Es uno de los ingredientes más nutritivos y que más juego da en la cocina. Para no caer siempre en la misma tortilla francesa, te proponemos diez formas diferentes de cocinarlo para terminar el día de la forma más sabrosa posible.
El huevo es uno de los ingredientes más versátiles que existe en la cocina. Tiene un poder de transformación increíble porque, tan pronto puede ser tomado como alimento principal en exclusiva ya sea frito, a la plancha o en una simple tortilla francesa, como que permite ser utilizado en multitud de elaboraciones saladas y dulces. Es por tanto todo un básico al que recurrir a la hora de meterse en los fogones.
Pero es que además sus propiedades nutricionales lo convierten en imprescindible a la hora de llevar una alimentación saludable. La clara es un 88% de agua y el resto son proteínas, mientras que en el caso de la yema la mitad es agua y el resto son lípidos y proteínas, ambos importantes para la salud. Durante el embarazo, por ejemplo, favorece el desarrollo del feto durante la etapa embrionaria y del bebé lactante. Y su función es igualmente importante en la etapa de crecimiento en la infancia y la adolescencia.
Por tanto, desde que se introduce como un elemento más en la alimentación complementaria -nunca antes de los seis meses y siempre siguiendo las pautas recomendadas por los pediatras de tomar primero la yema cocida y luego la clara también cocinada para vigilar la aparición de cualquier alergia o intolerancia-, es recomendable su consumo en niños en cualquiera de sus variedades. Ofrecer a los pequeños unos 3-4 huevos a la semana les supone una genial fuente de proteínas.
Recuerda eso sí que al manipular el huevo hay que tratar de evitar la contaminación cruzada. Es decir, no utilizar sin limpiar previamente las manos o los utensilios que hayan estado en contacto con alimentos crudos para tocar los alimentos ya cocinados. Y, en el caso de que utilices el huevo para elaborar mayonesa o cualquier otra salsa, refrigerar inmediatamente u consumir en las próximas 24 horas para evitar males como la salmonelosis.
Y si estás falta de ideas sobre cómo prepararlo en la cocina tanto para comidas como para cenas y no caer en el aburrimiento, prueba con alguna de las recetas que te recomendamos a continuación que seguro serán todo un éxito en casa cuando las pongas sobre la mesa.
Crépes
Crêpes
Hay muchas recetas diferentes para preparar crêpes y en todas el huevo es el protagonista de la masa. A los peques les encanta y puedes rellenarlos de las combinaciones más deliciosas.
Tosta con huevo
Tosta con huevo
Una tosta de aguacate, de tomate, de queso fresco y un huevo poché por encima es una idea deliciosa de cena pero también de desayuno. Prueba a añadirle semillas por encima o un puñadito de frutos secos picados.
Salmorejo
Salmorejo
Con la llegada del buen tiempo el salmorejo se cuela en nuestra lista de platos favoritos. Rico, saludable, fresco y nutritivo, es ideal para una cena de verano acompañado por trocitos de huevo duro y tacos de jamón por encima. En invierno puedes probar a acompañar cualquier crema de verduras de huevo y será una opción igualmente interesante.
Ensalada
Ensalada
Una cena rápida, sencilla y sana es una ensalada. Puedes probar a elaborarla de muchas formas, con una base verde o de quinoa, por ejemplo, a la que añadir tomate, maíz, remolacha, zanahoria o cualquier otra verdura que te guste y, como no, huevo.
Quiche
Quiche
El huevo es el principal ingrediente de esta tarta salada de origen francés que puede concebirse como una pizza a la que añadir cualquier ingrediente ya sea verdura, pollo, pescado o cualquier otro alimento.
Huevo con pisto
Huevo con pisto
Pimiento verde, pimiento rojo, cebolla y tomate bien pochadito todo con un huevo frito o a la plancha que lo acompañe. Una deliciosa manera de que coman verduras los peques.
Huevos revueltos
Huevos revueltos
Pueden ser solos, aderezados con alguna especia o con verduras salteadas. Lo importante es que el huevo sirva de hilo conductor.
Espinacas a la crema con huevo
Espinacas a la crema con huevo
El clásico plato de espinacas a la crema pero en versión más nutritiva. Cambia la nata o la bechamel por un huevo al horno para darle mayor untuosidad.
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