Que son más egoístas, menos sociables y que están mal educados. Estas son solo algunas de las cosas que se dicen sobre los hijos únicos pero, ¿alguna de todas es verdad? Desmontamos los mitos más extendidos.
Todos conocemos las ventajas de tener un hermano mayor o menor y de cómo eso (e, incluso el orden de nacimiento) puede afectar a nuestra personalidad y a nuestro desarrollo. Que si los hermanos mayores son más inteligentes, que si los segundos suelen ser más traviesos y rebeldes… son muchas las cosas que se dicen sobre los hermanos pero, también son muchos los mitos extendidos sobre los hijos únicos.
Hace algunos años Granville Stanley Hall, primer presidente de la Asociación Americana de Psicología, afirmó sin tapujos que “ser hijo único es una enfermedad en sí mismo”. Y son muchos los mitos que parecen estar de acuerdo con su afirmación: que si son egoístas, menos sociables, más irascibles y violentos, más caprichosos… de los hijos únicos se ha dicho de todo y poca cosa buena pero, sin embargo, la ciencia lleva años intentando acabar con estas etiquetas que, a priori, no hacen ningún favor a las personas que no tienen hermanos.
Uno de los últimos estudios publicados, “El final de un estereotipo”, llevado a cabo en Alemania, afirmaba que los hijos únicos no son más narcisistas que aquellos que sí crecen con hermanos. De hecho, yendo un paso más allá, no son pocas las investigaciones que han concluido que en el desarrollo de la personalidad no hay diferencias entre unos y otros.
Y es que, si antes ser hijo único era una excepción (recordemos que antes las familias solían ser numerosas), ahora es prácticamente al revés. En la actualidad, cerca de un 40% de las parejas que tienen hijos deciden tener solo uno por diferentes motivos: la economía, el desarrollo laboral, la conciliación, la cada vez más tardía edad para ser madre… pero, tal y como te explicábamos en este artículo, ser hijo único no tiene más ventajas ni más inconvenientes que tener hermanos. De hecho, aunque los niños no tengan un compañero de juegos dentro de casa, sí que tienen el cariño de sus padres para sí solos. Además, la ciencia ha demostrado que suelen sacar mejores notas y conseguir más logros laborales.
Aunque esto sea una evidencia, siguen corriendo muchos mitos en torno a los hijos únicos que es mejor desterrar.
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Son más egoístas
Uno de los mitos más extendidos es que los hijos únicos no son capaces de compartir porque en casa lo tienen todo para ellos. Pero nada más lejos de la realidad. El secreto está en la educación y no tiene nada que ver con tener o no tener hermanos. De aquí se desencadena la importancia de enseñar autonomía y enseñar a compartir desde la infancia. De hacerlo, el niño crecerá sabiendo que no puede guardarse todo para él.
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Les cuesta más relacionarse
Otro de los mitos más extendidos sobre los niños que crecen sin hermanos es que suelen tener problemas de sociabilización y no son capaces de entablar amistad con otros niños o compañeros de clase. Totalmente falso también. Obviamente, crecer al lado de un hermano otorga ciertas herramientas al pequeño para relacionarse con otros semejantes, pero varios estudios científicos han concluido que no se observan diferencias abismales entre uno y otro grupo.De hecho, suelen ser más críticos y observadores porque en casa reciben más atención y porque se ven involucrados en conversaciones adultas.
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Suelen ser más caprichosos
Otro mito que también depende enteramente de la educación y no de si creces con hermanos o sin ellos. Si desde pequeños les enseñamos que no se puede tener todo, que hay que ahorrar y que deben saber apreciar lo que tienen, esto no debería ser un problema.
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Necesitan más cariño
Tampoco es cierto. La ciencia ha demostrado que los hijos únicos tienen más poder de aspiración, de esfuerzo y de persistencia y que, además, llegan más lejos académica y laboralmente.
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Tienen más dificultad para gestionar sus emociones
De hecho, este es mito es uno de los más falsos: varios estudios científicos han comprobado que tienen más capacidad de adaptación y más resiliencia y más autonomía porque continuamente tienen que buscar cómo vivir solos en casa.
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Viven menos experiencias en su infancia
Este mito suele estar relacionado con que no es lo mismo vivir y crecer al lado de un igual que hacerlo solo. Pero, mirándolo por el lado positivo, estos niños no tienen que dividirse con nadie la atención y el cariño de sus padres y, sin embargo, las excursiones, actividades y experiencias familiares pueden ser igual de ricas.
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Son niños tiranos
Para evitar esto, tengamos o no tengamos más hijos, es importante dejar claro los límites y establecer normas sociales y de convivencia desde que los niños son pequeños. No hay ningún truco más.
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No valora nada porque lo tiene todo
Este mito tiene que ver con el de que suelen ser más caprichosos y tiene la misma explicación y solución que ese. Los hijos únicos valorarán las cosas si en casa desde pequeños se les enseña que tienen que hacerlo. Pero, por supuesto, tener o no hermanos no tiene nada que ver con ello.
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Son más competitivos
Al contrario, son mucho menos competitivos porque no han tenido la necesidad de competir con nadie en casa. Esto les lleva, por ejemplo, a ocupar mejores puestos laborales.
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No saben trabajar en equipo
Saben trabajar mejor en equipo que una persona con hermanos. ¿Por qué? Porque no haber tenido en casa una figura con la que competir, hace que sean cero competitivos. Además, no se sentirán desplazados por el otro, como sí les puede ocurrir a los niños que han crecido con hermanos.
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