Portear o el placer de ser un papá canguro
Adrián Cordellat, autor del blog 'Un Papá En Prácticas', nos cuenta en primera persona todos los beneficios del porteo y nos explica las diferencias entre unas mochilas y otras.
Me apasiona portear. En casa nos encanta hacerlo. Era algo que ya intuíamos antes de que naciese nuestra pequeña saltamontes, pero el día a día y el conocimiento han hecho que la experiencia supere todas las expectativas que nos podíamos haber creado mientras la barriga de la mamá crecía y crecía durante los meses previos a aquel mágico 8 de octubre de 2013.
Y lo primero para que la experiencia sea igual de placentera para todas las partes es el conocimiento, algo de lo que carecíamos cuando como padres todavía en proyecto nos paseábamos por las tiendas de puericultura y nos vendían de todo, hasta una mochila portabebés que, pese a no ser de las peores, no era todo lo ergonómica que debería.
Mochila ergonómica, la clave
Apenas la usamos, porque al poco tiempo tuvimos la información de la que carecíamos entonces y nos dimos cuenta de que para portear, y hacerlo correctamente necesitábamos, una buena mochila ergonómica y no una colgona de aquellas que permiten llevar a los bebés mirando al frente. Los motivos son varios, desde la amplitud de la zona de apoyo, que permite a los peques ir sentados y no colgados; hasta la posición de las piernas, que en las ergonómicas respeta la forma de la cadera y contribuye a su buen desarrollo; pasando por la posición de la espalda del bebé, la sujeción de su cabeza y el reparto del peso en nuestro cuerpo, que en los portabebés recomendados es mucho más equitativo entre cadera, espalda y hombros.
Los tipos de mochilas portabebés
Al final, lo que garantiza una mochila portabebés ergonómica es una buena experiencia con el porteo. En todos los sentidos. Tanto es así que en casa hemos tenido y tenemos fulares, bandoleras y cuatro mochilas de porteo que hemos ido sumando a la colección: tenemos una para bebés hasta el año y medio-dos años, otra para bebés más mayores, una que nos cubre todo el tramo de 3 a 20 kilos y otra plegable que se convierte en una bolsa que cabe en la palma de la mano.
Y creo que es la colección que más orgullo estoy de haber hecho, porque portear a mi hija es una de las experiencias más maravillosas que me ha brindado la paternidad.
Poder hacer cosas como ir a comprar o limpiar con ella a cuestas y con las manos libres; sentir su respiración mientras se duerme pegada a mi pecho en nuestros habituales paseos; movernos sin necesidad de tener que ir cargados a todas partes con un carro (nos fue tan bien con el porteo que lo vendimos a los cinco meses de nacer la peque); o sentirla muy cerca y aprovecharla para tenerla encima todo el tiempo posible, ahora que todavía se deja.
En casa solo hemos encontrado ventajas al porteo. Tanto que ahora que esperamos a nuestro segundo bebé, obviamente ni siquiera nos planteamos comprar un carro. Usaremos bandoleras y mochilas, como hemos hecho hasta ahora, y volveremos a experimentar la incomparable sensación de llevar a todas horas a tu pequeño encima, como esos canguros tan tiernos a los que viendo documentales siempre admiré. Mientras el ser humano desarrolla un saco como el suyo, bienvenidas sean las mochilas ergonómicas.
Adrián Cordellat es autor del blog unpapaenpracticas.com. Periodista, padre de una niña de 2 años, tiene 31 años y es valenciano. Desde 2012 vive en Madrid, donde ejerce de padre y de periodista.