Ser Padres

SOS ¡Son dos!

Si los comienzos en casa con un recién nacido son difíciles, la cosa se complica bastante con gemelos o mellizos. Es normal sentirse desbordada, pero también es posible, si no evitar, reducir bastante el estrés que genera la situación. Te contamos cómo.

Ser Padres

Lo primero que debemos hacer en un embarazo múltiple (y único) es establecer prioridades. Y la primera son los bebés. Esto significa que hay que adaptarse al ritmo vital de cada niño, a sus tomas diurnas y nocturnas, las rutinas de higiene, los ciclos de vigilia y sueño…

2. Reponerse y cuidarse

La madre tiene que recuperarse de un embarazo y dos partos. Hay puntos que curar, cansancio acumulado, el cuerpo atraviesa todavía cambios físicos y hormonales… Y mientras todo esto ocurre, hay que seguir las rutinas de dos recién nacidos, lo que supone un gran esfuerzo físico y psicológico. La prioridad son los bebés, pero mamá les sigue de cerca. Difícilmente los niños van a estar bien, si ella se encuentra al borde de la extenuación.

3. Evitar el: “Yo puedo con todo'

Los primeros meses son agotadores. Los días transcurren entre pañales y tomas, hay que aprender a alimentar a dos bebés al tiempo, descubrir qué calma a cada uno, tener toneladas de ropa infantil limpia… Es tan importante asumir el gran esfuerzo que supone criar a dos hijos, como dejarse ayudar.

4. Anticiparse

Hacer cualquier cosa, por simple que sea, como buscar o limpiar un chupete, con un niño llorando es estresante; con dos, es desquiciante. Por eso conviene aprovechar los ratitos en los que están tranquilos para anticiparse a las situaciones.

5. Huir de la perfección

Cuando la casa se convierte en un hospital-hotel-guardería, el desorden aumenta, las tareas se acumulan y los nervios se pierden. Además, no se puede confiar en la memoria, pues la falta de sueño hace estragos en ella muy pronto. Al menos durante un tiempo, hay que darse permiso para ser imperfecta.

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