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La fimosis en bebés

¿Cómo se detecta si un bebé tiene fimosis? ¿Cómo puede afectar al niño? ¿Hay que hacer maniobras para dilatar el prepucio?

¿Qué es la fimosis? La fimosis consiste en la dificultad o imposibilidad para desplazar hacia atrás la piel del prepucio y hacer visible el glande del pene. La fimosis aumenta las posibilidades de infección y, en algunos casos, puede ser dolorosa.

Tipos de fimosis

Existen dos tipos de fimosis, que requieren medidas diferentes:

- Fimosis primaria:

Se debe a que el orificio de la piel del prepucio es muy estrecho y forma un anillo que impide al resto de la piel prepucial desplazarse hacia atrás.

- Fimosis secundaria o adherencias:

Se produce cuando la piel del prepucio y la mucosa del glande están adheridas entre sí y no puedan separarse. También se conoce como adherencias prepuciales.

Medidas para tratar la fimosis en bebés

Las recomendaciones sobre qué hacer en caso de fimosis debe darlas el pediatra del niño y, si es necesario más tarde, el urólogo infantil.

En la primera exploración del recién nacido el pediatra explora el pene, ve si el prepucio se repliega y recomienda a los padres que limpien el pene del bebé lavándole la punta con agua y jabón, sin intentar hacer dilataciones para que baje el prepucio en ningún caso.

Más tarde, si la piel del prepucio empieza a replegarse, el pediatra recomendará bajar suavemente la piel del prepucio y, aprovechando el momento del baño, limpiar la zona con un chorro de agua y jabón para evitar que se depositen secreciones en el pliegue que puedan predisponer a infecciones del glande.

Las maniobras para dilatar el prepucio están desaconsejadas

Hace unos años, cuando el prepucio no se retraía, el pediatra intentaba dilatarlo con maniobras forzadas para dejar el glande visible y daba instrucciones a los padres para que siguieran dilatándolo progresivamente en casa.

En la actualidad se intenta evitar esas maniobras extrañas porque el niño sufre un dolor intenso y porque, la mayoría de las veces, no se logra lo que se pretendía y al tratar de separar el prepucio del glande queda como secuela una herida sangrante.

La mayoría de las fimosis desaparecen solas

La mayoría de los niños que tienen una fimosis fisiológica, producida por pequeñas adherencias prepuciales, solo requieren extremar las medidas higiénicas, ya que este tipo de fimosis suele desaparecer por sí misma antes de los tres años. De hecho, solo el 1% de los niños de 14 años tienen fimosis.

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