Cómo elaborar 5 platos de una vez
No hace falta ser un experto chef de cocina para preparar cinco platos a la vez en poco más de una hora. Basta con tener a mano los ingredientes necesarios y una olla a presión.
Preparar cinco platos de una vez y en poco más una hora es posible. No hablamos de perritos calientes, sándwiches y hamburguesas, sino de recetas tradicionales de nuestra cocina, de esos platos que nuestras abuelas cocinaban a fuego lento.
No hace falta disponer de un sofisticado robot de cocina, basta con tener una olla a presión de acero inoxidable, rápida o superrápida, eso sí, de tamaño grande. María Teresa García Jiménez, directora del Diploma de Alimentación, Nutrición y Salud pública de la Escuela Nacional de Sanidad, nos explica cómo hacerlos:
En la olla ponemos los ingredientes para un cocido, bien lavados: Carnes (pollo, morcillo, hueso de jamón, etc.), varias verduras (puerro, zanahoria, perejil, etc.) que darán a los platos ese gusto y ese aroma único que solo aportan las hortalizas, dos o tres patatas peladas, garbanzos y agua en cantidad suficiente para obtener bastante caldo.
A estos ingredientes añadiremos, por un lado, un kilo de patatas peladas y por otro lado, otra variedad de legumbres, por ejemplo, unas judías blancas, que habremos introducido en una bolsa especial de algodón de cocer legumbres, lo mismo que los garbanzos.
Ponemos la olla al fuego (fuerte hasta que la válvula suba y suave a partir de ese momento) y la dejamos el tiempo necesario para la perfecta cocción de los alimentos. Cuando haya perdido el vapor y podamos abrirla tendremos los cinco platos estarán casi listos para comer.
Uno: un cocido
Garbanzos, pollo, morcillo, verduras y patata: un plato completo y reconfortante para una suculenta comida de medio día. No es necesario acompañarlo de sopa.
Dos: Una sopa de fideos
La sopa humeante, ese clásico en las cenas en nuestra niñez, reconforta y alimenta. Si tras este plato servimos un segundo más pequeño, nuestra dieta mejorará varios puntos porque “con frecuencia a los segundos platos que se toman en la cena les faltan nutrientes y les sobran grasas y calorías”, aclara María Teresa Jiménez. Todo son ventajas.
Tres: Una sopa de verduras
Se elabora con hortalizas de distintos colores, como zanahoria, patata y cebolla, ralladas las tres, para iniciar a los niños en el hábito de tomar la verdura”, sugiere María Teresa García Jiménez. “La sopa de verdura tiene fibra y unas vitaminas que aguantan bien la ebullición”, añade la profesora.
Cuatro: Un puré de patata
Para elaborar un nutritivo puré que encantará a los más pequeños de la casa, se trituran las patatas con la batidora o el pasapurés, se añade un litro de leche entera y se condimenta al gusto con pimienta y nuez moscada. No conviene añadir aceite o mantequilla, la leche entera ya aporta grasas.
Cinco: Unas legumbres
Las judías blancas, escurridas y sofritas con un diente de ajo picado fino, una preparación habitual en Cataluña donde esta receta se llama mocheta, serán un acompañamiento excelente para una ración pequeña de pescado, un chuleta de cerdo o una pechuga de pollo también de pequeño tamaño. Para servir un menú completo y equilibrado solo queda preparar una ensalada, que aportará vitaminas y minerales. Más rápido imposible.
Bien conservados
Cuando se planifica servir esos cinco platos en los días siguientes a su cocción no es necesario congelarlos. Se mantendrán tres o cuatro días en la nevera, si tomamos la precaución de guardarlos de forma adecuada.
Nada más abrir la olla los distintos platos se guardan en recipientes, a ser posible de cristal y se tapan inmediatamente para protegerlos de los microorganismos que se desarrollan en el medio ambiente. Así, bien cerrados, se dejan enfriar y cuando estén tibios se llevan al frigorífico.
“Mucha gente no sabe cuánta energía se ahorra al hacerlo así, porque congelar masas de alimentos demanda mucha electricidad, además se conserva mejor el sabor del plato”, advierte María Teresa García Jiménez.
“Este método es muy higiénico: si la comida se tapa inmediatamente, no le caen gérmenes; y en caso de que le caiga alguno, como su temperatura al abrir la olla es de unos 100º, las probabilidades de que se destruya son muy altas”, aclara la profesora.
En caso de la comida se prepare por la noche, una buena idea es apagar la olla cinco minutos antes de terminar la cocción y dejarla cerrada hasta el día siguiente, entonces se terminará de hacer. “Con el calor que queda y como no la hemos abierto es una auténtica semiconserva", añade María Teresa García Jiménez.
Calentar
Mientras ponemos la mesa, introducimos en el microondas el plato que vamos a servir en un recipiente del tamaño ajustado a su cantidad para que no haya una cámara de aire entre el alimento y la tapa, y lo llevamos a ebullición.
La tapa protege a la lámpara del microondas de la comida que salta, evita que el plato pierda agua y mejora su seguridad. Es preferible usar un plato de cristal, tipo duralex, que no se altera con las altas temperaturas del microondas, que una tapa de plástico de la que pueden desprenderse componentes que puedan ir a parar al alimento, sobre todo si en ellas no se especifica que son especiales para microondas.
Ya tenemos nuestro plato listo para servir. Solo queda disfrutar de su sabor en familia.