El porqué del Baby-Led Weaning
Practicar Baby-Led Weaning o alimentación a demanda tiene multitud de ventajas, ¿quieres saber cuáles son?
Crecí viendo a primos más pequeños que yo comer potitos, papillas y frutas con unas mallas que parecían la última revolución gastronómica. Imagino que es una imagen que comparto con la gran mayoría de personas de mi generación, que crecimos entre biberones y alimentos triturados, lo que mandaba la industria. Lo normal. Lo que hacía todo el mundo. Supongo que actuando a modo de imitación, que es lo que hacemos generalmente los humanos, hubiese hecho lo mismo con mi hija. Pero entonces, entre blogs y libros de maternidad/paternidad se cruzó en nuestro camino el Baby Led Weaning, que aunque su nombre suene a chino (o a inglés) no es más que la alimentación complementaria a demanda, algo que nos conecta con lo que fuimos antes de que las minipimers se adueñaran de nuestras cocinas.
Porque sí, el baby led weaning consiste en algo tan sencillo y humano (y aparentemente tan extraño, por las reacciones cuando lo cuentas) como dar de comer a partir de los seis, siete u ocho meses a tu bebé lo mismo que comes tú. Comida en trozos. Sin más. Hay que tener confianza en tu bebé, paciencia, aceptar que va a ser un juego con tendencia a la suciedad y saber que está preparado (se aguanta sólo sentado, muestra interés por la comida, hace el movimiento de masticación). Lo demás es tan natural como la vida misma. Nosotros empezamos cuando Mara tenía seis meses porque fue cuando vimos que ella estaba preparada. Hoy, 24 meses después, creo que es una de las mejores decisiones que hemos tomado. Son varios los motivos.
Porque es cómodo y barato, ya que no tienes que hacer gasto en comidas a propósito para tu bebé ni ir cargado con potitos cuando sales a pasar el día fuera.
En nuestro caso en concreto hemos tenido que confiar mucho en nuestra hija, que hasta bien entrados los dos años ha comido poco y a su ritmo (poco para lo que los adultos consideramos, pero suficiente para lo que su cuerpo requería). Ahora, con dos años y medio, tiene alimentos preferidos y otros que no lo son tanto, pero los ha probado todos y ha experimentado con todos ellos.
Gracias a empezar tan pronto a comer sola tiene una habilidad sorprendente para su edad en el manejo de cubiertos y vasos. Hemos podido salir de casa sin ir cargados y comer en restaurantes sin que nos tuviese que calentar un potito. Y, sobre todo, hemos hecho de la comida en familia un acto para disfrutar y no un sufrimiento diario, que es lo que vi con mis tíos y primos. Imagino que es una imagen que también comparto con la gran mayoría de personas de mi generación.

El porqué del Baby Led Weaning
Adrián Cordellat es autor del blog unpapaenpracticas.com.
Periodista, padre de una niña de 2 años, tiene 31 años y es valenciano. Desde 2012 vive en Madrid, donde ejerce de padre y de periodista.