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Qué es y cómo curar la dermatitis del pañal

Con una buena higiene y una crema específica para el culete se puede tratar e incluso evitar esta molesta irritación de la piel.

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La dermatitis del pañal, como todas las dermatitis, es una inflamación de la piel. Lo que la diferencia de las demás es que aparece en las nalgas, los genitales, las ingles, la parte superior de los muslos y, a veces, la parte inferior del abdomen; es decir, las zonas que están en contacto con el pañal, de ahí su nombre.

Es muy común en los bebés y cuando la sufren, si hablaran, dirían algo así como: “Mamá, pica”… y mucho. Los síntomas son enrojecimiento, sarpullido y descamación de la piel.

¿Por qué se produce?

La causa más frecuente es la humedad que se concentra en la zona por las heces y la orina. El roce del pañal, si está demasiado ajustado, una alergia a los productos de higiene, la introducción de la alimentación complementaria y la diarrea también pueden provocarla.

¿Cómo tratarla?

Tras cada cambio de pañal, hay que aprovechar para lavar el culete y los genitales al bebé con agua tibia y jabón neutro. Es importante secarle bien, sobre todo entre los pliegues cutáneos, y hacerlo con toques suaves, sin frotar. Si estás fuera de casa, las toallitas húmedas son indispensables. Luego conviene cubrir la zona irritada con una capa de pomada regeneradora. En la farmacia las hay diseñadas específicamente para tratar la dermatitis del pañal. Sus ingredientes calmantes e hidratantes también favorecen la cicatrización de la piel, ayudan a restaurar la barrera cutánea y mejoran la elasticidad de los tejidos cutáneos. Por último, ponle el pañal limpio y no lo ajustes demasiado, así tendrá la zona con un mínimo de ventilación. Con estas sencilla medidas en tres o cuatro días se le pasará el escozor.

¿Cuándo hay que consultar al médico?

A veces, la dermatitis se complica con una infección por hongos o bacterias. En estos casos, la piel pasa de estar enrojecida a abultarse y tomar un color rojo intenso, incluso puede mostrar pequeñas vesículas purulentas también de color rojizo. En estos casos, el niño necesitará un tratamiento específico que el pediatra recetará.

¿Se puede prevenir?

Evitar este trastorno es fácil. Lo más importante es no dejar al bebé mucho tiempo con un pañal sucio, pues la acidez de las heces y el amoniaco de la orina en contacto con su delicada piel son el caldo de cultivo para que la piel se irrite.

También ayuda aplicar dos o tres veces al día en los genitales, las ingles, las nalgas y la tripa una pomada protectora con efecto barrera de los agentes irritantes. Aprovecha para hacerlo tras los cambios de pañal, sobre todo en el de antes de la siesta y el de la noche que es cuando más tiempo puede pasar con él manchado. Además, recuerda secarle bien después del baño, sobre todo entre los pliegues de la piel y, cuando haga buen tiempo, déjale con el culete al aire un rato para que la piel se airee.

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