No exageres, disfruta más
No puede salir si está enfermo, no se puede recalentar el puré, no puede tomar chuches, hay que bañarle todos los días... ¿De verdad hay que ser tan estrictos?
Algunas pautas deben tomarse al pie de la letra. Por ejemplo, no podemos bajar la guardia en todo lo referente a la seguridad de nuestros pequeños: aplicarles una crema antes de exponerles al sol, llevarles siempre bien atados en la sillita del coche o no dejarles solos en la bañera son normas 'de obligado cumplimiento'. Pero con otras no exageres, disfruta más. De hecho, estas recomendaciones son ejemplos de normas que se pueden aplicar con cierta flexibilidad, dependiendo de las circunstancias.
Recalentar el puré
Me han dicho que es mejor preparar el puré justo antes de comer y que no es bueno recalentar las sobras. ¿Es cierto? Teresa (Murcia)
Siempre es preferible consumir los vegetales (enteros o en puré) recién cocidos ya que, al recalentarlos, se produce una pérdida de nutrientes. Pero hay otra razón. La mayoría de las verduras y hortalizas contienen nitratos procedentes de los fertilizantes que se han utilizado en su cultivo. Los nitratos se transforman en nitritos y, después, en el aparato digestivo, pueden originar nitrosaminas, unas sustancias que se consideran agentes cancerígenos. Al recalentar vegetales cocidos con anterioridad, la proporción de nitritos aumenta.
No hay motivo para alarmarse. En realidad, se considera que la cantidad de nitratos que llegan al organismo con un consumo normal de vegetales es completamente segura, tanto para niños como para adultos. No obstante, quienes quieran reducir los posibles riesgos, pueden tomar unas medidas sencillas, como comprar productos de temporada, a ser posible de cultivo ecológico, lavar las frutas y hortalizas cuidadosamente antes de consumirlas o cocinarlas, y escoger las variedades con menor presencia de nitratos, como judías verdes, pepino y pimiento (la lechuga, la remolacha, las espinacas y las acelgas son las que más nitratos contienen).
Prohibir las chuches
Nunca le doy dulces ni chucherías a mi hijo, de 22 meses, pero no puedo evitar que los abuelos le ofrezcan alguna golosina de vez en cuando. Lola, (Córdoba)
El valor nutritivo de las chucherías es nulo y, en cambio, contienen una gran cantidad de azúcar, además de aditivos y colorantes artificiales. No hay una edad para empezar a comerlas; en general, cuanto más tarde, mejor. Haces bien no ofreciéndoselas a tu hijo.
Aun así, no debes preocuparte si esporádicamente toma alguna en casa de los abuelos o en una fiesta infantil. Eso sí, asegúrate de que no le ofrecen caramelos duros ( podría atragantarse) y, cuando termine, cepíllale los dientes. Si quieres darle algo dulce, una onza de chocolate es, desde el punto de vista nutricional, un alimento más adecuado (aunque tampoco hay prisa por dárselo a probar).
No sacarle si está malito
Cuando mi hijo está enfermo procuro que no salga a la calle, pero a veces no tengo más remedio que ir con él a hacer recados. ¿Hago mal? Elena (Cádiz)
Para recuperarse plenamente, lo ideal es que el niño enfermo se quede en casa. Pero si se trata de una dolencia leve, como un catarro, no tiene fiebre, está animado y no llueve ni hace mucho frío, no hay que atormentarse por sacarle un rato. Lo mejor es preguntar al médico. Antes de salir, abrígale bien, aunque no en exceso. Cuestión distinta es llevarle a la guardería si está malito, en especial si sufre una enfermedad contagiosa: hasta que se haya curado, lo adecuado es que tu hijo no acuda al centro.
Bañarle todos los días
Últimamente llego más tarde del trabajo y algunos días no me da tiempo a bañar a mi hijo, de 14 meses. ¿Es imprescindible el baño diario? Estrella (Alicante)
No, no es en absoluto indispensable que los niños pequeños se bañen todos los días. De hecho, es perfectamente válido meterles en la bañera cada dos o incluso tres días, si por alguna circunstancia no es posible hacerlo con más frecuencia. El baño diario es más una cuestión de rutina (que tanto beneficia a los niños), que una necesidad higiénica. Una buena alternativa es asearles con una esponja humedecida en agua jabonosa, o bien, con toallitas de higiene infantil desechables. Eso sí, es importante lavarles bien las manos, a esta edad lo tocan y lo chupan todo.
Asesora: Dra. María García-Onieva, pediatra del Centro de Salud de Entrevías, Madrid.