Lactancia
Las mejores posturas para amamantar
Es importante la forma de colocarse al pecho, tranquila porque se aprende. Para prevenir problemas en la lactancia es fundamental que la mamá y el bebé adopten una buena postura y estén cómodos a la hora de las tomas.
Uno de los mayores miedos de las madres primerizas es si van a poder dar bien el pecho a sus hijos o no y más concretamente si van a saber hacerlo. Es en ese momento donde asaltan las dudas y empezamos a plantearnos cuál es la mejor postura para dar el pecho. Además, cuando empieza la lactancia es frecuente que surjan miedos y algunos problemas o dificultades para establecerla correctamente: el bebé no se engancha bien, nos hace daño, no damos con el mejor método para colocarle y que mame correctamente... son los más habituales, pero no hay que desesperarse.
Lo primero que debemos saber es que no hay una posición correcta o incorrecta para dar de mamar al bebé. En lo primero que hay que centrarse es en que tanto la madre como el niño estén cómodos durante la lactancia. Cada mamá debe buscar la posición para dar el pecho que mejor se adapte a sus necesidades. Sin embargo, los expertos de Medela, compañía con amplia trayectoria comprendiendo las necesidades de las madres y el comportamiento de los bebés, sí dan una serie de consideraciones que se deben tener en cuenta independientemente de la posición elegida.
- Si la madre está sola en el momento de dar el pecho, debe asegurarse antes de tener todo lo que necesita para la toma a mano.
- Es fundamental que el bebé esté cómodo y bien sujeto. Cabeza, cuello y columna no pueden estar torcidos.
- Utilizar cojines o almohadas puede ser muy práctico para que la mamá se apoye y esté más cómoda.
- Siempre se debe comprobar que el bebé se agarra bien al empezar a mamar.
- Si el bebé no se agarra bien, la madre puede experimentar dolor durante la toma. Si no logramos solucionarlo, lo ideal es solicitar la ayuda de un especialista para que oriente y ayude en este proceso.
Una vez aplicados estos criterios, lo importante es tratar de relajarse y de buscar la posición y la técnica en la que tanto madre como hijo se encuentren más cómodos. Hay varias opciones y desde Medela nos ofrecen las posiciones y técnicas posibles para dar el pecho con mayor facilidad.

Para estimular la succión en el bebé, sitúa su nariz a la altura del pezón. Enseguida abrirá la boca. Si hace falta, dirige el pezón hacia su boquita para que abarque también la areola. La posición acostada o reclinada es la primera opción de las madres lactantes primerizas. Es una postura muy útil si al bebé no le gusta que le toquen la cabeza mientras mama, si la madre sufre una bajada de leche enérgica o si tiene los pechos grandes. Para estar más cómoda, la mamá puede reclinarse en vez de tumbarse. ¿Sabías que si a un recién nacido se le coloca sobre el pecho o la tripa de la madre probablemente busque de forma instintiva el camino hacia uno de los pechos?

Cuando esté mamando, mantén el pecho alejado de la nariz del bebé, empujando el pezón a la derecha o a la izquierda con un dedo para que pueda respirar por la nariz sin problemas. La posición de cuna es en la que las mamás suelen pensar primero a la hora de afrontar la lactancia, sin embargo, hay que saber que no siempre proporciona la mejor sujeción al bebé. Para practicarla, la madre se sienta en vertical y se coloca al bebé de lado, apoyando cabeza y cuello en el antebrazo de la madre y su cuerpo sobre el estómago. Puede hacer esta postura más cómoda el hecho de colocar un cojín detrás de la espalda de la madre y utilizar una almohada de lactancia en el regazo, asegurándose de que el niño no esté demasiado alto.

Un niño está bien colocado si no se ve el pezón, ni la areola (la lengua queda debajo). La boca ha de quedar muy abierta y el pecho muy metido. Así puede exprimirlo sin dificultad. Cuando hay dificultad para el agarre, la posición de cuna cruzada es muy útil: se realiza como la anterior, pero en este caso el bebé descansa sobre el antebrazo contrario, quedando una mano libre para colocar mejor al bebé y el pecho. Esta posición también es perfecta para amamantar a recién nacidos, pero durante los primeros días la madre debe evitar sujetar al bebé por la cabeza, ya que esto puede provocar que el bebé se agarre de manera superficial y con ello los pezones queden doloridos.

