la red, los casos de ciberacoso infantil que diariamente nos podemos encontrar y la adicción que puede llevar el abusivo uso de estos dispositivos.
A partir de cierta edad podemos mostrar a nuestros hijos todos los peligros que puede entrañar el uso sin control de todos estos dispositivos.
Un niño aburrido= un niño creativo
Como hemos dicho antes, la frase preferida de los pequeños es “estoy aburrido”. Cuando un niño se aburre se puede despertar en él toda la creatividad. Si nuestro hijo se aburre, en su cerebro se activará la capacidad de crear por él mismo, hecho que no se da si los niños tienen todo su tiempo de ocio programado.
En nuestra sociedad los adultos estamos acostumbrados a que en cuanto el pequeño dice que se aburre, planificar algo rápidamente. Los niños pierden entonces la capacidad de pensar, de crear, de inventar, de imaginar y, en definitiva, de crecer como persona.
Además, los niños que desde pequeños saben pasar tiempo solos (y no necesitan estar siempre en compañía de un adulto para divertirse), serán más seguros de sí mismos y sabrán aprovechar mejor los momentos de convivencia familiar.
Control de los videojuegos y del tiempo
Los videojuegos son pequeñas ventanas donde nuestros hijos entran en contacto con el mundo de la informática e Internet. Hay que enseñarles a que ellos mismos comiencen a ponerse sus propios límites para que no se pasen toda la tarde jugando.
Es importante saber que jugar a los videojuegos no se debe convertir en un hábito y que, si dejamos pasar tiempo con ellos, deben haber terminado con sus deberes y estudios diarios.
También como padres tenemos que controlar el tiempo del juego e indicarles una hora de comienzo y otra para acabar aunque se encuentren en la mitad de una partida. Es muy relevante respetar estos tiempos puesto que cada vez los videojuegos tienen mayor duración y nuestros hijos intentarán que les dejemos jugar más con frases como “hasta que me pase esta pantalla” o “una última partida, por favor”.
En cuanto a los juegos en los que directamente interactúan con otros jugadores a través de Internet, hay que estar pendientes y advertirles de que hay personas que se hacen pasar por gente de su edad y, por tanto, pueden poner en peligro su propia seguridad.
Formarlos sobre los peligros de Internet
Internet puede ser un gran aliado y como padres podemos enseñar a nuestros hijos todas las posibilidades, programas y recursos que tienen a su alcance.
Pero también es importante que se les enseñe en qué tipo de páginas pueden entrar y en cuáles no, cómo saber si una página es segura y a no facilitar las claves de ningún tipo.
Adicción al teléfono
Yo como madre intento aplicar alguno de estos consejos, pero algunas veces no me resulta nada fácil (a veces he pensado que la única opción que me queda es desconectar el wifi de la casa y que todos los aparatos pierdan su conexión). Muchas veces después del trabajo, los padres llegamos a casa y tenemos que hacer las labores del hogar, por lo que suele disminuir el tiempo que podemos dedicar a nuestros hijos, con lo que no estamos con ellos todo lo que quisiéramos.
Cuando llegan a una determinada edad (suele coincidir con la entrada al instituto) casi todos los niños llevan móvil, ya que así los padres les podemos tener más localizados y ellos pueden llamarnos por si ocurre algo. Es en esta edad donde comienzan a utilizar las redes sociales y a compartir fotos con sus amigos, por lo que es fundamental que ya desde pequeños les enseñemos qué pueden subir y qué no a las redes sociales (aunque todos sus amigos lo hagan).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha creado un nuevo trastorno denominado “adicción al teléfono móvil”. Ahora hay muchos niños que ya no pueden salir de casa sin este dispositivo, que no se concentran porque están todo el tiempo pendientes del móvil y que no saben estar jugando o contando sus vivencias con sus compañeros porque está mandando mensajes a otros amigos.
Fernando Miralles Muñoz, Doctor en Psicología y Profesor de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, nos da unas últimas pautas para hacer que el niño no se enganche al teléfono móvil:
- Cuando esté estudiando dejar el móvil en otra habitación.
- Nunca meterse a la cama con él.
- No ir por la calle leyendo mensajes y respondiendo.
- Prohibido a la hora de comer y cenar.
- Comprar una calculadora y no dejar que haga las operaciones con el móvil (ya que con esa excusa aprovechará para mirar mensajes o vídeos).
- En vacaciones y tiempo libre poner horario de inicio y fin al móvil (como en la televisión y los videojuegos).
Es una tarea muy difícil, pero seguro que si poco a poco ponemos en práctica estos consejos conseguiremos reducir el tiempo que nuestros hijos pasan con la tablet, móvil o los videojuegos.
Artículo ofrecido por Mª Carmen y Susana Sanz, periodistas y creadoras del blog www.trucosdemamas.com
Fernando Miralles Muñoz. Doctor en Psicología y Profesor de la Universidad CEU San Pablo de Madrid. www.fernandomiralles.es