Sangrado leve en el embarazo: causas y qué hacer
Las pérdidas leves de sangre durante el embarazo son bastante frecuentes, sobre todo en el primer trimestre. Te contamos por qué ocurren y cómo actuar.
Cuando el sangrado es escaso, no persiste en el tiempo y no se acompaña de dolor abdominal, normalmente no es motivo de preocupación. No obstante, siempre hay que consultar siempre al ginecólogo, quien podrá, mediante un reconocimiento y, si hace falta, una ecografía, determinar la causa del sangrado.
Al principio del embarazo se puede tener un sangrado leve debido a la implantación del óvulo fecundado en el útero. Ocurre aproximadamente dos semanas después de la concepción, alrededor de la fecha en que la mujer tendría su período menstrual normal. Suele durar sólo un par de días.
En el segundo trimestre, cuando la placenta invade el tejido uterino, también se puede producir un leve sangrado.
Hacia el final del embarazo, a partir de la semana 37ª, en la expulsión del tapón mucoso, también puede producirse un leve sangrado. Este moco espeso de color marrón-rojizo que hace de barrera entre la vagina y el interior del útero para impedir que asciendan microorganismos, puede salir todo de golpe o poco a poco. En algunos casos, la expulsión del tapón mucoso implica que las contracciones de parto empezarán pronto, mientras que en otros, todavía habrá que esperar un tiempo. Aunque es normal, conviene consultar con el ginecólogo para que valore la situación.
Otras causas de sangrado leve
También puede aparecer un sangrado en cualquier momento del embarazo son por manipulación o pequeños traumatismos en el cuello el útero (tras un examen vaginal o tras mantener relaciones sexuales), o presencia de algún pólipo (tumores benignos) en el cuello uterino.