
Lactancia materna
Posiciones de lactancia: existe una especial para cada necesidad
No existe una única forma de amantar al bebé. Conforme vayáis tomando confianza con la lactancia, podréis elegir la posición que más se adapte a vuestras necesidades. Estos son sus nombres y así se practican.
Nadie dijo que acostumbrarse a la lactancia materna fuera tarea fácil. Es un camino lleno de luces y sombras. Luces, como el gran vínculo que te unirá a tu bebé o los beneficios físicos que puedes extraer de ella. Sombras como las mastitis, el dolor de pechos, la dificultad para que el niño se agarre al pecho o los reflujos, en su caso. Pero, una vez consolidada, el camino se vuelve cada vez más claro.
Para prevenir problemas en la lactancia materna es indispensable que tanto la madre como el bebé adopten una buena postura o posición para dar el pecho y, sobre todo, que ambas partes estén cómodas a las horas de las tomas.
Sabiendo esto, es importante destacar también que no hay una postura mejor que otra. En lo único que debéis centraros es que, como decimos, en vuestra comodidad y en buscar esa postura que mejor se adapte a las necesidades de las dos partes.
Y es que, dependiendo de si la mamá tiene mastitis, si el bebé tiene reflujo, si se trata de una toma nocturna o de si se ha practicado una cesárea, entre otras, pueden escogerse algunas posturas más adecuadas que otras.
Lo más importante, de acuerdo a la Asociación Española de Pediatría, es que el bebé esté enfrentado y pegado al cuerpo de la madre y que se agarre bien al pecho, introduciendo gran parte de la areola en su boca, para que al mover la lengua no lesione el pezón. Además, Medela también recomienda que el bebé esté cómodo y bien sujeto: su cabeza, cuello y columna no pueden estar torcidos. Y que la mamá se ayude de cojines o almohadas para que esté más cómoda.
Basándonos en las explicaciones de diferentes fuentes expertas, hemos elaborado una lista con algunas de las posturas o posiciones para amamantar más famosas y más útiles, dependiendo de las necesidades. Algunas son muy conocidas y otras, sin embargo, pueden causar cierto reparo al principio, pero os aseguramos que están totalmente avaladas, son seguras y, además, pueden facilitar la lactancia en ocasiones puntuales.
Os contamos cuáles son, cómo se llaman y cómo puedes practicarlas desde hoy con tu bebé.

Esta posición es la más famosa, pero es necesario conocer que no siempre proporciona la sujeción necesaria al bebé.
La madre se coloca sentada y coloca al bebé de lado, apoyando su cabeza y cuello en su antebrazo y su cuerpo sobre su estómago. Algunas se ayudan de un cojín de lactancia o de una almohada para estar más cómodas.

Es otra de las posturas más conocidas. Muy parecida a la anterior y perfecta para bebés que no se agarran bien al pecho. “Es igual que la posición de cuna pero en vez de apoyar la cabeza del bebé en el ángulo del codo, utiliza la mano del pecho que ofreces al bebé para sostener su propio pecho y el otro brazo para sostener su pequeña espalda”, explican desde el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.
“Esta postura permite tener mayor control del agarre al pecho”, prosiguen.

Una posición cómoda para las mamás que han dado a luz por cesárea y también para las tomas nocturnas. La madre se acuesta de lado con el bebé, que también estará de lado hacia ella con su nariz delante del pezón.
Con el brazo libre sujetas su espalda.

“Esta posición es buena para madres que se han sometido a una cesárea, para madres de mamas grandes o bebés pequeños, para madres de gemelos o para mamás con fuerte bajada de la leche”, explican desde Sant Joan de Déu.
En esta posición las piernas y los pies del bebé están debajo de tu brazo, mirando hacia tu espalda. Sus brazos y su cara están hacia arriba, mirando hacia el pecho. Con la palma de tu mano sujétale el cuello y sírvete de un cojín para elevarlo hacia la mama.

Es como la anterior, pero en este caso se practica con dos bebés a la vez, así que es perfecta para amantar a gemelos o mellizos.

De acuerdo a lo que nos contaban hace unos años los expertos de Medela, esta postura es ideal para los bebés que sufren reflujo, otitis o con poco tono muscular. Aunque, de acuerdo a la AEP, también sirve para mamás que sufren grietas en los pezones, para bebés con labio leporino o con la mandíbula pequeña.
También es conocida como postura de pie y para llevarla a cabo el bebé deberá estar sentado a horcajadas sobre el muslo o la cadera de su mamá, manteniendo la cabeza y la columna en posición vertical hacia el pecho.
Eso sí, advierten que de practicarla con el recién nacido, hay que proporcionar toda la sujeción necesaria.

Esta posición es perfecta para madres que se han sometido a una cesárea, puesto que el bebé no apoya en su abdomen. Además, permite el piel con piel y que el niño desarrolle reflejos de gateo y búsqueda.
La madre estará acostada boca arriba y la AEP la recomienda para los primeros días y cuando existe algún problema de agarre.

Medela también apuesta por dar el pecho con portabebés, aunque solo para lactantes experimentados que sean capaces de sujetar la cabeza por ellos mismos.

Es una de las posiciones que mejor agarre consigue, por lo que es ideal para bebés con este problema y también para prematuros.
Agarrarás tu pecho por debajo, dejando el pulgar a un lado. Después, deslizarás la mano para que el pulgar y el índice queden delante del pecho formando una U, sobre la que se colocará la mandíbula del bebé mientras se alimenta.

No es una postura para utilizar habitualmente, y tampoco es muy conocida pero, según los expertos de Medela, puede servir de ayuda en periodos de mastitis.
Para realizarla deberás colocar al bebé mirando hacia arriba y tú de rodillas cerca de su cabeza. Después, acercarás el pecho a su boca.