Estas son las palabras que tienes que conocer sí o sí si estás embarazada
El embarazo está cargado de cambios hormonales, nervios y preparativos. Pero, también llega con palabras nuevas para muchas mujeres como ‘amniocentesis’, ‘ácido fólico’ o ‘toxoplasmosis’. Estas son las palabras que debes conocer si estás embarazada.
De él dicen que es un periodo cargado de sorpresas, de alegría, de ilusión y, sobre todo, un periodo para darnos cuenta de que estamos completamente conectadas con la naturaleza. Sin duda, el embarazo aporta un antes y un después en la vida de toda la mujer que lo ha experimentado. Y lo hace en muchos sentidos diferentes.
Con respecto a lo segundo, el cuerpo se preparará, día tras día y semana tras semanas, para recibir a un nuevo ser y para que ese ser conozca el mundo. Además de la barriguita (que es, sin duda, el cambio más significativo), la futura mamá puede notar que el pelo crece rápidamente y muy sano, que la piel se vuelve mucho más tersa, que salen estrías, rollitos donde antes no había nada o que la cara se vuelve más redondita. También podrá experimentar la famosa retención de líquidos.
Pero, aparte de todos los cambios que envuelven a las 40 semanas de gestación, las madres (sobre todos las primerizas) tendrán que enfrentarse a palabras que, hasta ahora, no sabía que existían. Hablamos, por ejemplo, del nombre de algunos de los complementos alimenticios que tendrá que tomar, de algunas de las pruebas a las que se tendrá que someter o a algunos términos que envuelven al parto y al inmediato inicio de la vida del bebé.
Algunas se escucharán, otras menos, pero lo que está claro es que hay algunas palabras de las que conviene conocer el significado claro porque acompañarán durante todo el embarazo.
Gracias al libro, ‘Las 100 palabras esenciales para tu embarazo’, escrito por el pediatra José Luis Serrano y el corrector Pere Tilla, hemos elaborado una lista de las más importantes. Te explicamos exactamente cuándo tendrás que empezar a familiarizarte con ellas y por qué habrás de hacerlo.
Amniocentesis
Esta palabra recibe el nombre de una prueba que se hace entre la semana 14 y la semana 20 de gestación y que permite la detección de infecciones uterinas y ayuda a determinar la gravedad de una anemia fetal. Además, ayuda a determinar si el feto sufre alguna malformación del tubo neural, como espina bífida (entre otras).Eso sí, no es una prueba que se haga de manera rutinaria: la amniocentesis está recomendada en madres de edad avanzada (más de 35 años), cuando se detecta alguna irregularidad en alguna ecografía o riesgo alto en la prueba del triple screening. También si existe sospecha de un defecto del tubo neural o una incompatibilidad del Rh.Para realizar esta prueba, el doctor llevará a cabo una punción con una aguja larga en una de las paredes abdominales de la madre. Atravesará la pared uterina y la bolsa amniótica para llegar al líquido amniótico y recoger una muestra. Mientras tanto, se estará controlando a través de una ecografía que el bebé no sufre ningún daño.
Episiotomía
Técnica es un corte que se ejecuta en el periné (el espacio que queda entre la vagina y el ano) de la madre para facilitar la salida de la cabeza del bebé durante el expulsivo, en el parto. ¿Se realiza siempre? No, ni mucho menos: existen ejercicios y diferentes técnicas que pueden ayudar a evitarla. La decisión final la tiene el obstetra que, en el momento del parto, valorará la elasticidad de esta parte del cuerpo y el riesgo de sufrimiento fetal y desgarro de esa zona.Además, sobra decir que en caso de cesárea tampoco se realizará.
Sensorialidad fetal
Como su propio nombre indica, se trata del desarrollo de los sentidos del futuro bebé, que comienza en el útero. Y es que, el feto es capaz de experimentar un mundo de sensaciones e, incluso, de responder a diferentes estímulos externos.
Ácido fólico
Es una vitamina del grupo B que ayuda en el crecimiento de las células y en la producción del ADN. Por lo tanto, constituye el complemento alimenticio más importante que debe tomar la embarazada, incluso en el momento en que decida comenzar a buscar el embarazo.Sirve para prevenir algunas enfermedades del feto, como la espina bífida o el labio leporino. Además, es bueno para evitar un parto prematuro.¿Hasta cuándo se debe tomar ácido fólico? Mínimo durante las primeras semanas de embarazo, aunque tendrá que ser el ginecólogo el que asesore en este sentido.
Placenta previa
Cuando la placenta se inserta en la parte baja del útero, en vez de hacerlo en la cara anterior o posterior de este, recibe el nombre de placenta previa y suele diagnosticarse en el tercer trimestre de gestación o en el trascurso del parto.No suele tener mayor complicación, ni el parto acabará en cesárea obligatoriamente. Eso sí, si la madre sufre alguna hemorragia durante el embarazo, el ginecólogo le recomendará ciertos cuidados para no perjudicar al feto.
Braxton Hicks
Se trata de un tipo de contracciones comúnmente conocidas como ‘contracciones falsas’, ya que no son las mismas que las del parto. De hecho, suelen sentirse a partir de la primera mitad del embarazo (aproximadamente en la semana 20). Sirven, precisamente, para ayudar al útero a ganar flexibilidad y fortalecerse de cara al parto natural.¿En qué se diferencian las contracciones de Braxton Hicks de las de parto? Tal y como te contábamos en este artículo, en que no son rítmicas, no aparecen de manera regular y la intensidad no es muy grande, por lo que no habrá mucho dolor.
Baby blues
También conocido como ‘melancolía postparto’ y es un fenómeno común que sufres las mujeres que acaban de dar a luz. Sobre todo, las primerizas.Aparece, entre otras razones, por la bajada brusca de las hormonas, el cansancio desencadenado del parto, la aparición del insomnio o la ansiedad por sentir que hay un ser que depende totalmente de ti.Y sí, tranquilidad, porque acaba pasando. Si dura más de 15 días conviene visitar al especialista porque podría desencadenar en una depresión postparto.
Piel con piel
El contacto piel con piel es uno de los más importantes durante los primeros minutos de vida del bebé. Es el momento en el que el bebé está sobre nuestro pecho desnudo (bien sea de la mamá o del papá).A los bebés prematuros les ayuda a mantenerse calientes y a subir de peso así como a aumentar la respuesta inmunológica, entre otros beneficios.
Entuertos
Lamentamos informarte de que después del parto seguirán existiendo las contracciones. Unas contracciones que reciben el nombre de ‘ entuertos’ y que, tal y como aseguraba Pilar Rubio justo después de dar a luz a su cuarto bebé, duelen mucho más que las contracciones de parto.Concretamente son unas contracciones intrauterinas cuyo objetivo es hacer que el útero vuelva a su posición normal después de que nazca el bebé. Suelen durar entre 24 y 48 horas pero, por suerte, no todas las mamás las sienten: suelen ser más comunes en mujeres que son madres por segunda vez o más.
Toxoplasmosis
Hablando en plata, es la responsable de que no puedas comer embutidos curados, carne o pescado crudo durante el embarazo. Se trata de una enfermedad infecciosa producida por un parásito llamado Toxoplasma Gondii y que, en caso de aparecer en el embarazo, pondría en riesgo grave el desarrollo del feto.La transmisión se produce, principalmente, por tres vías: al ingerir carnes poco hechas y procedentes de animales portadores del parásito, por el contacto con las heces de un animal infectado (por ejemplo los gatos) o si la madre no ha pasado la enfermedad en ningún momento de su vida, tal y como te contábamos en este artículo.
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