Cojines de lactancia: para qué sirven y consejos para usarlos
El uso del cojín de lactancia puede ser de bastante ayuda durante la lactancia materna, al proporcionar apoyo y hacer que sea mucho más cómoda y relajante.
No hay muchos productos para bebés que, verdaderamente, proporcionen un retorno adecuado del dinero que hemos invertido en ellos, en comparación con los beneficios que ofrece el cojín de lactancia. Por menos de 100 euros conseguiremos algo que puede ser utilizado durante muchas horas del día. Y no solo días, sino meses.
Ayuda a que la lactancia sea aún más cómoda y permite disfrutar más de ella, a la vez que te ofrece la posibilidad de descansar tanto la espalda como los hombros, permitiéndose relajarte y hacer que la leche fluya con calma, todo ello mientras el bebé se mantiene igualmente cómodo.
¿A que suena bien? Lo cierto es que si es la primera vez que descubres a este maravilloso “amigo” de la lactancia, es bastante probable que quieras descubrir más acerca de él.
¿Qué es un cojín de lactancia? ¿En qué consiste?
Un cojín de lactancia no debe confundirse con cualquier cojín de los que tenemos en el sillón o en la cama. Los cojines, o las almohadas de la cama, suelen ser tan suaves que el bebé se hundiría demasiado en él. Además, su forma suele ser circular o rectangular, por lo que su forma no es demasiado correcta.
Sin embargo, el cojín de lactancia sí se convierte en una opción excelente, porque es ligeramente redondeada y lo suficientemente cómoda como para acurrucarse contra los abdominales. Y, también, lo suficientemente firme como para mantener al bebé correctamente posicionado.

Maravilloso cojín de lactancia
Por tanto, un cojín de lactancia consiste en una especie de almohada especialmente diseñada para facilitar la lactancia materna, al ayudar apoyando al bebé cerca del pecho de la mamá, y quitando la carga de sus brazos.
Aunque es cierto que no es esencial, y que en ocasiones puede causar más problemas en lugar de solucionarlos, lo cierto es que a muchas mamás les ha ayudado muchísimo, en particular cuando se encuentran fuera de casa.
Cómo elegir el mejor cojín de lactancia
Aunque es perfectamente posible acurrucar al bebé en los brazos mientras amamanta, o mientras se alimenta con biberón, a medida que crece, sostenerlo durante tantas horas al día puede ser un serio contratiempo para la salud de los hombros, encorvando la espalda continuamente.
Una de las principales ventajas de un cojín de lactancia es que permite levantar al bebé sin esfuerzo hasta la altura necesaria para alimentarlo con total y absoluta comodidad, de forma que no es necesario encorvarse ni perder la postura.
De hecho, es posible confiar en el cojín de lactancia para que haga su trabajo, mientras te concentras en realizar otras cosas, como por ejemplo podría ser el caso de respirar profundamente para relajarte mientras amamanta, o incluso leer tu libro favorito.
Eso sí, a la hora de escoger el cojín de lactancia, debes prestar especial atención a los siguientes detalles:
- Tamaño. Algunas mamás prefieren optar por un cojín de lactancia de gran tamaño, para que el bebé pueda tener un espacio bastante amplio a la hora de acostarse mientras se alimenta. Mientras que, otras, quieren un cojín de lactancia más compacto, que sobre todo tienda a ser fácil de transportar y de mover de un lado para el otro.
- Diseño y estilo. Dado que los cojines de lactancia están cubiertos de tela, en las tiendas puedes encontrarte una amplia variedad de estilos bien diferentes, para elegir: desde maravillosos estampados a colores sólidos, pasando incluso por telas con distintos patrones a cada lado.
- ¿Es lavable?. Puesto que se trata de un elemento que vas a utilizar varias veces al día, lo ideal es que el cojín de lactancia pueda limpiarse con sencillez. En estos casos, lo mejor es optar por aquellos cojines con telas lavables, o bien aquellos que vengan con funda extraíble.
- Precio. Nos encontramos, quizá, ante uno de los elementos más importantes, dado que puedes encontrar cojines de lactancia de apenas 25 euros, o bien optar por uno un poco más caro que llegue a los 100 euros. Por suerte, el precio promedio suele estar entre los 25 a los 60 euros, en función del estilo, características y de la propia marca que lo haya fabricado.

Consejos al usar un cojin de lactancia
Muchos de los cojines de lactancia clásicos suelen tener forma de ‘C’, para permitir que se envuelva alrededor de la cintura, mientras que la parte firme proporciona un soporte ideal para el bebé. Además, después de los primeros meses de uso (en especial cuando ya no es útil para la lactancia), puede transformarse en un cojín de soporte para cuando el bebé esté listo para sentarse, ya que lo mantendrá bien agarrado.
Pero también existen otras opciones. Un ejemplo son los cojines de lactancia envolventes, que suelen tener una parte superior ancha y plana, la cual se adhiere a la cintura y proporciona soporte lumbar, ideal por tanto para la zona lumbar.
Si has tenido gemelos o mellizos, los cojines de lactancia gemelares son también una excelente opción, puesto que es perfecto para usar conjuntamente con dos bebés a la vez.
¿Y cuándo el bebé crece?
Si has adquirido el hábito de colocar un cojín de lactancia para amamantar al bebé y está funcionando, debes tener especial cuidado a partir del momento en el que el pequeño haya crecido tanto que el cojín pueda comenzar a interferir.
Por ejemplo, si el cojín levanta al bebé más alto respecto a la posición del pecho, es posible que puedas comenzar a experimentar dolor en los pezones, o que el bebé empiece a alborotarse durante la alimentación.
Por tanto, la clave está en utilizar el cojín de lactancia el tiempo preciso. Y, a partir de ahí, sustituirlo por una almohada amplia, o simplemente por los brazos de mamá.