Conoce dos de las mejores estrategias para enseñar a los niños a manejar sus emociones, según una psicóloga
Ayudar a un niño a regular sus emociones es un desafío complicado, pero no imposible de resolver. Una psicóloga infantil nos revela dos estrategias sencillas que explica a los padres en consulta para que ayuden a sus peques a manejar sus emociones.

La capacidad de gestión emocional en los niños es esencial para su desarrollo socioemocional y para su salud mental. Sin embargo, el camino para lograr tener esta capacidad es largo y está lleno de tropiezos: los niños tienen más tendencia a ser impulsivos con sus emociones, por lo que regularlas se les hace complicado. De hecho, uno de los retos más difíciles para los padres en la crianza de sus peques es ayudarlos a controlar sus emociones, ya que puede resultar todo un desafío tener la paciencia necesaria para lidiar con las emociones intensas e incontrolables de sus hijos.

Entonces, ¿cómo podemos ayudar a un niño a manejar sus emociones? Existen muchas opciones pero, desde mi experiencia como psicóloga infantil, las más efectivas incluyen el acompañamiento incondicional de los padres en el proceso de aprendizaje de gestión emocional de los niños para: ayudarlos a reconocer y comprender sus emociones, y para ayudarlos a entrar en calma para ser más conscientes de su estado emocional.
A continuación te explico dos estrategias que siempre comento a los padres en consulta para guiar a sus hijos, sin perder la paciencia, hacia una gestión emocional adecuada.
Trabajar cada día la educación emocional

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Para ser capaz de controlar las emociones, en primer lugar, debemos saber identificarlas y comprenderlas. Sin duda, tener la capacidad de manejar las emociones no es una tarea fácil de conseguir, es por ello que se debe tener un trabajo constante. Para ello, mi recomendación es tener un trabajo diario de educación emocional con los niños. Una actividad que puedes realizar cada día para estimular la educación emocional en tu peque es la “Tabla de las emociones”.
Esta dinámica diaria consiste en tener dibujada en un papel una tabla en donde pongamos, por un lado, las emociones básicas (alegría, tristeza, sorpresa, enfado, miedo, calma y asco) y, por otro lado, los días del mes. Dentro de nuestra rutina diaria, podemos tener un momento en el día en el que el niño ponga en la tabla qué emociones ha sentido durante el día y pueda explicar por qué. De esta manera, incentivaremos que nuestros peques identifiquen y comprendan sus emociones, para que luego sean más capaces de manejarlas.
¡Tiempo fuera para respirar!

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Una de las estrategias más útiles cuando a un niño le cuesta controlar sus emociones, es retirarlo del lugar donde se ha producido el desfogue emocional para tranquilizarse. Generalmente, cuando los niños se encuentran en una rabieta o en una situación de descontrol emocional, no se dan cuenta de cómo se están comportando ni lo que están sintiendo.
Para que un niño entre en calma y tome consciencia de sus emociones y de lo que está sucediendo, siempre recomiendo a los padres acompañarlo hacia otro espacio físico. Luego de ello, sugiero que los padres junto con el niño puedan emplear una de las técnicas más efectivas de regulación emocional: la respiración profunda.
De esta manera, no dejaremos solos a nuestros peques en una situación desagradable para ellos, sino que los acompañaremos en el proceso para que entren en calma, mostraremos empatía con ellos, validaremos sus emociones y los ayudaremos a que sean conscientes de sus emociones y conducta.