Ser Padres

¿Cómo debes coger a tu bebé?

Llegará el día en que manejes a tu hijo como una madre experta, pero hasta entonces, toma nota de las posturas recomendadas por los especialistas. Así perderás el miedo a que tu recién nacido se escurra o a hacerle daño y él se sentirá seguro en tus brazos.

Algunas madres, sobre todo las primerizas, sienten cierta inquietud al coger a su recién nacido, pues creen que al moverlo de acá para allá van a hacerle daño.
¿A ti te pasa? Para tranquilizarte sigue dos consejos:
  • El primero, confiar en tu instinto maternal, que se te ha “disparado”, aunque no seas consciente. ¿Verdad que coges a tu bebé con infinita delicadeza? Pues así es como debes actuar para ahorrarle sobresaltos y esa sensación de vértigo que experimenta de vez en cuando (se debe a que ahora ya no está rodeado de líquido amniótico).
  • El segundo, llevar a la práctica las pautas que dan los expertos sobre cómo manejar a los niños tan chiquititos.
Durante su primer mes, el bebé tiene los músculos del cuello tan débiles que no le permiten sostener la cabeza, por eso debemos sujetársela nosotros.

Para levantarle de la cuna

"Hemos de colocar una mano en su nuca y otra en su culete y desde ahí acomodarlo en nuestro culete, con su cabecita descansando en nuestro codo doblado y ligeramente elevado, y el resto de su cuerpo reposando en el antebrazo. Así disponemos de la otra mano para ayudar en el reparto del peso de piernas y nalgas”, explica Elena Neila, fisioterapeuta infantil del centro Valle36, de Madrid (valle36.es).

Para llevarle de un sitio a otro

“También podemos incorporarlo y llevarlo en vertical. ¿Cómo? Sujetándole la cabeza recostada en nuestro hombro con una mano y el culito y las piernas con la otra. En ambas posturas, lo más cómodo y seguro es llevar al pequeño muy pegado a nosotros, porque cuanto más cerca de nuestro eje mantenemos un peso, mejor lo soportamos y más fácilmente lo controlamos”, continúa la especialista.

Para acostarle

Hay que proceder de igual modo pero al contrario, sujetándole con nuestras manos la cabeza y el culete y no retirándolas hasta comprobar que el pequeño está perfectamente apoyado sobre el colchón de su cuna. ¡Y mucho ojo! No te olvides de tumbarlo siempre de lado o boca arriba, pero jamás boca abajo, puesto que esta postura incrementa el riesgo de muerte súbita del lactante.

Para amantarle

“En los dos casos la madre debe asegurarse de que deja libres las vías respiratorias al bebé, de que no le tapa la nariz con su pecho”, advierte Elena Neila.

Para darle el biberón

Debes mantenerle muy pegado a ti, pero semiincorporado en tu regazo, porque si le tumbas del todo hay más riesgo de que se atragante e incluso es posible que parte de la leche fluya de la garganta hacia la trompa de Eustaquio y llegue a su oído medio, provocándole una dolorosa infección de oídos.

Para vestirle y desvestirle

“Puesto que hay que cambiar de pañal al bebé muchas veces al día, lo ideal para que nuestra espalda no sufra y el niño se sienta a gusto es hacerlo en un cambiador específico para este uso, que también nos servirá para vestirlo y desnudarlo con más comodidad”, recomienda la especialista de Valle36.

Además, es muy buena idea colocar un espejo junto al cambiador, para que el niño se entretenga observando su imagen reflejada y así no patalee mientras le aseamos el culito o le vestimos, lo que nos llevaría a adoptar posturas raras para poder limpiarle y ponerle la ropa.

A la hora del baño

Elena Neila nos explica cómo solventar este momento tan temido por las madres primerizas: “Debemos introducir al bebé en el agua de la bañerita sujetándole la nuca y los hombros con una mano y el culete y las piernas con la otra. Para que no se asuste en el baño hay que mojarle primero las piernas y luego el resto del cuerpo. Una vez que apoye el culito en la bañera, usaremos la mano con la que se lo estábamos sujetando para pasarle la esponja por el cuerpo, manteniendo la sujeción de la cabeza”.

Cuando sale de paseo

Los especialistas aconsejan a las madres y padres llevar a su hijo en un portabebés-mochila, pues el contacto físico potencia el vínculo paterno-filial, beneficia el desarrollo físico del pequeño y le ayuda a sentirse más seguro en su nuevo mundo.
“Ahora bien –advierte la fisioterapeuta infantil–, hay que elegir un modelo adecuado al peso del niño, que además sea lo bastante alto para que le mantenga la cabeza bien sujeta.
En cuanto a las piernas, el pequeño debe llevarlas flexionadas y abiertas con respecto a su eje corporal, de manera que no le cuelguen. En esta postura se siente muy relajado y corre menos riesgo de sufrir una displasia de cadera”, concluye la especialista.
tracking