La primera vez que se da de mamar es mejor hacerlo tendida de costado en la cama. Muchas mujeres amamantan a sus hijos de esta forma por las mañanas. La madre y el bebé se ponen en paralelo. Si tu hijo es muy pequeño, pon una toalla enrollada en la espalda para impedir que ruede hacia atrás. Esta postura acostada de lado también es ideal para tomas nocturnas o para mamás que han tenido una cesárea. Si tu bebé tiene frenillo corto o anquiloglosia, esta postura también le facilitará la tarea de mamar.

La postura de “balón de rugby” (el bebé tumbado boca arriba y bajo el brazo de la madre, con los pies hacia fuera) es buena para vaciar todos los conductos del pecho. Esta posición ayuda a evitar la retención de leche, responsable de la mastitis, por lo que es uno de los remedios para la mastitis. Es útil para amamantar a dos niños a la vez, y en caso de cesárea, porque el niño no toca la tripa de la madre. Requiere una base amplia, como un sofá. Además, en esta postura la madre puede controlar mejor y ve en todo momento el rostro de los bebés, que, al estar acurrucados, se sienten más seguros. También es ideal para amamantar a bebés prematuros.

Para que la toma sea eficaz, la mamá y el bebé deben estar cómodos. Cuando des el pecho sentada es importante que apoyes bien la espalda. Coloca al niño en tu regazo, vuelto hacia ti, y acércale al pecho empujándole por la espalda con suavidad, no por la nuca. Una postura ideal para reforzar el agarre es la conocida como posición de mano de bailarina, ya que ofrece mayor sujeción al bebé y supervisar mejor el agarre. Es recomendable para bebés con tono muscular bajo, como prematuros o con síndrome de Down o los que tienen dificultades para mantenerse agarrados. Para realizarla, la madre debe sujetar el pecho por debajo, colocando el pulgar en un lado y el resto de los dedos en el otro. Debe llevar la mano hacia delante para que el pulgar y el índice adopten forma de U, mientras los otros dedos sujetan el pecho por debajo. La madre pone la mandíbula del bebé sobre el pulgar y el índice mientras mama y debe sujetar con cuidado una de las mejillas y con el dedo índice sujetar la otra, como se muestra en la fotografía.

Conviene, cuando la mamá ha tenido una cesárea, proteger el abdomen con una almohada para que el chiquitín no se apoye en la herida e impedir que la golpee con sus piececitos mientras mama. Otra postura recomendada para estos casos es la de acostada con el bebé sobre el hombro, es decir, la madre está tumbada y el cuerpo del bebé descansa sobre el hombro, evitando soportar ningún peso sobre la herida.
Sí necesitas más información, puedes consultar todas las preguntas y respuestas que tenemos sobre lactancia.

Para bebés que sufren reflujo, la posición de koala, o de pie, es muy práctica. En ella el bebé está sentado a horcajadas sobre el muslo o la cadera de la madre, manteniendo su cabeza y columna en posición vertical. También es adecuada para niños que padecen infecciones de oído y bebés con un tono muscular bajo. Si esta postura se utiliza con recién nacidos, la madre debe proporcionarle la sujeción necesaria.

No es una posición muy cómoda para la mamá, pero es últil en casos de mastitis, ya que evita que el bebé "aplaste" los pechos. Si se practica, debe ser durante periodos cortos. La madre se coloca en cuclillas y el bebé está tumbado sobre su espalda, de manera que el pezón queda suspendido sobre su boca. Si la madre se apoya en una almohada, aliviará la tensión de la espalda.

Solo es apta para lactantes experimentados que puedan sujetar la cabeza por ellos mismos, aunque la madre debe poder observar el rostro del niño para asegurarse de que la barbilla no queda presionada contra su pecho. Es muy eficaz para niños a los que no les gusta mamar tumbados.