Dormir a los más pequeños es tarea muy difícil. Te traemos algunos consejos que te van a facilitar este paso y ayudarles a dormir plácidamente durante toda la noche.
Un correcto sueño infantil es el tema del siglo. Todos los padres quieren y necesitan que sus bebés y niños duerman bien, pero nadie se plantea unas cuantas cosas básicas necesarias para llevarlo a cabo. Hay algunos cuantos trucos para ayudar a los niños a dormir y descansar bien.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños de 6 a 12 años, es decir los niños en edad primaria, duerman entre 10 y 12 horas diarias, las cuales deben ser de calidad, lo que significa que tienen que dormir de manera continuada para que las fases del sueño puedan sucederse en el orden adecuado siguiendo su progresión.
El problema es que a los niños les cuesta dormir porque piensan en términos de presente y no de futuro, por lo que dormir significa, necesariamente, perderse todas las maravillosas cosas que puedan estar ocurriendo en esas horas. Pero es importante que lo hagan porque las horas de sueño les ayudan a mejorar su rendimiento escolar, mejora la atención y el comportamiento e influye en su metabolismo, por lo que tiene consecuencias en el peso y la altura de los pequeños.
Fases y etapas del sueño infantil
El sueño REM, que es el momento en el que comienzan los movimientos oculares rápidos y que se corresponde con la fase activa del sueño, en la que el cerebro permanece activo. Esta fase es más corta que la siguiente.
Fase No REM del sueño que se corresponde con la etapa tranquila y profunda del sueño y, también, la más larga.
El sueño infantil se divide en cuatro etapas que duran, cada una, 90 minutos y siguen siempre el mismo orden: primero el sueño REM y después el No REM. Durante las fases de sueño liviano es cuando los niños y bebés tienen más propensión a despertarse pero se calcula que, alrededor de los cuatro meses, un bebé suele dormir ya entre 3 y 4 horas seguidas.
No tenemos, ni existen, la fórmula mágica, pero intentaremos mejorar el sueño de los más pequeños con varias pautas.
Cuidado con los horarios
Por norma general, cuando un bebé nace hay que ir descontando una hora mensual de sueño hasta los diez meses desde 22. Esto significa que un bebé de un mes debe dormir 22 horas diarias (la lactancia se cuenta como sueño) un bebé de dos meses 21, a los tres meses 20, etc. De este modo, a los once meses el bebé debe dormir 12 horas diarias, y esto se mantendrá hasta los 3 años que se reduce en una hora hasta los 5 años.Tenemos que tener en cuenta que esto varía según cómo sean los niños, los hay más dormilones que otros. Como norma no debería variar el total en más de hora y media si queremos que el niño esté descansado.Siempre sumaremos las horas de sueño del día, como las siestas mañaneras o las de después de comer, y de la noche. Cuando un niño no está descansado, (al revés de lo que le sucede a un adulto, que se encuentra cansado), los pequeños se acelerarán, se hiperactivan para mantener su ritmo de actividad y algunos niños pueden sufrir pataletas, enfados, malas actitudes o incluso terrores nocturnos. Bajando su nivel de cansancio, bajamos su actividad, se encuentran mejor y duermen mejor a su vez.
No permitas que los pequeños se aceleren antes de meterse en la cama
Lavarse los dientes, pijama, cuento (uno, más o menos largo según el día y la hora; no entréis en el "quiero otro" porque nunca les será suficiente) y luego se apagan luces, beso y a descansar.
El sueño
Todos sabemos que es precioso el colecho y tener a nuestros pequeños cerca, por comodidad y por gusto, pero si se presentan problemas de sueño, es mejor sacar a los niños de nuestra habitación. Respiran aire más limpio (un adulto expulsa mucho CO2 durmiendo), y hay más silencio, por mucho cuidado que tengamos los adultos hacemos ruido, nos movemos y no digamos si algún progenitor ronca. Ante el mal descanso infantil hay que descartar que seamos los adultos los que interrumpimos su sueño.
Cuidado con dormirle en brazos
¿Qué os parecería a vosotros, papás y mamás, que un día os acostarais en vuestra camita calentitos, y de repente, al rato os despertaseis en pleno desierto por la noche y solos? ¿Os asustaríais, gritaríais? Cambiemos la situación. Vuestro bebé, se duerme plácidamente en vuestros brazos, acurrucado y calentito, con luz tenue, sintiendo y escuchando vuestro latido del corazón (lo cual le reconforta por recordarle el vientre materno) y de repente, se despierta solo y sin nadie en la cuna donde no se durmió y a oscuras. Consecuencia, llora desesperadamente hasta que el adulto le coge, le mece y le duerme, con más o menos luz. Vuelta a empezar, es la pescadilla que se muerde la cola y así podéis pasar toda la noche. Así que si dormís a vuestro bebé en brazos, intentad dejarle en la cuna cuando aún no está dormido del todo y decidle que le dejáis allí. Inconscientemente no sentirá tanto abandono si se despierta. Si se os duerme completamente en brazos, o es la única forma de que duerma, intentad que el ambiente de luz, ruido y lugar sea lo más parecido al que se encontrará si se despierta a media noche.
Mantén atención a lo que ven en la tele
Son pequeños, pero incluso los bebés pueden tener miedos causados por cosas que han visto u oído y a las que los adultos no prestamos especial atención.
El móvil hace perder 26 minutos de sueño
Un estudio realizado en la Universidad de Londres ha encontrado una relación directa entre el uso de smartphones y tablets y la falta de sueño y la dificultad para coger el sueño en niños de entre 6 meses y 3 años. Concretamente, por cada hora de uso, según los datos del estudio los niños pierden, de media, 26 minutos de sueño nocturno. Así que poned atención sobre cuánto tiempo permitimos a los niños manejar este tipo de dispositivos.
Ojo con las cosquillas
A ellos les encantan por las risas y a nosotros nos gusta hacérselas porque disfrutamos con sus graciosos espasmos y por el sonido de sus carcajadas, sin embargo, las cosquillas activan a los niños luego no es un bueno hacérselas si pretendemos que se vayan a la cama a dormir poco tiempo después. En cambio un masaje o unas caricias en el pelo pueden ayudarles a conciliar el sueño.
Una cena ligera, mejor
Las cenas pesadas influyen en la digestión y no les permiten descansar bien, por lo que lo mejor es una cena completa pero ligera. Si necesitáis ideas sobre qué cenas dar a los niños aquí os dejamos un montón de opciones.
Mantén la calma
Los niños se contagian de nuestro estado de excitación, nerviosismo o calma, por lo que aunque te cueste mucho lo mejor es que respires hondo y no te pongas nervioso. Nos necesitan calmados para ellos lograr encontrar la calma necesaria para conciliar el sueño.
Una buena lectura
Cosquillas y a la cama (en catalán, Pessigolles i a dormir) de Jorg Mühle es un fantástico libro interactivo (ed. Harper Kids) es perfecto para jugar con los más pequeños y ayudarlos a transformar el ritual de irse a la cama en una fiesta. Solo en Alemania ha vendido más de 180.000 ejemplares, y se ha traducido al chino, holandés, inglés, finlandés, francés, japonés, coreano, polaco y sueco. Ha recibido además importantes reconocimientos como el White Raven.
Conejito se ha lavado los dientes, su pijama ya está preparado. Da una palmada… y se lo pondrá. Jörg Mühle ha creado un magnífico ritual con el que llevar a Conejito a la cama: dar palmadas, colocar la almohada, decir abracadabra, hacer cosquillas, acariciar la espalda, tapar bien y finalmente dar un beso de buenas noches.
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