Los alimentos transgénicos son seguros
Muchos padres tienen miedo de las consecuencias que pueden tener los alimentos transgénicos en la salud de sus hijos. El pediatra José Manuel Moreno Villares, médico adjunto de nutrición clínica del Hospital 12 de Octubre de Madrid y asesor de Ser Padres, nos lo explica.
Los alimentos transgénicos proceden de organismos a los que se les han modificado los genes. ¿Y para qué? Para conseguir alguna propiedad de la que carecían (plantas más resistentes a insectos) o para potenciar una propiedad que ya tienen (cereales con un alto contenido en proteínas).
La mayoría de los organismos genéticamente modificados pertenecen al mundo vegetal, pero también existen animales transgénicos, como salmones que alcanzan un tamaño superior al de su forma natural u ovejas que dan más lana.
Seguridad para el consumo humano
La principal preocupación que provocan estos productos es su seguridad: si pueden afectar a la salud del consumidor y al medio ambiente. Para evitar posibles riesgos, la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han dictado normas sobre su empleo en la alimentación y evaluado a fondo el impacto de su consumo.
No existe ningún dato científico que indique que estos alimentos supongan una amenaza para la salud del consumidor, incluido el niño. Aun así, las autoridades sanitarias obligan a advertir en el etiquetado de los productos elaborados si llevan ingredientes genéticamente modificados.
Riesgo para el medio ambiente
En cuanto al riesgo ambiental, parece ser que en los lugares donde estos alimentos se cultivan, a veces se produce una transferencia de genes de la variedad modificada a la silvestre: la especie transgénica avanza y la autóctona desaparece, esto es, se produce una pérdida de biodiversidad.
De momento son pocos los transgénicos que llegan a nuestra mesa, y estos deben identificarse en el etiquetado. Los padres podemos decidir si los consumimos o no y, si preferimos no tomarlos, existen alternativas.