Las 5 claves que debes conocer para garantizar la seguridad alimentaria en tu hogar
¿Conoces las reglas de higiene alimentaria que debes cumplir para garantizar la seguridad alimentaria en casa?

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La higiene alimentaria es una cuestión que tenemos muy presente cuando elegimos en qué locales de hostelería comer y si volveremos a ellos o no, pero en ocasiones tendemos a infravalorar esta cuestión en el ámbito del hogar, donde a raíz de la pandemia de la COVID-19 ha aumentado de forma notable la preparación de alimentos en relación con el consumo fuera de casa.
Por este motivo, es uno de los temas en los que profundiza la campaña #EUChooseSafeFood. Lanzada por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) con el objetivo de aumentar la confianza de las personas consumidoras en España a la hora de elegir alimentos y explicar el papel de la ciencia como garante de la seguridad alimentaria de la UE, la campaña advierte de que existen una serie de reglas básicas establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que conviene cumplir para asegurar la higiene alimentaria en nuestro hogar.
Desde la campaña #EUChooseSafeFood se incide en la importancia de ser conscientes de los riesgos a los que nos exponemos cuando manipulamos alimentos y cocinamos en casa. Y para explicarlos, recurre a las cinco claves que la OMS describe para garantizar la seguridad alimentaria en el hogar:
- La limpieza. Es imprescindible que nos lavemos con frecuencia las manos antes, durante y después de la preparación de la comida, así como lavar cuidadosamente todas las superficies y utensilios que utilizaremos en el proceso.
- El manejo adecuado de los alimentos crudos. Mientras manipulamos alimentos crudos de origen animal (como la carne, pescado, huevos o marisco), es importante que lo hagamos de forma independiente al resto de los alimentos del plato. Esto implica utilizar equipos y utensilios distintos para manipular estos alimentos crudos y también es recomendable guardar los alimentos en recipientes distintos para evitar la contaminación cruzada.
- El cocinado completo de los alimentos. Aunque hay muchos platos que contienen alimentos de origen animal crudos, como el ceviche, el sushi o el carpaccio, es importante estar muy seguros de la preparación de estos platos, y conocer los riesgos potenciales de prepararlos en casa. Bajo esta lógica, muchos expertos recomiendan cocinar muy bien los alimentos y, así, reducir el riesgo de consumir bacterias que puedan existir en los alimentos de origen animal crudos. Además, las autoridades sanitarias y alimentarias inciden también en que es imprescindible congelar aquellos pescados que se vayan a consumir crudos o semicrudos.
- Mantener los alimentos a una temperatura adecuada. Un alimento cocinado no debe permanecer a temperatura ambiente más de dos horas, sino que tiene que ser refrigerado lo antes posible. Ocurre exactamente igual con los alimentos que queramos descongelar, algo que no debe hacerse a temperatura ambiente, sino que es recomendable hacerlo en la parte baja del frigorífico, ya que por debajo de 5ºC el crecimiento bacteriano se hace más lento. Además, es importante recalcar que los alimentos no deberían ser almacenados por mucho tiempo aunque estén en la nevera.
- Utilizar agua y materias primas seguras. Es crucial que usemos agua potable para garantizar la seguridad a la hora de lavar o pelar las frutas o las hortalizas que vayamos a comer, especialmente si las vamos a ingerir crudas. El exterior de los alimentos puede contener microorganismos patógenos y sustancias químicas peligrosas para la salud, de ahí que lavarlos y pelarlos, en el caso de las frutas y verduras cuya piel sea comestible, ayude a prevenir este riesgo.
Puedes ampliar esta información en la página web oficial de la campaña #EUChooseSafeFood promovida por la EFSA y AESAN que busca aclarar a la ciudadanía información sobre seguridad alimentaria y sobre otros temas relacionados como el etiquetado, las declaraciones de propiedades saludables, los alérgenos, los aditivos, las enfermedades de origen alimentario o la importancia de las abejas para la cadena alimentaria.