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4 aspectos vitales para elegir un biberón que seguro no has pensado
Los biberones se clasifican según el tamaño, la forma, el material con el que están fabricados y el tipo de tetina.
Cada modelo tiene sus ventajas e inconvenientes y sus propias características que los hacen más o menos fáciles de limpiar, higiénicos, seguros, resistentes o apropiados de acuerdo a la edad o el gusto del niño.

Mete a tu bebé el dedo meñique en la boca, verás cómo empieza a chupártelo, realizando complejos movimientos con la lengua y los labios. Este reflejo innato le permite extraer la leche para alimentarse.
Por ello es importante fijarse a la hora de elegir un biberón que compruebes si replica el modo de succión de tu bebé. Como por ejemplo, la línea de productos NaturalFeeling gracias a la forma de sus tres tetinas: inclinada, redondeada y alargada, lo ha conseguido. NaturalFeeling 0m+ tiene una tetina inclinada, adecuada a la forma de succión de un recien nacido. Tiene una base abombada específica para el apoyo labial del bebé. Los relieves de la base imitan el pecho materno y aumentan la elasticidad y flexibilidad de la tetina. Dispone también de doble válvula anticólico que previene la ingesta de aire, reduciendo así el riesgo de padecer cólicos. La tetina está fabricada en material de silicona suave para dar una sensación similar a la del pecho materno.

Es importante elegir un tamaño de tetina y un flujo adecuado a su edad. Aunque esto no es matemático puesto que hay bebés muy tragones, la tetina más adecuada para recién nacidos y hasta el primer mes de vida es la de flujo lento. Las tetinas de flujo medio resultan aconsejables a partir del tercer y cuarto mes. La tetina de mayor flujo y velocidad se impone con la llegada de los cereales y las papillas, que espesan la preparación del biberón con leche. La diferencia entre todas ellas es la cantidad y/o tamaño de sus agujeros.
Para este último grupo recomendamos la tetina NaturalFeeling Flujo papilla. Se recomienda a partir de los 6 meses, cuando se introduce la alimentación en papilla o leche con cereales. Con forma alargada, se adapta a la forma de succión de los bebés más mayores. Tiene una base menos abombada específica para el apoyo labial. Los relieves de la base imitan el pecho materno y aumentan la elasticidad y flexibilidad de la tetina. Dispone de doble válvula anticólicos: previene la ingesta de aire, reduciendo el riesgo de cólicos. Fabricada en suave silicona, para una sensación similar al tacto del pecho materno.

A la hora de elegir tetina debemos pensar qué material preferimos, látex o silicona. La silicona es un material mucho más higiénico, completamente transparente y suave, inodoro e insípido, mientras que el latex es un material natural, muy élastico y que transmite bien el calor natural. Como por ejemplo las tetinas fisiológicas Well-Being de Látex de Chicco que son tetinas más suaves y elásticas, por lo que ofrecen una sensación cómoda durante la succión y resultan perfectas para pasar del pecho al biberón y viceversa de una forma fácil. Sin embargo, las tetinas de silicona, como la tetina fisiológica Well-Being con silicona "efecto mamá" de Chicco, son mucho más duraderas puesto que no se deforman ni como muchas esterilizaciones.

Estos sistemas tienen un diseño y mecanismo diferente al tradicional que permite que la leche salga con más facilidad, puesto que están ideados para imitar la forma en que se extrae la leche del pecho materno.
Cuando elijáis un biberón deberéis comprobar que dispongan de un sistema anticólico, como los biberones de la línea NaturalFeeling de Chicco. Éstos disponen de una doble válvula anticólico que previene la ingesta de aire, reduciendo así el riesgo de padecer cólicos y evitando que el bebé aspire tanto aire gracias a su inclinación de 30º.
Los niños que lloran muy a menudo por padecer el cólico del lactante pueden mejorar este problema con biberones que imitan la succión del pecho materno. La explicación es que cuando el bebé toma leche del biberón, si éste no es angular o anti-reflujo, el espacio que ocupó la leche antes de ser succionada por el bebé no es reemplazado por nada, generando un efecto de vacío que obliga al bebé a hacer pausas en la toma abriendo la boca y tragando aire, que posteriormente le causará cólicos.