Llega un nuevo hermano: consejos para evitar los celos
Con la llegada de un nuevo hijo, el hermano mayor va a notar intensamente que su mundo cambia, y es normal que sienta ansiedad y celos. Conoce las claves para acompañarle en este proceso tan importante y saber cómo actuar ante los posibles conflictos.
Los celos son un estado afectivo caracterizado por el miedo a perder o ver reducidos el cariño y la atención de alguien querido, porque la persona amada prefiera a otra. Este sentimiento suele ir acompañado de envidia y resentimiento hacia quien se percibe como rival. La persona con celos se considera menos querida que antes.
La rivalidad entre hermanos es algo natural e inevitable, que no tiene por qué darse del mayor hacia el menor.
Se suele manifestar mediante muchas conductas: rechazo o rivalidad hacia el hermano, romperle su material y juguetes, buscar estar con el hermano para fastidiarle; insultarse, ridiculizarse o amenazarse, llegando a veces a las manos, chivarse de conductas del otro. Aunque vaya acompañado de un cariño sincero. La idea romántica de dos hermanos que lo van a compartir todo no siempre es real.
También se muestra en una vuelta a conductas más infantiles: imitar el lenguaje del pequeño, tartamudeo, pedir papillas, dormir en la cuna, el chupete, pedir ir a la cama de los padres, etc. También, conductas como lloro frecuente y sin motivo aparente, preguntas alusivas a sí se le quiere.
Celos cuando ha nacido un bebé en casa:
Medidas que pueden ayudar:
Un gran cambio
La llegada de un bebé supone un cambio muy importante, pero no implica necesariamente que su hermano desarrolle celos. Ante los cambios todos manifestamos un estado mayor de vigilancia, mayor activación de los sentidos y mayor cautela. Lo hacen los niños y lo hacemos nosotros.
Celos del hermanito
Los celos en la infancia se desarrollan con la situación de “príncipe destronado”. El niño que ha crecido con sus padres ve de golpe que su madre desaparece de casa unos días y, a la vuelta, el centro de la vida familiar pasa a ser otro.
Regresiones
Es normal que en los días posteriores a la llegada del bebé, el niño esté más nervioso, le cueste dormir, necesite más ayuda para comer, se vuelva menos independiente y más inseguro… Si es así, no debemos pensar en los celos, sino en un niño perspicaz que se da cuenta de los cambios que se producen a su alrededor.
Debemos acompañarle
Un niño aprende a vivir la llegada de un hermano con la ayuda de los padres. Es esencial que la actitud de ellos se adapte sin problemas a la nueva realidad familiar.
Sentimientos encontrados
Los niños, sobre todo después de los tres años, suelen tener sentimientos ambivalentes. Esto significa que la misma persona que les genera un fuerte sentimiento de atracción, agradable y noble, también les puede producir lo contrario.
Le quiere, no le quiere…
Un niño quiere sinceramente a su hermano y eso les da alegría, pero en ocasiones se enfada, siente ganas de hacerle daño, y eso le da miedo. Esos sentimientos ambivalentes le generan ansiedad y confusión.
Rebajar la ansiedad
Se puede rebajar la ansiedad en un niño enseñándole cómo manejar los sentimientos encontrados que le provoca su nuevo hermano. Hay que explicarle que las personas no siempre pensamos lo mismo de los demás, pero que eso no quiere decir que seamos malos.
Mínimos cambios
Ante la llegada de un hermano, lo principal es que el niño note los mínimos cambios. Debemos procurar atenderle igual que siempre y hacerle el mismo caso que antes. Para ello, los padres vamos a tener que multiplicarnos… ¡ánimo! Esta situación no durará eternamente.
Hacer cosas todos juntos
Es buena idea no apartar al hermano mayor cuando nos dedicamos al pequeño. Puede ayudarnos a bañarlo, a dormirlo, a darle el biberón… Le estaremos enseñando que la “novedad” es agradable, y si nosotros lo vivimos así, le será más fácil aprender a querer y respetar al bebé.
Nada de tratos de favor
Debemos evitar hacer cosas especiales con el hijo mayor, lo que se entiende como discriminación positiva. La finalidad es buena, pero no conviene poner distancia entre los hermanos. El mayor no debe pensar que estamos tratándole de forma distinta.
¿Competir por el cariño?
Hay que intentar que las cosas que hagamos para que nuestro hijo mayor se sienta bien no incluyan minusvalorar al pequeño. Queremos que los hermanos se quieran, no que compitan entre ellos por nuestro cariño y atención.
Expresarse sin censuras
Si en el momento de la llegada de un hermano el niño es mayor de tres años, hay que dejar que se exprese en la forma que le sea más cómoda (pintando, hablando…) lo que siente por su hermano sin tratar de censurarlo.
Un cuento que les ayudará
El libro Martina y Anitram en el País de los Calcetines Perdidos (ed. Kitsunebooks) es una nueva entrega de los protagonistas de Yo mataré monstruos por ti, uno de los libros infantiles más vendidos de los últimos años en nuestro país. En esta ocasión, Lyona como autora, y San Balmes como preculsor de la idea, se centra en las relaciones entre hermanos. Es habitual que los niños se enfaden a veces con sus hermanos, pero su vínculo es tan fuerte que les ayuda a sobreponerse ante cualquier desencuentro. En esta nueva aventura de Martina y Anitram, que hará disfrutar muchísimo a los pequeños lectores, las dos protagonistas viajarán al País de los Calcetines Perdidos. ¿Quién no ha perdido un calcetín alguna vez? ¿Y si resulta que los calcetines no se pierden por arte de magia, sino que hay unos bichos que nos los roban? Las dos niñas tendrán que enfrentarse a un malvado rey para recuperar algo que les es muy preciado y descubrirán el verdadero significado de tener un hermano.
Apúntate a nuestra newsletter para estar al tanto de todas nuestras novedades