Cuatro cosas que te estresan de la maternidad y que puedes evitar
Muchas de las situaciones que hacen que la maternidad te estrese se pueden neutralizar o al menos minimizar. Te contamos cómo lograrlo.
Hay muchas situaciones que hacen que la maternidad nos estrese. Al miedo a lo desconocido que siempre acompaña a la experiencia de tener un hijo, se unen muchas situaciones que hacen que los niveles de ansiedad de las madres recientes (y, también, de muchas reincidentes) se disparen.
Si es tu caso, ante todo, mucha calma: no eres un bicho raro sino que, como tantas otras mamás, estás desbordada por la situación.
Muchos de los factores estresores se pueden renutralizar o al menos minimizar. Te contamos cómo logarlo.
1. Los consejos de las veteranas
Las suegras, amigas marisabidillas y madres veteranas en general tienden a asesorar sin que nadie se lo pida a las recién incorporadas al cub. La intención suele ser buena, pero el chorreo de consejos puede volverte literalmente loca.
Es normal que expresiones del tipo “lo que debes hacer”, “tienes que…” o “así no” nos generen rechazo. Pero lo mejor es reinterpretarlas y no tomarlas como una orden, sino en modo: “a ella le ha funcionado eso, no hay mala intención, pero yo lo voy a hacer a mi manera”. Así se minimiza el impacto de la presión externa.
En último extremo, para evitar que estas situaciones te bloqueen, lo más efectivo es seguir la sindicaciones del pediatra y de tu intución. “Gracias, lo consultaré con su pediatra”.
2. ¿Supermamá igual a superagenda?
La maternidad duplica, triplica y hasta cuadriplica las cosas que hay que hacer y los fuegos a apagar, pero ¡ojo!, hay que escoger qué batallas librar y prescindir de lo que no sea realmente importante.
Hay cosas que no se pueden eliminar de la agenda como las citas del pediatra, comprar regalos para los cumpleaños a los que le invitan, pero, ¿es realmente necesario apuntarse a todas las escuelas de padres del distrito, llevar bollitos a las fiestas de la urba o apuntar al niño a unas clases de “iniciación a la técnica malabar en el circo”?....
3. ¿Adiós, mundo social?
“Ya no conecto con mi grupo de amigas”, “cómo ellas no tienen hijos, no les interesa cómo me siento ni lo que les cuento”, “mi vida social ha muerto”… El aislamiento es otra de las sombras que se ciernen sobre muchas madres. Con el cansancio de los primeros meses, es difícil encontrar tiempo para hacer vida social y, además, hay pocos sitios públicos donde se pueda ir con un niño tan pequeño...
Vale, no es el mejor momento para salir a bailar o al teatro, pero a cambio se puede hacer nuevas amistades con otras madres recientes (a través de foros de internet, como el de Ser Padres, redes sociales, grupos de madres…) que tengan intereses similares a los tuyos, sin perder de vista las anteriores (ya volveremos a hobbies cuando tengamos más tiempo). tu bebé, que es maravilloso y en resolver el día a día que ya es bastante.
4. Las comparaciones (son odiosas)
Cada mujer es un mundo y cada mamá, también. Así que no sirve de nada comparar tu vida con la de otras madres. Tú eres única, tu hijo también y debes confiar en tu instinto. Ningún niño necesita una madre perfecta y no existe la manera infalible de educar y criar a los hijos. Hay muchas maneras de hacerlo bien, y esto es cuanto un niño necesita.
Asesoras: Mónica Martín Burgos. Coach experta en PNL y comunicación interpersonal. y María Rosa Ferrero, psicóloga del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, de Madrid.