Mamá quiere dormir con el bebé; papá, no. Así es el colecho mixto
¿Qué ocurre cuando los padres no se ponen de acuerdo a la hora de permitir que los niños duerman en su cama? ¿Quién cede? Así se practica el colecho mixto.
Cuando uno de los dos padres no desea compartir cama con los hijos pero el otro sí, o cuando ambos prefieren que los hijos vayan teniendo su espacio para dormir pero no les disgusta el colecho, se pueden establecer diferentes fórmulas mixtas que contemplen las necesidades de todos y se ajusten a las particularidades de sueño cada etapa.
Una opción muy extendida, por ejemplo, es comenzar la noche con el niño en su cuna y contar con el compromiso de los padres de atenderle si les necesita (es decir, si se despierta, acudimos a su cama o bien puede venir él a la nuestra). De este modo los pequeños se sienten seguros y los padres (y también los niños) pueden disfrutar de la intimidad de su espacio la mayor parte del tiempo.
En cualquier caso, flexibilidad nunca debe ser sinónimo de incoherencia, por lo que resulta también importante respetar los acuerdos tanto por un lado (padres), como por el otro (peques), y con paciencia y cariño reconducir aquellas situaciones que estén dejando de parecerse a lo acordado.
Existen variantes de esta opción que funcionan como soluciones temporales y por lo general cada familia encuentra la que más le conviene en un momento dado. Por ejemplo, cuando uno de los padres se va de viaje, o cuando el niño está malito, muchos optan por dormir durante varios días con él en la cama hasta su completa mejoría. También ante la llegada de un hermanito, algunas familias se “dividen” (mamá con el bebé y papá con el mayor, por ejemplo) durante unos meses, para poder así atender a los dos niños y asegurarse todos un merecido descanso.
5 preguntas habituales sobbre el sueño, resuelta por Rosa Jové
La psicóloga infantil Rosa Jové responde a las dudas más habituales de los padres sobre el sueño infantil.
- ¿Es un buen método dejar llorar al bebé en su cuna hasta que se duerma? No. Es algo triste y cruel, el pequeño se siente desatendido, no querido, y esto daña nuestra relación con él, además de crearle miedo e inseguridad.
- ¿Dormir con los padres aumenta el riesgo de muerte súbita? No. Si el bebé duerme en una cuna que pueda adosarse a la cama grande y además usa chupete y toma pecho, que son dos factores que disminuyen el riesgo de muerte súbita, no pasa nada.
- ¿Es nocivo para él que coma cada vez que se despierte? No. Si lo hace por hambre, por sed o porque le relaja. Este hábito no le predispone a la obesidad, porque si ha cenado bien, no va a hacer una toma entera cada vez que se despierte.
- ¿Qué costumbres le dificultan el sueño? Excitarle antes de dormir (hacerle cosquillas, por ejemplo) y acostarle exhausto. El nerviosismo y el agotamiento desvelan.
- ¿Cómo sabemos que duerme lo suficiente? Si está feliz y vivaracho por el día, no hay duda de que duerme bastante, aunque sea poco (cada niño tiene sus necesidades).
Según Rosa Jové, autora del gran libro de ayuda para todos los padres Dormir sin lágrimas: «todas estas técnicas hacen que el pequeño asimile que para dormir debe estar relajado. Siendo un bebé, es lógico que los padres le ayuden a alcanzar este estado de relax, pero poco a poco, una vez que se haya convencido de que sus mayores están ahí para protegerle, será él mismo quien encuentre los recursos que le llevan a dormirse y a hacerlo sin ayuda de nadie: pensará en un cuento que le guste mucho, contará ovejitas, se cantará, recordará el momento más estupendo del día...».
Al año, un 19% de los bebés duermen toda la noche seguida y a los dos años la cifra sube hasta el 46%. «Todo niño sano va a dormir bien algún día», asegura Rosa Jové. Así que estad tranquilos, el vuestro no va a ser una excepción. ¡Seguro!