Rosácea: por qué aparece y cómo tratarla
Enfermedad de la piel relativamente desconocida, no está relacionada directamente con el embarazo pero tiene una incidencia mayor en mujeres mayores de 30 años.
Hablamos largo y tendido de las enfermedades propias del embarazo o que tienen relación directa con este, pero poco de aquellas que tienen mayor incidencia precisamente en mujeres adultas aunque no tengan un vínculo con la gestación. Una de ellas es la rosácea, una afección común de la piel que afecta sobre todo a las mujeres de mediana edad con la piel clara. Te contamos más acerca de ella a continuación.
La rosácea, como explican desde Mayo Clinic, causa enrojecimiento y vasos sanguíneos visibles en la cara, y también puede producir pequeñas protuberancias rojas llenas de pus. Son síntomas, por lo tanto, muy visibles; de hecho, se puede llegar a confundir con el acné u otros problemas relacionados con la piel. Al igual que este, los síntomas de la rosácea pueden desaparecer por un tiempo, pero es posible que vuelvan con fuerza de nuevo en otra etapa posterior.
Otros síntomas propios de la rosácea son los problemas oculares, provocados porque esta afección de la piel causa sequedad en los ojos, e irritación e hinchazón en ojos y párpados -es lo que se conoce como rosácea ocular, pero hay casos en los que esta deriva en rosácea cutánea-; y la nariz agrandada al engrosar la piel de esta zona, si bien esto es más frecuente en los hombres.
Tipos de rosácea
Además de la rosácea cutánea y la ocular, ambas descritas brevemente en el párrafo anterior, desde Oylan Farma describen todos los tipos que existen de esta patología: en total, son cuatro, con 3 subtipos en cada una dependiendo de la intensidad de los síntomas.
En base a estos últimos, se diferencia entre leve, moderada o severa. Y en lo que respecta a los tipos, se enumeran del 1 al 4 en el siguiente orden según Oylan Farma: eritematotelangiectásica, cuyos síntomas principales son arañas vasculares (telangiectasias), eritema y el enrojecimiento; papulopustulosa, cuyo principal problema es la aparición de pápulas y pústulas (granos con pus) y eritema; fimatosa, más grave que las anteriores, ya que la piel presenta poros dilatados, hinchazón bulbosa nasal y engrosamiento de la piel -es más común en hombres-; y la mencionada rosácea ocular, que puede ir acompañada de conjuntivitis, inflamación de los párpados, dolor y fotosensibilidad, entre otros síntomas.
Causas de su aparición
Las causas que provocan esta enfermedad no están del todo claras, como ocurre con otras muchas patologías, pero sí hay elementos comunes que explican por qué se desarrolla en unas personas que en otras y por qué empeoran sus síntomas.
Entre los factores comunes que aumentan las probabilidades de padecer esta patología se encuentran el ser mujer, tener la piel clara y tener más de 30 años, además de tener algún tipo de daño en la piel relacionado con el sol, fumar y tener antecedentes familiar que hayan sufrido la enfermedad.
Entre las causas directas que la provocan, desde Top Doctors apuntan una larga lista: el tipo de piel, la herencia genética, cambios hormonales, la dieta, cambios repentinos de temperatura, la exposición solar, el viento, el estrés, o algunos medicamentos son algunas de las causas que pueden estar relacionadas con la rosácea. “Otros factores son la práctica de deporte intenso, la menopausia, el consumo excesivo de alcohol o comer alimentos y bebidas calientes o picantes”, añade.
Tratamiento
Tal y como indican desde Mayo Clinic, “No existe cura para la rosácea, pero el tratamiento puede controlar y reducir los signos y síntomas”, valoración cuyo consenso confirman desde Top Doctors: “Según el paciente, el tratamiento para controlar este trastorno dérmico puede basarse en minimizar las causas que lo provocan mediante fármacos como antibióticos y derivados de las tetraciclinas, preparados tópicos, terapias con láser o luz intensa pulsada”, explican.
No es este el único tratamiento de carácter paliativo que existe con la rosácea. Por ejemplo, “en casos graves, la técnica láser puede ayudar a reducir el enrojecimiento o en el caso de tener la nariz hinchada, y la cirugía puede contribuir a una mejora de su apariencia extirpando el tejido afectado”, afirman desde Top Doctors.
En los casos no tan extremos, donde se pueden evitar tratamientos como los recién expuestos, el objetivo es evitar los factores desencadenantes de la rosácea por un lado, y por otro, disminuir el enrojecimiento de la piel.
Precisamente con este objetivo se han desarrollado nuevas técnicas y productos que ayudan a combatir la enfermedad, no para curarla pero sí para limitar sus consecuencias. Un ejemplo es Rosaid, la crema que Oylan Farma ha desarrollado para combatir los efectos de la rosáceo; y otro es la dermocosmética de ozono, “una de las líneas más innovadoras y con mayor potencial en el cuidado de la piel en casos de alteraciones como la rosácea”, indican desde Laboratorios Ozoaqua.
Según los especialistas de dicho laboratorio, el aceite ozonizado permite regenerar la zona dañada ayudando a que esta se recupere más rápido y de forma más eficaz gracias a sus capacidad para hidratar, cicatrizar e higienizar, y a su poder antiinflamatorio y antioxidante.
En cualquier caso, como siempre recomendamos al referirnos a cuestiones relacionadas con la salud, ante cualquier síntoma o duda al respecto, lo mejor es ponerse en manos del especialista médico, en este caso el dermatólogo, antes de dar cualquier paso.