En caso de hemorragia, acude al médico
Alrededor del 20% de las embarazadas sufren hemorragias en las primeras semanas. La mayoría de las veces no son peligrosas, aunque siempre es recomendable ir al ginecólogo. Descubre las causas más comunes y qué hacer si se producen.
Cuando al principio del embarazo se producen hemorragias hay varias causas posibles:
Tengo una hemorragia, ¿qué hago?
Lo primero, tranquilidad. Más de la mitad de las mujeres sufren hemorragias durante las primeras semanas de gestación, es decir, en los primeros tres o cuatro meses, sin que esto signifique que el embarazo corre ningún peligro. Estas pérdidas solo raras veces indican un aborto involuntario o un embarazo ectópico. No obstante, nunca hay que quitarles importancia: si aprecias pérdidas de sangre, aunque sean leves, debes acudir a tu ginecólogo ese mismo día, para no preocuparte y poder disfrutar del embarazo sin quebraderos de cabeza. En algunos casos se recomiendan cuidados adicionales a la futura mamá, ya que el estrés perjudica el sistema inmunitario y puede hacer que la embarazada sea más propensa a contraer infecciones.
En caso de que se produzcan hemorragias más fuertes, de un rojo intenso y dolorosas, es aconsejable ir directamente al hospital, aunque al final no sean peligrosas para el embarazo. Esto vale para todos los meses de gestación. Si realmente hay riesgo de que se produzca un aborto espontáneo, el ginecólogo podrá intentar, según la situación, retrasar el parto anticipado a través de diversas medidas.
Hemorragias después del sexo, ¿a qué pueden deberse?
Durante el embarazo, el tejido del cuello del útero está especialmente irrigado. Por eso, durante el coito, es posible que se rompan pequeños vasos sanguíneos, provocando leves pérdidas de sangre. Normalmente, esta situación se regula tras un tiempo. Si te sigue pasando, es mejor acudir al médico. Este tipo de pérdidas de sangre pueden producirse también cuando el ginecólogo te haga una exploración vaginal.
Estoy embarazada, pero me viene la regla
Aproximadamente en una de cada 200 futuras mamás, se produce un sangrado, más débil de lo habitual, cuando llegan los días de la primera menstruación después de quedarse embarazada. Una –polémica- explicación científica de este fenómeno: al implantarse el óvulo fecundado en el endometrio se pueden producir pequeñas heridas, porque el embrión toma contacto con los vasos sanguíneos maternos. Entonces tienen lugar sangrados leves, que coinciden más o menos con el día en que debía bajar la regla. Ese día es el de la implantación del óvulo.