4 rarezas muy normales del recién nacido

El aspecto del recién nacido no tiene nada que ver con el de los preciosos bebés que nos muestran los anuncios de colonias o potitos. Tiempo al tiempo, en unos meses tu hijo será igual de guapo, o más.

Seguro que te llama la atención su…

Es habitual que el bebé tenga la cebecita deformada, porque los huesos del cráneo, que aún no están fusionados, se han tenido que adaptar al canal del parto para poder atravesarlo.

En general, las deformidades se corrigen en la primera semana de vida.

Lo habitual es los ojos del bebé estén hinchados, igual que el resto de la cara, por la presión sufrida durante el parto y porque el bebé llega al mundo con un exceso de líquido que irá eliminando poco a poco. En un par de días, la inflamación se le quitará.

A los padres también les inquieta observar que su hijo bizquea, generalmente una falsa sensación debida a que los recién nacidos tienen el puente nasal diminuto. Es normal que el recién nacido no fije la mirada y que presente movimientos oculares descoordinados.

Unos bebés nacen con las orejas pegadas a la cabeza por la presión experimentada al pasar por el canal del parto; en pocos días se normalizan. A otros les ocurre justo lo contrario: las orejas están muy despegadas. Suele deberse a la posición de la cabecita al dormir.

En cualquier caso, a medida que crezca la cabeza las orejas resultarán menos prominentes.

Es posible que el bebé tenga vello en la espalda y los hombros. Es el lanugo que aparece en el feto a partir del quinto mes de embarazo, para proteger la piel.
Habitualmente se cae antes de la semana 40 de embarazo, pero a veces permanece al nacer. No hay que hacer nada. El lanugo se cae solo en en pocos días o semanas.