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Humidificador, pros y contras para usarlo con tus hijos en casa

En general, prevalecen las virtudes sobre los defectos entre la opinión pública hasta el punto de que solemos asociar catarro en los peques (y en los adultos) con enchufarlo toda la noche, pero hay que tener cuidado a la hora de utilizarlo porque la humedad excesiva es contraproducente y porque es incompatible con algunas patologías de naturaleza respiratoria.

Con los humidificadores conviene no dejarse convencer por la primera opinión que te llegue, salvo que sea de un profesional sanitario, por supuesto. En realidad, esto es un mantra que deberíamos aplicar a muchísimos aspectos de la vida, pero al final el poder del boca a boca popular, sobre todo si este viene de una fuente cercana, “de confianza” -familiar o amigo íntimo-, se impone sin remedio. Y no, no siempre está en lo cierto. Los humidificadores, por ejemplo, no son ni tan peligrosos como los pintan algunos ni la panacea de todos los males como los pintan otros. Son un recurso interesante, pero debe utilizarse con responsabilidad y dando prioridad siempre a la salud del niño, que a veces es incompatible con su uso, de ahí que lo decisivo sea la opinión sanitaria.
El humidificador es, como su propio nombre indica, un aparato que humedece el ambiente en el que se ponga en marcha a partir de la evaporación de agua fría -también los hay que funcionan con agua caliente, y dentro de ambos tipos, pueden incorporar un ionizador e incluso un higrómetro integrado, artilugio que mide la humedad en el ambiente-. Se suele utilizar, sin recomendación médica previa -no quiere decir que esté bien, sino que es lo que ocurre habitualmente-, en habitaciones demasiado secas o cuando alguna de las personas que duerme en ese habitáculo padece un catarro o afección similar que complica su respiración durante el sueño al obstruir este las vías respiratorias.

Cuidado con el asma y la dermatitis atópica

Lo primero que debemos especificar con respecto al uso del humidificador es que es un arma de doble filo para personas con asma y con otras patologías como la rinitis. Además, el exceso de humedad no es buena en ningún caso, de ahí que muchos expertos médicos recomienden en todo caso poner el humidificador cuando la habitación está vacía, un rato antes del momento de ir a la cama, y apagarlo cuando llegue este. Así lo explicó la dermatóloga infantil Cristina García Millán en un taller organizado por Ser Padres el pasado mes de noviembre sobre la dermatitis atópica y su incidencia en el sueño infantil. Por este riesgo de que exista alguna incompatibilidad médica del niño con el humidificador conviene, sobre todo en caso de tener la más mínima duda, consultar con el pediatra si el humidificador es compatible con el historial clínico del niño antes de usarlo.
Además, hay que tener en cuenta también que en la habitación en la que esté funcionando uno de estos aparatos, se respira lo que haya dentro de ellos. Esta advertencia viene al caso para alertar de lo importante que es mantenerlos siempre limpios y secos cuando no estén enchufados. Incidimos especialmente en esto último porque no serías la primera persona que los deja con el depósito de agua medio lleno, con lo que ha sobrado de su último uso, y pasan días, incluso semanas, antes de volver a enchufarlo sin haberlo ni siquiera vaciado. Lo más probable en este caso es que se hayan formado bacterias en su interior por el microclima húmedo que genera el agua estancada y encerrada. Es posible incluso , tal y como advierten instituciones como la Agencia de Protección Ambiental estadounidense (EPA), que se liberen dichas bacterias al encenderse de nuevo.

Humedad más equilibrada

Hemos empezado por los contras de los humidificadores porque en general prevalecen más entre la opinión pública sus virtudes que sus contraindicaciones. Y, como ves, no son tanto contras como advertencias, ya que un uso responsable garantiza que ninguno de los tres riesgos principales, incompatibilidad con un niño con patologías respiratorias, exceso de humedad, y aparición de hongos derivados de una limpieza incorrecta, se convierta en realidad.
Con estos detalles controlados, el humidificador puede ser, como decíamos al comienzo del texto, un aparato útil para equilibrar la humedad en habitaciones demasiado secas o para favorecer ambientes que ayuden a liberar las vías respiratorias cuando el niño se acueste. No hay evidencias científicas concretas de sus ventajas en estos escenarios, pero hay estudios que fijan entre un 40 y un 50% la humedad relativa óptima en el interior de las casas, y a esto sí ayuda, mediante un uso responsable, el humidificador.
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