Ser Padres

Cómo ayudar a tu hijo a separarse de ti sin dramas

La angustia de separación es habitual en la infancia. Una madre ha encontrado la manera perfecta de superarla.

La vuelta al cole, las visitas a casa de los abuelos, las noches en casa de amigos… Son muchos los momentos en los que los niños se separan de nosotros, y así debe ser. En las separaciones crecen, maduran, potencian su autonomía, fomentamos su independencia… son muchos los beneficios que los niños reciben cuando salen de debajo de nuestras alas. Los padres debemos asumir también esa separación que resulta dura, ya que no siempre es fácil ver que los niños crecen pero se asume como parte de un óptimo desarrollo del pequeño. Además, la consecuencia de una separación traumática puede generar una sobreprotección, que retrasa su crecimiento y disminuye su seguridad en sí mismo.

Debemos recordar que los niños reaccionan a nuestras emociones y actitudes y que son mucho más perceptivos de lo que imaginamos, por eso debemos mantenernos fuertes en estas situaciones, optimistas y alegres. De lo contrario la angustia de separación será mayor y en gran parte provocada por el adulto. Si les aseguramos que estarán seguros y bien, contentos y felices no tendrán problema y si, además, aplicamos el método estrella de esta mamá, acabaremos con este problema en un abrir y cerrar de ojos.

¿En qué consiste? Esta madre sabía que su hijo lo estaba pasando muy mal los primeros días de colegio y este ya había admitido haber llorado en alguna ocasión cuando ella ya no estaba, así que buscó una solución original y, a la vista está, muy eficaz: el botón del abrazo.

Dibujó en su palma de la mano y en la de su hijo un corazón y lo llamó ‘el botón del abrazo’, y le explicó al pequeño que, de esta manera, siempre que la echara de menos y quisiera estar con ella se apretara el corazón y ella, estuviera donde estuviese, recibiría su abrazo y que también funcionaba a la inversa, cuando ella le echara de menos le mandaría su amor a través del corazón en la palma de su mano, ¿algo más? Para recargar de abrazos este botón debían ir de la mano hasta la puerta del cole.

Tras aplicar esta idea, cuando volvió a recoger a su peque le preguntó si había recibido todos los abrazos que le había mandado y el niño contestó que sí y añadió “he presionado el botón un rato muy largo mamá, pero no he llorado” a lo que su madre respondió “aaaaahhh , claro eso debe ser el gran achuchón que he recibido, ¿recibiste el mío de vuelta?” Y el niño contestó que sí con una gran sonrisa. Fin de la angustia de separación con una gran y preciosa solución.

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