Diabetes gestacional
Entre un cinco y un diez por ciento de las mujeres, sin ser diabéticas, sufren un importante aumento del azúcar en sangre en el embarazo. Desaparece tras el parto y si se controla adecuadamente no supone más problemas.
El aumento de la obesidad y de la edad de la gestación han intensificado tanto los casos de diabetes tipo 2 en mujeres en edad fértil como de diabetes gestacional. Además, los especialistas en Endocrinología destacan que el hipotiroidismo subclínico, el más frecuente en el embarazo, incrementa el riesgo de aborto y parto prematuro. De ahí que la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) reclame una adecuada colaboración entre endocrinología, atención primaria, obstetricia y pediatría, así como la inclusión de educadores y dietistas-nutricionistas.
Síntomas
La diabetes gestacional no tiene síntomas. Se manifiesta exclusivamente a través de sus complicaciones, por eso es muy importante el diagnóstico médico. Hay algunas pistas que pueden ponernos en alerta, como estar fatigada, orinar más de lo habitual y tener mucho apetito, pero pueden pasarse por alto por ser demasiado generales.
Tienen más riesgo de padecerla las mujeres con sobrepeso, de más de 35 años y las que ya han tenido hijos.
Diagnóstico
Además de las analíticas de seguimiento que se practican en la gestación, como medida preventiva, entre las semanas 24ª y 28ª de embarazo, se realiza a todas las embarazadas una sencilla prueba llamada Test de O’Sullivan, para determinar el nivel de azúcar en sangre. Consiste en el análisis de una muestra de sangre extraída una hora después de haber ingerido 50 gramos de glucosa (se toma en forma de una bebida muy dulce).
Si los niveles de azúcar están demasiado altos (igual o más de 140 mg/dl), se realizará una segunda prueba llamada curva de glucosa. En este caso se extrae sangre de la madre a los 60, 120 y 180 minutos de haber tomado 100 gramos de glucosa. Si dos de las tres mediciones son anómalas, el diagnóstico es de diabetes gestacional.
Complicaciones
Es importante hacerse estas pruebas de diagnóstico porque si la diabetes no se controla, los riesgos son serios: lesiones vasculares y tensión arterial elevada en la madre, aumento de posibilidades de crecimiento retardado en el bebé, problemas respiratorios al nacer, incluso muerte intrauterina. El niño puede ser demasiado grande, ya que le llega parte del excedente de azúcar de la sangre y esto también puede dañar algunos de sus órganos. Cuando hay problemas, el parto tiene que ser por cesárea.
Tratamiento
Cuando se detecta una diabetes gestacional, el ginecólogo" target="_self realiza un control más exhaustivo del embarazo y la evolución del feto. Para conseguir que los niveles de glucosa sean normales durante toda la gestación, se combinan cuatro elementos:
Evolución
La mayoría de las mujeres recupera los niveles normales de azúcar tras dar a luz. Es aconsejable realizar un test de tolerancia a la glucosa a los dos meses del parto o tras finalizar la lactancia, y controles anuales de los niveles de glucemia. Hay mayor riesgo de sufrir diabetes tipo II, pero se puede prevenir aumentando la actividad física y con una alimentación saludable.
Asesores: Dr. Alfonso Calle Pascual, médico endocrino del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Dr. Pluvio Coronado, ginecólogo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.