Los niños pierden 26 minutos de sueño por cada hora que usan el smartphone
Según un estudio elaborado por la Universidad de Londres publicado en abril de 2017, los niños cada vez pierden más tiempo de sueño por usar el móvil.
El peligro de cambiar las pantallas por las páginas tradicionales es ya una realidad. No pretendemos aislar a nuestros hijos de las pantallas, pero los expertos nos aconsejan que sí debemos ser conscientes y vigilar el uso de dispositivos móviles por parte de nuestros hijos y combinarlo con lectura tradicional en papel. Según explica la psicóloga Isabel Pintor, de la Escuela de Integración Psicomédica y asesora psicopedagógica de Mumablue, "la irrupción de las nuevas tecnologías en el ámbito familiar ha revolucionado la forma en que los niños perciben el mundo. Donde antes había juguetes, muñecos y libros, ahora hay tabletas y móviles con pantallas interactivas que estimulan en exceso a los niños."
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, el 67% de los niños entre 10 y 15 años tenía en 2015 un teléfono móvil y menores de 10 años, el 29,7% disponía de un móvil. En cuanto a los más pequeños, no hay muchos datos al respecto, pero lo cierto es que como dice el coach Pedro García Aguado el smartphone de los padres se ha convertido en el sonajero de nuestros hijos. Según una encuesta realizada por S2 Grup, empresa especializada en ciberseguridad, el 75% de los padres no tiene ningún tipo de control del móvil de sus hijos, a pesar de que al 31% les preocupa que puedan hacer un uso indebido de este dispositivo. Según esta encuesta, en torno al 29% de los padres compran a sus hijos su primer smartphone antes de los 12 años. ¿Cómo les afecta esta exposición a las pantallas? ¿Qué podemos hacer como padres?
Por primera vez, un estudio realizado en la Universidad de Londres ha hallado relación directa entre el uso de este tipo de dispositivos y la falta de sueño y la dificultad para coger el sueño en niños de entre 6 meses y 3 años. Concretamente, por cada hora de uso, según los datos del estudio los niños pierden de media 26 minutos de sueño nocturno, de los cuales diez minutos lo recuperan en siestas durante el día. ¿Qué podemos hacer para evitar el trastorno del sueño?
Menos pantallas y más libros
Sin ánimo de demonizar los smartphones y tablets, los libros en papel son el perfecto aliado para proteger a nuestros de la sobreestimulacion. La psicóloga Isabel Pintor indica que “combinar los efectos perjudiciales del exceso de uso de pantallas en los niños con la pérdida de hábitos de lectura puede ser muy nocivo. El cerebro de un niño de entre 0 y 3 años es como un lienzo en blanco, listo para ser trazado a base de ‘sinapsis neuronales’, algo que se crea a base de historias, ya sea en libros, películas, series o videojuegos. Pero dejar a un niño delante de una pantalla sin control supone un riesgo”.
“Una alternativa sana para proteger a los niños de la sobreestimulación es la lectura de cuentos en papel, especialmente a la hora de ir a la cama. Un niño que ha leído en papel en lugar de usado un móvil o visto la televisión, dormirá mucho mejor”, explica Pintor.
“Además, leer en compañía es una buena forma de fortalecer el vínculo entre padres e hijos, ya que la presencia y cercanía de una persona que signifique una figura de apego seguro para el niño, ayuda a paliar los efectos de esta perversa ficción: cariño, amor y contacto humano es lo que beneficia al desarrollo del cerebro humano. Por fin, la neuropsicología lo avala con estudios de un gran rigor”, concluye.
10 ideas para evitar la dependencia de los niños a las pantallas

uso de las pantallas
A menudo los padres y madres nos planteamos poner límites al uso de pantallas por parte de nuestros hijos. Tenemos la sensación de que pasan demasiado tiempos conectados a tabletas, móviles y ordenadores. Por eso Alba Castellví Miquel, educadora, socióloga, autora de 'Educar sin gritar' nos ayuda a los padres a encontrar maneras de limitar el uso de aparatos electrónicos por parte de los niños, quien considera que "el riesgo que corren los niños no es solo de seguridad, sino sobre todo de adicción a las pantallas. Y que muchos padres y madres, a pesar de saber que hay que controlar el abuso de consumo de ocio electrónico de sus hijos, no lo pueden hacer. No lo pueden hacer por dos motivos. En primer lugar, porque no saben cómo hacerlo. Y en segundo lugar porque limitar el uso de móviles y pantallas implica, a menudo, entrar en conflicto con los hijos. Por lo tanto, es el momento de ayudar a los padres a encontrar maneras de limitar el uso de aparatos electrónicos por parte de los niños".
- Fijar un horario de uso del ordenador que no interfiera con ninguna actividad familiar. Si no se usa en esa franja de tiempo, no se usa.
- Fijar un tiempo de uso de la tablet. El niño puede elegir en qué franja hará uso de ese tiempo (siempre que no interfiera en actividades familiares). Él lo anunciará y los padres garantizarán que se respeta. Si no se respeta, al día siguiente no se puede utilizar.
- Fijar unos espacios para el uso del móvil. Por ejemplo: la sala de estar y la cocina. Fijar una hora límite las noches, a partir de la cual se cierra el Wifi. No hay posibilidad de utilizar el móvil durante las comidas (el de los padres tampoco, ¡claro!).
- Controlar los contenidos que se bajan de Internet. Aplicar protocolos de seguridad para menores.
- Decidir previamente qué programas quieren mirar. Lo mejor es ofrecer una selección previa hecha por nosotros y dejar que elijan. Y dejar la pantalla cuando termine el programa.
- Mirar los programas de televisión con los hijos, al menos una parte, para poder comentar en otros momentos el tono y algunos contenidos y así transmitir nuestros valores.
- Apagar todas las pantallas durante los ratos de las comidas.
- Impedir que haya pantallas en la habitación particular.
- Encargarle de que sea él quien apague los aparatos cuando el tiempo se acabe. No hacerlo nosotros.
- Buscar juntos actividades no digitales para disfrutar con los hijos: proporcionar fuentes de placer lejos de las pantallas.