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Maduración in vitro (MIV): una nueva técnica de reproducción asistida

La maduración de ovocitos in vitro (MIV) puede ser la solución para las mujeres que no pueden recibir la estimulación ovárica necesaria en los tratamientos de reproducción asistida. Conoce las ventajas e inconvenientes de esta técnica.

La maduración de ovocitos in vitro (MIV) es una técnica de reproducción asistida relativamente novedosa: no hay cifras publicadas de cuántos tratamientos acaban realmente en nacimientos y los investigadores valoran sus primeras experiencias con precaución. Con todo, se estima que ya han nacido más de 300 niños como resultado de esta técnica en todo el mundo, hasta ahora casi exclusivamente en Canadá, Finlandia, Suecia, Dinamarca, Francia y Corea. En España, el primer niño después de un tratamiento de MIV nació en julio de 2006.

Maduración in vitro: los óvulos maduran en el laboratorio

En la maduración in vitro, la mujer recibe inyecciones hormonales a partir del cuarto día del ciclo y durante aproximadamente tres días. Estas inyecciones estimulan la maduración de los óvulos. Con los métodos convencionales de reproducción asistida la estimulación ovárica es más larga: de siete a diez días por término medio.

En la MIV, la ovulación da lugar a muchos pequeños folículos, que contienen otros tantos óvulos inmaduros. Al igual que en la fecundación in vitro ( FIV) convencional, los óvulos son aspirados fuera de los folículos a través de la vagina bajo control ecográfico. Posteriormente, en el laboratorio, los óvulos se dejan madurar durante unas 30 horas en una solución nutritiva artificial. Una vez están maduros, es decir, con capacidad de ser fertilizados, se siguen los mismos pasos que en una FIV: los óvulos se juntan con los espermatozoides y a los dos o tres días se transfieren los embriones al útero.

Una buena opción para mujeres con ovarios poliquísticos

La MIV se considera una técnica especialmente indicada para mujeres que sufren el llamado síndrome de ovarios poliquísticos, un trastorno que afecta a entre un 5 y un 15 por ciento de las mujeres. El origen de este síndrome aún no se ha aclarado del todo, pero se cree que es un exceso de hormonas masculinas que altera la actividad normal del ovario. El problema está asociado a otros trastornos como alteraciones del ciclo, acné, sobrepeso e hirsutismo y suele detectarse cuando la mujer no logra quedarse embarazada.

En las mujeres con ovarios poliquísticos, la fecundación in vitro habitual conlleva muchos riesgos, porque la terapia hormonal puede causar una hiperestimulación ovárica: la proliferación de folículos consecuencia del tratamiento hormonal produce cantidades excesivas de estrógeno y progesterona, lo que puede derivar en problemas renales, hipertensión arterial, aumento del nivel de colesterol...

Con la MIV se minimizan los posibles riesgos de la estimulación ovárica. Por eso es una buena opción para las mujeres con síndrome de ovarios poliquísticos y por extension para todas aquellas en las que la terapia hormonal esté desaconsejada.

La maduracion in vitro (MIV) es un procedimiento muy reciente y los médicos luchan todavía contra varios problemas técnicos. En primer lugar, aún no se ha encontrado una sustancia óptima en la que hacer madurar los óvulos. Además, se necesita mucha práctica para extraer de los minúsuclos folículos los óvulos inmaduros. A esto se añade que la calidad de los óvulos es algo peor cuando maduran en el laboratorio en lugar de en el cuerpo de la mujer. Por último, la maduración de los óvulos con esta técnica tarda más tiempo y no siempre termina con éxito.

Por todo ello, las tasas de embarazo con la MIV no son tan altas como con la FIV convencional. Si bien es cierto que hasta ahora no se ha registrado una mayor tasa de malformaciones en los niños nacidos con este método, el número de nacimientos es aún demasiado pequeño para obtener datos concluyentes.

Más sobre el síndrome de ovarios poliquísticos

El síndrome de ovarios poliquísticos puede ser hereditario. Algunos factores que contribuyen a su aparición son un nivel elevado de hormonas masculinas en la sangre, insulinoresistencia y sobrepeso.

El diagnóstico se obtiene mediante diversos test hormonales. Además, está indicado realizar una ecografía: aproximadamente el 70 por ciento de las mujeres que padecen este problema presentan muchos quistes en los ovarios.

Las mujeres que no quieren quedarse embarazadas pueden normalizar su producción hormonal tomando la píldora anticonceptiva. También la administración de antiandrógenos ofrece resultados positivos. Y, como el síndrome de ovarios poliquísticos va asociado a un nivel elevado de insulina, el problema también puede tratarse con medicamentos que se prescriben para combatir la diabetes. Practicar ejercicio físico de forma habitual también ayuda a normalizar los niveles de insulina. Y, como se ha visto en recientes investigaciones, una reducción de peso de aproximadamente un 5 por ciento también puede aliviar claramente los síntomas.

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