Ser Padres

“Yo sí creo que hay alimentos buenos y alimentos malos”

Preguntamos al dietista-nutricionista Julio Basulto, autor de 'Se me hace la bola' y 'Mamá come sano', cuáles son las claves de una alimentación saludable, y cómo es la dieta de su familia.

Aida Díaz

Julio Basulto (Barcelona, 1971) es diplomado en Nutrición Humana y Dietética y autor de varios libros. Ha escrito, entre otros, Se me hace la bola, sobre la alimentación de los niños, y Mamá come sano (ambos en editorial Debolsillo), sobre la alimentación en el embarazo y la lactancia. Está casado con Olga Ayllón, también dietista-nutricionista y tiene tres hijas.

¿Qué tal comen tus hijas?

Muy bien. Son felices comiendo, que es lo importante. Respeto sus gustos y preferencias, dentro de una oferta de alimentos sanos.

¿Quién diseña los menús en tu casa?

Entre todos, también intervienen las niñas. Muchas veces hacemos cinco platos distintos para comer, porque si yo sé que María quiere una ensalada y unas patatas al horno y Ana un arroz integral con huevo frito y a Clara le apetecen unos macarrones, pues los hago, que para eso hay muchos fogones.

¿Diseñas los menús para toda la semana?

No, improvisamos.

¿Y es fácil ofrecer una comida equilibrada improvisando?

Si, muy fácil. Lo que nosotros intentamos transmitir es que la clave no está lo que haces, sino en lo que no haces. La cuestión no es diseñar un menú equilibrado y saludable, sino que es no tomar a menudo alimentos superfluos como, por ejemplo, patatas fritas, bollería, galletas, cereales de desayuno, alimentos muy salados, muy azucarados o muy grasientos. Con eso es suficiente.

¿No es necesario hacer un menú muy variado?

No estoy en absoluto de acuerdo con el dogma de que hay que comer de todo. Yo creo que hay alimentos buenos y alimentos malos. Hace 50 años esa frase tenía sentido, pero hoy por hoy no, porque estamos rodeados de alimentos superfluos. Entra en un supermercado y busca la comida: no la encontrarás.

¿Qué tipo de cocina se hace en tu casa?

De todo, intentamos que sea de temporada, sobre todo ahora que vivimos en un pueblecito, porque es más ecológica. Tenemos una alimentación fundamentalmente vegetariana; las niñas comen de todo, pero la mayor parte de lo que comen son alimentos de origen vegetal poco procesados. Yo soy vegano y mi mujer vegetariana, pero nosotros no pretendemos que las niñas coman como nosotros.

¿Quién cocina?

Sobre todo Olga, pero también yo. También cocinan de vez en cuando las niñas. Yo soy cocinero, hice el FP de cocina y trabajé en su día de cocinero, pero me gusta más la nutrición.

Tus conceptos teóricos sobre nutrición ¿han cambiado al ver comer a tus hijas?

Totalmente, pero en realidad lo que más cambió mi orientación sobre cómo alimentar a mis hijas fue el libro de Carlos González Mi niño no me come (ed. Temas de Hoy). Ese libro es una vuelta de tortilla que me ha hecho replantearme todos los conocimientos teóricos que tengo sobre el tema.

¿Hay productos prohibidos en tu casa?

El alcohol: ni mi mujer ni yo lo tomamos, entre otros motivos, para dar ejemplo. Pero no hay nada prohibido.

¿La clave para enseñar a comer es a un niño es predicar con el ejemplo?

Si, sí, desde luego.

¿Porque sí hay que enseñarles a comer?

No lo creo. Hay que predicar con el ejemplo y limitar alimentos prohibidos. Mi hija Ana, a sus 10 años, sabe perfectamente lo que es normal comer a menudo y no lo que no lo es, pero a un niño pequeño le dejas comer según sus preferencias y va a coger antes un bollo de chocolate que un plato de menestra. Para mí, enseñar es limitar el acceso a ciertos alimentos sin prohibir. La palabra enseñar parte de la idea de que hay unas pautas, y no estoy muy seguro de cuáles son; lo que sí sé es lo que no conviene que tome el niño a menudo: refrescos azucarados, helados, alimentos muy salados, etc.

¿Darías algún consejo a los lectores?

El primero es que vigilen la seguridad en el hogar y el coche, que es más importante que la nutrición: proteger las ventanas para que los niños no se caigan, no dejarles solos en la bañera, quitar de su alcance medicamentos y detergentes, etc. , y el segundo, que se planteen qué es comida y qué no es.

¿Por qué cambian tanto las tendencias en alimentación?

Hay dos cosas: La primera, la industria: en la campaña 5 al día, para la promoción del consumo de frutas y verduras, el gobierno de Estados Unidos invierte cinco millones de dólares al año, mientras que la industria del fast food dirigido a niños invierte cinco millones de dólares cada día. Eso significa que buena parte de los mensajes que escuchas han sido manipulados por la industria alimentaria. Otra explicación es que la ciencia avanza y algunas cosas que pensábamos que eran verdad hoy descubrimos que no lo son tanto. Lo que no ha cambiado y no va a cambiar es que la alimentación debe basarse en una variedad de alimentos de origen vegetal poco procesados.

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