
Parto
Verdades sobre el parto que necesitas saber y nadie te cuenta
¿Sabías que hay cosas que pueden ocurrir durante el momento del parto y de las cuales nadie habla? Estamos aquí para romper tabúes y contártelas todas.
El momento del parto es, sin duda, uno de episodios de la vida de cualquier mujer que más nos conecta con nuestro Yo animal. Un momento en el que recordamos de dónde venimos.
Un momento muy salvaje protagonizado por los nervios, las hormonas y la emoción. Pero, como todo, tiene sus luces y sus sombras. Luces y sombras a las que se han enfrentado todas las mujeres que han dado a luz (al menos, en su primer parto).
Por suerte, en la actualidad las embarazadas cuentan con las clases de preparación al parto en las cuales tanto ellas como sus acompañantes, en caso de tenerlo, pueden descubrir los secretos mejores guardados de este momento, para rebajar nervios. Aun con esas, el nerviosismo es uno de los sentimientos más presente cuando se presenten las primeras contracciones.
Y, entre tantas emociones, puede que se encuentren con algún que otro detalle inesperado. Detalles que culturalmente han sido tabú pero que en la era de la maternidad real conviene destapar para contar a todas las mujeres que estén preparando el momento del parto a lo que se enfrentarán desde el momento de romper aguas.
Ya hemos hablado de la posibilidad de tener un orgasmo durante el parto, de que la madre se ponga tan nerviosa que no pueda empujar (en caso de que el parto sea vaginal) o de que es posible orinar o defecar, por el esfuerzo extra que tiene que hacer la mujer. Eso sí, todas estas verdades de las que habitualmente nadie habla (y que están un poco más a la sombra) importarán más bien poco en el momento de dar la bienvenida al bebé: lo único que importará a la madre y a todas las personas que tenga alrededor es que el pequeño llegue bien al mundo y que ella no sufra mucho, tanto durante como después del gran trabajo al que se tiene que enfrentar para conseguirlo.
Pero esto es, sin duda, solo una parte de todos los momentos más o menos incómodos que se pueden presentar desde que entra en paritorio.
Hemos recopilado diez de ellos, intentando arrojar un poco de luz sobre esa información no tan conocida del momento de dar la bienvenida al bebé.
Momentos que, sobre todo, serán interesantes para las mamás primerizas que suelen tener muchos más nervios que las mujeres que ya han pasado por ello.

Se da en un porcentaje muy pequeño de mujeres, aunque sí existe esa posibilidad. De acuerdo al estudio Childbirth climax: The revealing of obstetrical orgasm, llevado a cabo hace unos años por un psicólogo francés, en el 0,3% de los partos se puede alcanzar el orgasmo.
“El parto puede ser una experiencia sumamente grata, con sensaciones intensas de placer”, aseguraba hace unos años Debra Pascali-Bonaro, autora de un documental sobre esta cuestión.

Sí, y de hecho, es una de las cosas más habituales que pasan en el momento de dar a luz. El conocido como parto escatológico es el que se da cuando la mujer, literalmente, hace ‘caca’ por el esfuerzo de los pujos o, simplemente, por la mezcla de nervios y dolor en cada contracción.
Aunque pueda parecerte algo más vergonzoso, en el momento del parto lo único que te importará será que tu bebé nazca sano y bien, así que esto pasará a un segundo plano.

Igual que en el caso anterior, es algo que pueda pasar por los nervios y por el sobre esfuerzo a la hora de empujar. Pero tampoco te importará mucho.

“Cuando el parto está avanzado, el vómito, a pesar del malestar que produce, puede ser una excelente ayuda para facilitar el descenso fetal”, nos aseguraba el matrón Alejandro Ojeda hace algunos años. Y es que, de acuerdo a su criterio, al vomitar se produce una contracción involuntaria que facilita la bajada del bebé por el canal de parto.

Habrá un momento, justo antes de comenzar la conocida como ‘fase expulsivo’ en la que la mujer sentirá unas incontrolables ganas de empujar y el equipo médico le pedirá esperar.
Pero también puede darse el caso de que, estando justo en el momento del expulsivo, sienta que se queda sin fuerzas y no puede seguir. Es solo una sensación: sí podrás hacerlo.

El sobre esfuerzo a la hora de empujar puede producir la rotura de vasos sanguíneos en la superficie blanca del ojo que produce enrojecimiento ocular. incluso, a veces, puede ir acompañado de derrames oculares que no son preocupantes si no hay más síntomas.

¿Sabías que después de que el bebé nazca las contracciones seguirán algunos días más? Puede pasar, sobre todo, en el caso de mujeres que hayan tenido más de un parto y son las conocidas como ‘entuertos’.
Pilar Rubio aseguraba tras su último alumbramiento que duelen más que las contracciones de parto. Sea como sea lo cierto es que son necesarias para que el útero se contraiga y vuelva a su posición normal.

El ‘periodo de alumbramiento’ es el que tiene lugar entre que nace el bebé y se expulsa la placenta. Una vez nacido, el útero seguirá sufriendo contracciones que provocan que la placenta se desprenda de la pared uterina y sea expulsada junto a la bolsa amniótica donde ha estado el niño durante nueve meses.

Muchas mujeres aseguran haber sufrido la sensación de desmayo provocada por el dolor tan intenso de las contracciones. Aunque no suele darse, finalmente, la pérdida de conciencia.

Conocemos como episiotomía a la incisión que puede ser necesaria en el periné para facilitar la salida de la cabecita del bebé. En caso de que el médico haya considerado hacer la incisión o, bien, se te haya desagarrado el periné en el momento de alumbrar, serán necesarios unos cuantos puntos de sutura.
¿Duele coser la episiotomía? Muchas mujeres aseguran que no duele (porque normalmente se hace con la zona anestesiada), pero sí se siente y es una sensación un poco desagradable.